La huelga general convocada en España contra la reforma laboral y la política económica oficial tuvo impacto en los sectores de la industria y el transporte sin grandes incidentes, y con el Gobierno reafirmando que mantendrá su política económica.
En el inicio de una jornada de «normalidad» para el Gobierno y de «éxito» para las organizaciones sindicales los promotores del paro dijeron que la convocatoria logró movilizar a más de 10 millones de trabajadores.
Esa cifra no podrá ser contrastada con los datos oficiales hasta la tarde, cuando el Gobierno dará sus propias cifras. «Considerando que todavía faltan algunos sectores como el comercio, ahora mismo podemos hablar con tranquilidad de que se superó claramente el 70 por ciento de seguimiento», dijo José Javier Cubillo, secretario de organización de la Unión General de Trabajadores (UGT).
Por su parte, el Gobierno, por boca del ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, dijo que no facilitaría datos hasta el final de la jornada para no entrar en una guerra de cifras con los sindicatos.
Aunque mostró una disposición abierta al diálogo del Gobierno de cara al futuro, Corbacho reiteró declaraciones recientes del presidente José Luis Rodríguez Zapatero, que afirmaba que no se daría marcha atrás en las reformas y ajustes emprendidos.
Según datos de Red Eléctrica , el consumo eléctrico cayó durante casi un 19 % respecto a un día normal. «El bajón en el consumo confirma el éxito de la huelga», dijo Comisiones Obreras (CCOO), uno de los convocantes a la huelga.
El paro, convocado para protestar contra la reforma laboral, el plan de modificar el sistema de pensiones en España y el ajuste del gasto, también repercute en el transporte público y los centros de distribución, como Mercamadrid.
En las calles del centro de la capital española prácticamente no circulaban autobuses, con largas colas en varios puntos de la ciudad, aunque en las zonas de oficinas se observaba una actividad similar a la habitual.