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¿Espía de Moscú? Una beluga alimenta fantasías en Noruega

El cetáceo, que tiene alrededor del cuerpo un arnés al que se le podría enganchar una cámara, fue detectado por pesqueros a las puertas del Ártico. “No es un sospechoso”, dicen los servicios secretos noruegos

¿“Espía” de la Marina rusa o animal de parque acuático que escapó de su acuario? Una beluga, pequeña ballena blanca de los océanos fríos, alimenta las fantasías desde que apareció en el extremo norte de Noruega.

El cetáceo, que tiene alrededor del cuerpo un arnés al que se le podría enganchar una cámara, fue detectado a fines de abril por pesqueros noruegos a la al-tura de Hammerfest, una de las ciudades más septen-trionales del mundo, en las puertas del Ártico.

La escena, filmada por agentes de la Dirección de Pesca noruega, que inspeccionaban la zona, da claramente la señal de que el animal, poco salvaje, está acostumbrado a la compañía humana.

Parece que incluso se asentó en la región, como indiferente a su libertad.

La beluga “daba vueltas alre-dedor de nuestro barco esta mañana. Es increíble. Siguió el velero hasta Hammerfest”, indicó anteayer a AFP Jorgen Ree Wiig, inspector de esta dirección.

Un comportamiento que los naturalistas atribuyen a un adiestramiento en cautiverio.

En provecho, dicen algunos, de la Marina rusa, cuya Flota del Norte tiene base en la península vecina de Kola, a unos centenares de kilómetros de allí. Lleva además una inscripción en el broche del arnés que indica, en inglés y en alfabeto latino, “Equipment St-Petersburg”.

“Pienso que la ballena viene de Murmansk, en donde se sabe que la Marina rusa adiestró belugas para operaciones militares”, cuenta Jorgen Ree Wiig, biólogo marino.

El mar de Barents, escenario de rivalidades durante la Guerra Fría, sigue siendo un territorio estratégico donde occidentales y rusos espían todo movimiento submarino. Es también la puerta de entrada hacia la ruta del Norte que permite reducir el tiempo de trayecto entre los océanos Atlántico y Pacífico.

 

No es sospechosa

Los servicios secretos noruegos (PST), país miembro de la Otán, confirmaron ayer a la AFP que tenían el arnés.

“Analizar equipamientos técnicos colocados en una ballena no forma parte de las actividades de rutina del PST. No sabemos si podremos llegar a alguna conclusión”, indicó su portavoz, Martin Bernsen. “La ballena no es un sospechoso en nuestra investigación”, agregó.

Las autoridades rusas no reaccionaron oficialmente pero un oficial citado por la prensa desestimó esa hipótesis, asegurando que los militares no habrían sido tan “estúpidos como para dejar su número de teléfono” en un animal adiestrado con fines de espionaje.

Según Dimitri Glazov, del Instituto Severtsov para la ecología y la evolución de la Academia rusa de ciencias, “un instituto de San Petersburgo trabaja con los militares para estudiar los animales con fines operacionales” y lleva a cabo pruebas en el mar Negro y en Murmansk.

“Sabemos que los militares poseen este tipo de animales. Los usaron por ejemplo en los Juego Olímpicos de Sochi”, agregó el científico, citado por la agencia Interfax.

Pero no hay nada que indique que utilizan las belugas para misiones de reconocimiento de buques, puertos o costas extranjeras.

También hay agentes de viajes en la región de Murmansk que proponen salidas de observación o de submarinismo en medio de belugas. La AFP no pudo contactarlos ayer.

Otra hipótesis es que el “Equipment St. Petersburg” del arnés pudiese referirse a la ciudad del mismo nombre en Florida (Estados Unidos), donde hay numerosos parques acuáticos con mamíferos marinos, como por ejemplo el célebre SeaWorld de Orlando.

 

“No es imposible”, dice Jorgen Ree Wiig.

Más aún cuando, según las imágenes de video de los residentes de la zona, la carismática beluga devuelve los aros de plástico que se le lanzan.

El caso recuerda el de Keiko, la célebre orca del film Liberen a Willy, que, una vez liberada en la naturaleza se refugió en la aguas de Noruega, uno de los pocos países del mundo que caza ballenas, más precisamente el pequeño rorcal.

Hasta ahora ningún parque acuático ha declarado la pérdida de algún mamífero marino.

La beluga, que puede alcanzar un tamaño de 6 metros y vive entre 40 y 60 años, vive generalmente en las aguas heladas alrededor de Groenlandia y al norte de Noruega y de Rusia.

Es una especie sociable pariente del delfín, se desplaza en grupo y la observación de un individuo aislado es rara.

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