El Gobierno avanzó con la modificación por decreto de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). El organismo vuelve a tener el nombre de sus épocas más oscuras: Secretaría de Inteligencia del Estado (Side) y se adelantó que ahora incluirá dependencias especializadas. La decisión se oficializó este martes a través del Boletín Oficial.
Además de la recuperación de la vieja denominación, la administración del presidente Javier Milei ordenará la creación de cuatro áreas dentro de la repuesta Side: el Servicio de Inteligencia Argentino, la Agencia de Seguridad de la Nación, la Agencia Federal de Ciberseguridad y la División de asuntos internos. La conducción del organismo responderá de manera directa al presidente.
La Oficina del Presidente informó en un comunicado que Milei «ha ordenado la disolución de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) a partir de los resultados obtenidos en el marco de la intervención de la agencia que tuvo lugar el pasado 12 de diciembre de 2023». EL texto agrega que el nuevo órgano rector del Sistema de Inteligencia Nacional (SIN) «será una Secretaría de Estado».
«La desnaturalización del rol de la agencia de inteligencia durante décadas fue total; lejos de poner sus recursos al servicio de la protección del pueblo argentino, el organismo fue utilizado para actividades espurias como el espionaje interno, el tráfico de influencias y la persecución política e ideológica», sigue el comunicado con los argumentos.
Aún cuando las modificaciones son por un decreto, todo intento de reforma del área –estratégica y sensible– debe pasar por el Congreso dado que la AFI y las tareas de los organismos de inteligencia están regulados por la ley 25.520 de Inteligencia Nacional, sancionada en 2001 y modificada cuatro años después, tras la muerte del fiscal Alberto Nisman.
La Ley 25.520 regula todo el Sistema de Inteligencia Nacional. Establece que todos sus organismos deberán ajustarse a la Constitución Nacional y tienen prohibido «realizar tareas represivas, poseer facultades compulsivas, y cumplir funciones policiales o de investigación criminal» y espionaje con fines políticos. Así y todo, el Gobierno
De todas maneras, el Gobierno avanzó por decreto y esa vía es la que había anunciado a fines de mayo el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, cuando señaló, al filo de lo que manda la Constitución, que «tiene que haber inteligencia interior, para pensar lo que está pasando con el crimen organizado, con el narcotráfico, con las fronteras».
El cambio que impone la agestión libertaria coincide con el 30º aniversario del atentado a la Amia, cuya investigación fue obstaculizada por los organismos dedicados al espionaje. La propia Justicia estableció que la Side de entonces le pagó 400.000 dólares a Carlos Telleldín para involucrar con su declaración a un grupo de policías bonaerenses en el ataque, y así desviar la investigación. Luego de esa revelación, el Estado argentino se comprometió ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) a transparentar los siempre oscuros fondos reservados de inteligencia.
La nueva Side seguirá reportando a Sergio Neiffert, un funcionario de la gestión del ex intendente de Malvinas Argentinas, Jesús Cariglino. Su designación también fue confirmada este martes en el Boletín Oficial. Es un hombre de máxima confianza de Santiago Caputo, el asesor estrella del presidente y arquitecto del nuevo o viejo modelo de inteligencia menemista-libertaria.
Neiffert volvió al protagonismo en la gestión pública tras desplazamiento de su antecesor, Silvestre Sívori, arrastrado de su cargo por la eyección del ex jefe de Gabinete Nicolás Posse.
