Las cartas ya están echadas y finalmente Esperanto, la famosa discoteca porteña que tenía previsto desembarcar en Rosario, en la esquina de Presidente Roca y Zeballos, no abrirá finalmente bajo ese rubro, debido a que el municipio rechazó la solicitud de viabilidad presentado por los empresarios que pretendían abrirlo.
Ayer, la Secretaría de Gobierno municipal informó que rechazó la solicitud de viabilidad de la firma Comidas y Juegos SRL para instalar una confitería bailable con anexo bar restaurante en la calle Presidente Roca 1463, por no haber cumplimentado con el artículo 3º de la ordenanza 7218 de 2011, que refiere al registro de oposición de vecinos.
En total hubo 257 oposiciones válidas, una vez desestimadas aquellas no ajustadas a las formalidades de la norma que regula el registro, según reza el comunicado oficial en relación a los vecinos que se acercaron a rechazar la llegada del boliche y consiguieron evitar la habilitación.
Luego de la reapertura del registro de oposición, que fuera ordenado por el Concejo mediante el decreto 36958 y por el término de quince días, se procedió a cursar las notificaciones correspondientes por este nuevo período a los vecinos cuyas residencias se encuentran dentro de un perímetro de 50 metros del predio donde pretendía instalarse el emprendimiento recreativo. Aunque no se especifica en el mensaje oficial, se descuenta que la negativa a la habilitación apunta a la sección de la discoteca, no al bar ni al restaurante.
El secretario de Gobierno de la Municipalidad, Fernando Asegurado, explicó a este medio que como se informó en el comunicado, la Dirección de Habilitación culminó con el análisis administrativo certificando que 257 vecinos se opusieron válidamente al boliche bailable, acreditando documentación y certificando residencia. “Este número es superior a lo que indicaba la ordenanza para la apertura del primer registro de oposición, que había arrojado un total de 591 vecinos con derecho a oponerse”.
“Los propietarios de algún emprendimiento pueden pedir alguna habilitación y luego nos corresponde a nosotros verificar si es viable en la zona, pero ahora ya no bajo el rubro de confitería bailable. De esa manera, como lo dijimos en un primer momento, demostramos que el trabajo de las áreas administrativas permitía y garantizaba el cumplimiento de la normativa, luego de la participación de los vecinos, y de existir esa predisposición pudieron participar y tuvieron garantías de ser escuchados”, destacó el funcionario.
El conflicto que se suscitó alrededor de la disco arrancó a principios de este año, luego de que vecinos pusieran el grito en el cielo al enterarse que donde funcionó el supermercado La Reina se iba a montar un boliche. El enojo se redobló cuando muchos dijeron no estar enterados de que se había abierto un registro para oponerse, o bien reprocharon que el trámite se haya programado en una fecha en la que estaban de vacaciones.
En ese marco, tomó la bandera el edil del PRO Rodrigo López Molina, en un escenario en el que incluso se denunciaron situaciones de violencia y que derivó en un fuerte cruce de acusaciones entre el joven edil y el abogado que representaba a la franquicia. Un sector de la oposición en el Concejo, en paralelo, puso el lente sobre el área de Habilitaciones de la Municipalidad. Todo se zanjó con la reapertura del registro de oposición, bajo control del una comisión de vecinos y concejales de varios bloques.
El registro se puso en marcha por primera vez en febrero. Y allí se juntaron 86 firmas, mucho menos de las necesarias. En la segunda chance las rúbricas anteriores se tomaron como válidas, y se requerían 110 voluntades más para llegar al número crítico.
Para que avance un proyecto como el que estaba en marcha, la normativa vigente contempla la instancia previa del consentimiento de los vecinos inmediatos: si un 33 por ciento de quienes habitan como máximo a 50 metros del lugar se opone, el proyecto deja de ser viable, como en este caso.