Miles de ciudadanos españoles regresaron este lunes a sus puestos de trabajo cubiertos con barbijos y con cierto temor, tras relejarse algunas de las duras medidas del confinamiento impuesto a la población hace más de cuatro semanas ante el avance de la pandemia de coronavirus, que ya se cobró más de 17.000 vidas en el país.
El regreso al trabajo se produce de forma gradual en medio de la polémica y dudas sobre si la decisión adoptada por el presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, es prematura y podría tener un impacto negativo en las cifras de evolución de la epidemia, algo que no se verá hasta dentro de unas semanas.
Para garantizar la seguridad de los trabajadores, el Ministerio de Sanidad elaboró una guía de recomendaciones para que las empresas implementen el distanciamiento social y se encargó de repartir barbijos en el transporte público como medida adicional de protección.
Si bien el uso de barbijos no es obligatorio, el gobierno recomienda que se emplee en los traslados y asegura que se garantizará que las farmacias tengan suficiente de este material, que escasea.
A primera hora de la mañana de este lunes, la policía española repartió barbijos en estaciones de trenes y subterráneos a los trabajadores que se dirigían a sus empleos en su mayoría empresas del sector manufacturero o la construcción, que no pueden hacer teletrabajo.
Si bien el Ministro de Sanidad, Salvador Illia, aseguró que se entregarían mascarillas «higiénicas» reutilizables, lo que se repartieron fueron barbijos de un solo uso, que no cuentan con filtro de partículas.
La «vuelta al trabajo» se produjo en Madrid y en una decenas de comunidades, ya que en ocho regiones hoy era feriado.
Según el ministro de Transportes y Movilidad, José Luis Ábalos, en la hora pico de este lunes no hubo aglomeraciones y la concurrencia fue «muy limitada» en los transportes públicos. Los trenes de cercanías de Madrid, por ejemplo, se registró un 14% de actividad.
Por su parte, el ministro de Interior, Fernando Grande Marlaska, advirtió en declaraciones radiales que si las empresa no pueden garantizar la «salud pública de los trabajadores, la actividad no puede reiniciarse».
«Si no se pueden garantizar los protocolos no se debe retomar la actividad», apuntó en la misma línea el líder del sindicato Comisiones Obreras, Unai Sordo.
El vicepresidente de la Confederación Empresarial de Organizaciones Empresariales (CEOE), Íñigo Fernández de Mesa, admitió que la mayoría de pymes «no tienen material de protección contra el coronavirus», lo cual dificulta su apertura, según declaró al canal Antena 3.
A última hora, el gobierno prohibió obras en edificios en los que los trabajadores tengan que compartir espacio común con los vecinos.
Además de las medidas de distanciamiento, las autoridades establecieron entre sus recomendaciones el uso de mascarillas de protección EPI dependiendo del riesgo de exposición del trabajador en cada empresa.
«Me dieron mascarilla y guantes normales de limpieza, me gustaría que me dijesen si con esto puedo trabajar todo el tiempo del Estado de alarma o tengo que gastarme de mi bolsillo», se quejó a través de sus redes sociales Inmaculada Carmona, una trabajadora de la limpieza de Andalucia que este lunes volvió a su puesto.
Con la muerte de 517 personas en las últimas 24 horas, el número acumulado de víctimas fatales por coronavirus ascendió en España a 17.489 personas, mientras los diagnosticados son ya 169.496, tras un incremento de 3.477 infectados, un 2% más.
Las medidas de restricción de la movilidad adoptada por el gobierno a partir de la entrega en vigor del estado de alarma el 14 de marzo último, frenaron el espiral ascendente de muertos y contagios, que llegó a su punto más alto a principios de abril.
Con la pandemia en retroceso, el presidente Sánchez mantuvo su decisión de que la «hibernación económica» de la actividad no esencial fuese solo algo excepcional, como se estableció entre el 30 de marzo y el 9 de abril, y levantó la medida apoyándose en su comité de expertos.
El gobierno catalán, la segunda zona más afectada por el coronavirus después de Madrid, se opuso a la decisión, y alertó de sus consecuencias negativas al tiempo que anunció estrictas directrices para la vuelta al trabajo a partir de este martes, pidieron a las empresas que tomen la temperatura a sus trabajadores dos veces al día.
Existe una gran expectativa sobre al impacto que pueda tener esta decisión, ya que un repunte importante en los contagios podrían suspender los planes oficiales que prevén iniciar una «desescalada» hacia una apertura total a partir del 26 de abril.