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Espionaje ilegal: ex funcionarios de Cambiemos fueron apuntados por los espías investigados 

Uno de ellos, Alex Campbell, tiene como jefa política a María Eugenia Vidal, una de las supuestas espiadas. Los dos tienen frecuentes reuniones y dieron positivo de coronavirus. La otra funcionaria apuntada, Susana Martinengo, tenía su oficina a metros de la de Macri 

Dos ex funcionarios de Cambiemos quedaron bajo la mira de la justicia federal por sus vínculos con los espías investigados en la causa del supuesto espionaje ilegal, mientras que los ex jefes de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) durante el gobierno de Mauricio Macri fueron salpicados por las declaraciones que los acusados dieron ante la bicameral de seguimiento de organismos de inteligencia del Congreso de la Nación.

La investigación a cargo del juez federal de Lomas de Zamora Federico Villena avanza por el carril del análisis de la prueba secuestrada en allanamientos y, sobre todo, en los celulares de los espías en los que se detectó que pasaban información al menos a dos dirigentes de Cambiemos: la ex directora del área de Documentación Presidencial Susana Martinengo y el ex secretario de Asuntos Municipales de la provincia de Buenos Aires, Alex Campbell. Este último es diputado provincial del PRO pero hasta diciembre de 2019 fue secretario de Asuntos Municipales de la gestión de María Eugenia Vidal y uno de sus colaboradores más cercanos. Campbell es uno de los políticos de Cambiemos que dio positivo de coronavirus, al igual que Vidal, su jefa política. A la vez, dijo que había mantenido distintas reuniones en las últimas semanas con la ex gobernadora de la provincia de Buenos Aires, quien confirmó el martes por la noche que dio positiva en el hisopado por Covid-19. Campbell está involucrado en la causa en la que su jefa política es una de las supuestas espiadas por la AFI macrista, al igual que el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, cuya Policía está también en la mira por la participación en la causa.

Apuntaron hacia arriba

En paralelo, los espías investigados esbozaron una defensa política en la que resaltaron que al frente de las operaciones de espionaje estaba Alan Ruiz, un agente que había pasado por el Ministerio de Seguridad de Patricia Bullrich, y apuntaron hacia Arribas y Majdalani.

«Él quería que nosotros empezáramos a laburar en política, que siguiéramos a los peronistas», dijo el ex espía Jorge Sáez sobre el papel del ex titular de la AFI.

La reconstrucción judicial y política tiene varias coincidencias: en ambos casos se identificó la existencia de un grupo de Whatsapp llamado «Súper Mario Bros» –acaso por el personaje de los videojuegos que se movía por las cañerías- donde varios espías volcaban la información, que estaba liderado por Ruiz e integraban Sáez, Leandro Araque y Facundo Melo, entre otros.

El juez Villena ya le exhibió a algunas de las víctimas del espionaje las pruebas que indicarían que la información recolectada por los espías llegaba al despacho de Martinengo, ubicado a 50 metros del que ocupaba Macri, con quien trabajaba desde que era jefe de Gobierno porteño.

Para los investigadores, Martinengo era quien recibía la información vinculada con espionaje a dirigentes de trascendencia nacional como la vicepresidenta Cristina Férnandez de Kirchner y la referida a integrantes de su propio espacio político como el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.

Campbell, en tanto, era quien recibía la información sobre dirigentes bonaerenses y supuestos armados territoriales en ese distrito.

En su paso por Lomas de Zamora en calidad de víctima, el ex intendente de La Plata Pablo Bruera pudo ver esta semana un intercambio de mensajes entre el espía Araque y el ex funcionario Cambpell en el que el primero le decía que había hablado con Martinengo, quien a su vez le decía que había información que debía pasarle a él.

En el Congreso, los ex espías aportaron más datos sobre Martinengo, con la cual algunos llegaron a reunirse hasta doce veces en la Casa Rosada y otro tanto afuera.

En ese marco, contaron que la ex funcionaria funcionaba como filtro de información y que sentenciaba que era lo que podría interesarle al entonces presidente.

Los caminos que conducen a eventuales responsabilidades de Macri, Arribas y Majdalani son varios y, por ahora, surgen de las declaraciones de los ex espías ante los legisladores del oficialismo y la oposición que integran la comisión bicameral.

Allí Sáez dijo que sabía a través del ex director de Contrainteligencia de la AFI, Diego Dalmau Pereyra, que las órdenes de hacer espionaje político las dio Arribas, que Majdalani estaba al tanto del operativo dirigido a personas detenidas y que a Diego Santilli le habían bajado «el pulgar» el ex presidente y los ex jefes de la AFI.

Otro de los elementos que podrían complicar la situación de Macri, según dijeron fuentes con acceso al expediente judicial, es que los espías realizaron tareas de inteligencia sobre la hermana del ex mandatario Florencia Macri y su pareja, Salvatore Pica, algo que también fue confirmado por los espías en el Congreso.

En tanto, uno de los caminos que conducen a Arribas es el que indica que del espionaje a Santilli participó Martín Terra, el ex marido de Analía Maiorana, la actual pareja del vicejefe de Gobierno porteño.

«(Terra) era amigo, o es amigo, de Gustavo Arribas. Y lo pusieron ahí. Pero estaba pegado con Ruiz, quien lo tenía abrazado como si fuera oro, lógicamente», contó Araque cuando fue a declarar al Congreso.

Terra, que antes de engrosar las filas de la AFI era dueño de un bar, fue citado por la comisión bicameral para el próximo martes y, dada su calidad de ex agente de inteligencia, tiene la obligación de concurrir al convite.

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