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“Esta crisis que está atravesando Argentina no la generó la clase trabajadora”

El secretario general de Luz y Fuerza de la ciudad, Alberto Botto, habló sobre sus preocupaciones del presente y cuáles aspectos deberían atenderse en la EPE para encarar el verano de forma eficaz

Alberto Botto primero fue delegado, desde 1995 trabaja en el Sindicato de Luz y Fuerza. Primero, y durante veinte años como secretario gremial. Desde 2015, como secretario general. Cerca de cuatro mil personas están afiliadas al sindicato en la jurisdicción de Rosario, que también incluye cinco seccionales: las de Villa Constitución, San Lorenzo, Firmat, Casilda y Carcarañá. 

En diálogo con El Ciudadano  compartió su mirada sobre el presente del país, qué preocupaciones tiene sobre el funcionamiento de la Empresa Provincial de la Energía (EPE) y los proyectos que lleva adelante su gestión en el sindicato.

—¿Qué representa el gobierno de Javier Milei para el conjunto de los trabajadores?

—Este gobierno desde que ha asumido ha atacado a la clase trabajadora, a partir de las diferentes medidas que ha adoptado desde esa devaluación del 118 por ciento al principio. Esto realmente pulverizó el poder adquisitivo de los salarios. Los aumentos de los alimentos, de los medicamentos, el costo de vida en general de todo lo que consume la trabajadora o el trabajador ha sido una experiencia muy negativa hasta ahora. Entendemos que todavía hay esperanza en mucha gente que confió en este gobierno que dijo que iba a ajustar a la casta pero nosotros ya preveíamos e inclusive hemos hablado con todas nuestras compañeras y compañeros diciéndoles que el ajuste iba a recaer sobre la familia trabajadora porque esa casta política, a la que se refería el presidente de la nación, cuando se realizó el presupuesto nacional el gasto político en sí mismo es ínfimo. Claramente esto iba a recaer sobre la familia trabajadora y también a aquellos que están gozando de sus jubilaciones que inclusive este ajuste tiene una mayor incidencia en ellos.

—¿Qué representa el gobierno de Maximiliano Pullaro para el conjunto de los trabajadores?

—Es un gobierno con el que de alguna manera estamos trabajando, en el caso nuestro con la Empresa Provincial de Energía (EPE) y también con la caja de jubilaciones. Esos son los dos grandes temas que tenemos con el gobierno santafesino.

Con respecto a la EPE estamos bastante preocupados. Vemos que no hay un direccionamiento político claro hacia un futuro cercano, dentro de poco vamos a tener que enfrentar un verano bastante complejo y notamos que están existiendo algunas faltantes de materiales. Y particularmente hay algo que es crónico y excede también a este gobierno, hay que ser justos: el tema del personal. Muchas veces recibimos críticas de parte de la gente porque no se llega en tiempo y en forma pero por ejemplo todavía no hemos podido recuperar la cantidad de personal que teníamos por los años ochenta cuando la EPE era menos del 50 por ciento de lo que es hoy en estructura. Hoy estamos manejando justamente la duplicidad de todo eso con el 50 por ciento prácticamente de las cuadrillas que están trabajando en la calle. Esto hace que obviamente las reposiciones por ahí se demoren más. 

Y si le sumamos los efectos del cambio climático que se están haciendo notar mucho en la región, peor. Por ejemplo, vemos veranos mucho más duros y este invierno también fue bastante crudo, fundamentalmente en la periferia de Rosario. Pero los veranos afectan mucho más a la zona céntrica donde hay un consumo mucho más elevado de energía eléctrica y por ende se generan más problemas. No es que sean privativos de la EPE este tipo de problemas, entendemos que sucede en todas partes del mundo cuando hay fenómenos climáticos de estas características y entonces hay problemas en la distribución de la energía.

Si comparamos el modelo de la provincia de Santa Fe con todos los problemas que tiene y el modelo de las empresas privadas en Capital Federal es diametralmente opuesto el resultado. En Capital Federal se registran días y días de gente que está sufriendo los cortes de energía y por ahí nos enteramos muy poquito. El modelo de Santa Fe con una clara incidencia del Estado ha sido muy superior.

Tenemos que empezar a alertar a la población de que si nos quedamos en el tiempo este verano va a ser realmente muy difícil. Fundamentalmente para los rosarinos porque tenemos una particularidad: aquí hay mil kilómetros de cables subterráneos, no es tan fácil como la reposición de los cables aéreos, tenemos una estructura muy amplia, una ciudad de más de un millón y medio de habitantes donde, después de lo que ha ocurrido con el accidente de la calle Salta, todos los edificios son electrointensivos por lo tanto el consumo se ha intensificado muchísimo. Eso es lo que está generando el problema.

No se está atendiendo de forma correcta nuestra zona. Tenemos paritarias como tiene el resto de los gremios de la provincia y la nuestra es la misma. Consideramos también que habría que hacer un esfuerzo mayor porque el salario de los trabajadores y trabajadoras se está deteriorando un poco, pero particularmente desde nuestro gremio estamos haciendo foco en la empresa con nuestra preocupación sobre el verano porque si no se llevan adelante acciones en tiempo y en forma, las rosarinas y los rosarinos no la vamos a pasar bien.

—¿Y el tema de la Caja de Jubilaciones?

—Todos los gremios de Luz y Fuerza de la provincia ya le hemos enviado un escrito de qué pensamos sobre la reforma. Estamos abiertos al diálogo pero, por ejemplo, no compartimos que se pierdan beneficios para todas nuestras compañeras y compañeros. 

Con respecto al financiamiento de la caja vamos a acompañar al gobierno para que reclame los flujos que Nación dejó de enviar aquí a la provincia, que legítimamente le corresponden y que son suficientes para contrarrestar este déficit que hoy la caja de jubilaciones está mostrando.

—¿Cómo describirías el presente de los trabajadores de Luz y Fuerza?

—Estamos un poco preocupados en este momento porque consideramos que las paritarias no están cubriendo las expectativas que tenemos y que teníamos al comienzo de este gobierno. En virtud del proceso inflacionario que se ha dado fundamentalmente desde diciembre a esta parte hemos perdido poder adquisitivo. Cuando asumió el gobierno nacional generó una devaluación del 118 por ciento y eso va a ser muy difícil de recuperar por lo menos en el corto plazo. Ahora si bien se está mostrando por la recesión una inflación a la baja, estos indicadores no están mostrando la realidad: el aumento de los insumos que consume la familia trabajadora como alimentos, medicamentos, servicios, combustibles y demás.

—¿Considerás que Argentina necesita reformas laborales? Si es así ¿cuáles son y de qué tipo?

—Las únicas reformas laborales que podemos aceptar las trabajadoras y trabajadores son para mejorar la calidad de vida, si hay reformas laborales en ese sentido nos vamos a poner de acuerdo enseguida. Si es para quitar derechos, claramente no. Esta crisis que está atravesando Argentina no la generó la clase trabajadora. Entonces tampoco es justo que los trabajadores y mucho menos del sector pasivo estén pasando por el momento que están pasando. 

Hoy claramente se están generando recortes de derechos. Todo lo que está estipulado en la Ley Bases, en el DNU 70, lo que está llevando adelante este gobierno no va a terminar de la mejor manera para quienes generamos riqueza en Argentina, porque el trabajador y la trabajadora generan riquezas. No generan problemas, no son un gasto como llaman desde el sistema imperante hoy en la economía y en el gobierno, a un salario o a una redistribución justa de la riqueza a través del pago correspondiente que hay que hacer por la contraprestación del trabajo. Entonces es totalmente injusto el trato que se está recibiendo de parte del gobierno nacional porque a la clase trabajadora le está costando mucho llegar a fin de mes, al que está pudiendo conservar el trabajo, y en muchos casos a todas aquellas compañeras y compañeros que lo han perdido o están suspendidos, ya sean del Estado o del sector privado. En el sector privado por ahí no se está mostrando mucho pero las consecuencias están siendo más graves todavía que en el sector estatal.

—Hace casi 30 años ya que estás en el sindicato, ¿cuáles son los cambios sustanciales que viste en este tiempo en el modo de trabajar de quienes integran el sindicato de Luz y Fuerza? Ya sea el tipo de trabajo en las cuadrillas, la cantidad de personas que se dedican a esto, la propia seguridad.

—La realidad del trabajo es la misma salvo por la incorporación de tecnología que lo hace variar un poco, le da más precisión en algunas cuestiones y en otras se siguen haciendo exactamente de la misma manera que se vienen haciendo hace muchísimos años atrás. Por ejemplo: la apertura de un pozo, para encontrar una falla en un cable subterráneo, puede ayudar una máquina para hacer el trabajo grueso pero cuando llega el trabajo artesanal hay que hacerlo a mano y lo tienen que hacer las compañeras y compañeros.

Se han incorporado muchas mujeres a los sectores técnicos, que antes no había, y esto fue gestión del gremio durante todos estos años. También hemos evolucionado en materia de protección personal de los trabajadores. Uno de los principales temas fue haber conseguido que la Empresa Provincial de la Energía compre la ropa ignífuga que hoy lo están haciendo también nuestras cooperativas en Villa Gobernador Gálvez, en Carcarañá, Acebal y otras.

—¿Cuáles son los mayores riesgos a los que se exponen?

—Estos equipos que nombraba son de protección al fuego. Tenemos tres grandes rubros de accidentología que son los más preocupantes: la quemadura, la electrocución y la caída en altura. 

Con la ropa ignífuga hemos minimizado muchísimo las quemaduras, a tal punto de que prácticamente salvo un caso no hemos tenido accidentes fatales. Se terminaron, antes eran mucho más frecuentes porque la ropa no protegía. Se cambió el concepto de ropa de trabajo, hoy ya es un elemento de protección personal. Inclusive es distinta la asignación, se asigna un par de mudas de ropa al principio y después es todo por reposición porque es una ropa realmente muy cara, cotizada en dólares, es una tecnología que viene de Estados Unidos. Desde ese punto de vista, nos hemos tranquilizado bastante. 

Desde el punto de vista de la electrocución se trabaja mucho con métodos de trabajo: hay herramientas, los elementos para protegerse obviamente, hay herramientas aisladas como los guantes, el calzado, todo propio de la actividad eléctrica. Pero hay que basarse mucho en el método de trabajo.

Lo que más nos está costando resolver es el tema del trabajo en altura. Ahí también ahí hay métodos de trabajo pero por ahí exigen algunas otras cuestiones que tenemos que ver cómo se pueden llegar a resolver. Hay cuestiones que muchas veces están ocultas a los ojos y después terminan generando un accidente. Gracias a Dios no hemos tenido accidentes muy graves pero tenemos suceden hechos de esas características. De cualquier manera son los menos.

—Antes hablaste de la situación de cambio climático y cómo afecta el trabajo, ¿cómo están pensando este tema?

—Somos el único sindicato en el mundo que forma parte de la mesa directiva de Red Pacto Global Argentina. Hace rato que venimos trabajando no solamente en defensa de derechos de los trabajadores que eso ya es inherente a cada sindicato sino que creemos que las instituciones tenemos que abarcar algunas otras problemáticas que atraviesan a la sociedad.

Una de ellas es el cuidado del planeta y el tema del cambio climático. Estamos muy involucrados. Durante la pandemia, cuando bajó tanto el río Paraná y se estaban quemando los humedales, entendimos que los humedales son un gran regulador de la humedad y la temperatura aquí en la zona. Esos incendios y la gran cantidad de materia orgánica que se perdió, que llevará siglos reponerse, sin duda hace que se caliente la Tierra y los humedales ya no actúan de forma eficaz como reguladores de la temperatura. Esos varios grados más se trasladan a la ciudad. Vemos que cada verano se hace bastante bastante más complejo soportar los calores intensos.

Por otro lado, tenemos un vínculo fuerte con el doctor Aníbal Faccendini a través de la Cátedra del Agua de la Universidad Nacional de Rosario, donde hemos firmado un pacto sindical ambiental para el cuidado del recurso. Todo esto forma parte de nuestras preocupaciones

—Estos extremos en la temperatura de frío y calor que provoca el cambio climático impactan también en el consumo de energía 

—Claramente. Es más, hay un artículo de la CNN que explica que no hay ninguna empresa en Estados Unidos que esté preparada para el cambio climático. Las empresas distribuidoras no están contemplando este factor. Pero hay otra razón: en Estados Unidos todas las empresas son privadas, nadie va a invertir en lo que no tenga un recupero rápido de lo que invierte. Se suele decir que la demanda va por el ascensor y las inversiones por la escalera. Es cierto. Si el Estado estuviera presente sería distinto. 

Cuando el Estado se retira o se producen privatizaciones hay que tener cuidado. Lo que se necesita es una presencia y controles estrictos del Estado.

—Ya empezaron a llegar boletas de luz con notables aumentos, ¿cómo ves ese panorama y la forma en que se ejecutó?

—Es simple, esto es lo que genera la quita de subsidios. Primero se demonizaron los subsidios porque para el grueso de la gente había un monólogo que se repetía permanentemente: los subsidios son malos

Es todo parte de lo mismo: si el Estado se retira de la vida de la gente, el país se hace invivible. Nosotros teníamos un estudio realizado en 2015, fuimos a varios lugares a dar conferencias, a charlar sobre el tema de los subsidios porque se comparaba mucho Santa Fe con Buenos Aires: es incomparable, es lo mismo que comparar un supermercado con un kiosco.

En Buenos Aires se distribuye en una superficie muy chica y tenés 600 usuarios por kilómetro cuadrado. Suponete que todo Santa Fe tendría que ser como el centro de Rosario para poder tener una comparación de la empresa con la otra. La EPE tiene 3 usuarios por kilómetro cuadrado, por ahí. Con una superficie que creo que son 101 mil kilómetros cuadrados de distribución contra 10 mil que tiene Buenos Aires.

Obviamente el costo de distribución de Santa Fe ya era distinto del costo de Buenos Aires pero el subsidio a la compra de energía era el mismo en todo el país, lo que pasa es que en Buenos Aires tenían también subsidiadas las obras y otras cosas. En su momento fue parte de la crítica que nosotros le hicimos inclusive a gobiernos nacionales y populares de cómo piensan o cómo funcionan las medidas que implementan. Sabemos que los subsidios tanto a la luz como al transporte, no son lo mismo en Capital Federal que en el resto de Argentina.

El país en el mundo que más subsidiaba la energía era Luxemburgo, entonces cuando veías la curva de subsidios mientras más te acercabas al primer mundo estaba más subsidiada la energía y mientras menos se subsidiaba la energía te acercaba a los países más subdesarrollados en África. 

A la gente le hicieron la cabeza diciéndole que estaba mal subsidiar. Macri llegó a tener una frase célebre diciendo que le había devuelto al pueblo argentino la dignidad de pagar lo que las tarifas valen. Nosotros que entendemos un poquito la situación esa era toda una frase. La forma de vender una mala noticia y transformarla para que sea aceptada por la gente más o menos como está pasando ahora con el gobierno que dice que hay que hacer esto para estar bien el día de mañana. Es una falacia total, nadie va a empeorar las cosas para estar mejor el día de mañana, pero bueno.

El tema de los subsidios es muy delicado, los subsidios tienen que volver a la Argentina, tiene que haber una economía que subsidie por lo menos lo primordial para que la gente viva dignamente y tenga un acceso a energía, servicios y transporte de calidad y que sea equitativa en todo el territorio del país. Que no quede solo para Capital y el AMBA.  

—Señalaste varias veces que es importante que el Estado no se retire, ¿ves que la Provincia se acerca o aleja a ese posicionamiento que promulga más Nación?

—El gobierno provincial no fija el precio estacional de la energía, ni la EPE ni las distribuidoras más chicas como las cooperativas pueden absorber o subsidiar lo que es el costo  de energía que es donde ha experimentado el mayor incremento.

La tarifa tiene tres componentes: compra de energía, el costo de la energía; el valor agregado de distribución, que son las empresas; y los impuestos que representan aproximadamente el 30 por ciento. 

Sobre lo último el gobierno nacional también quiso generar confusión diciendo que los municipios y comunas de la provincia tenían que resignar impuestos y en realidad no tienen gran incidencia, el único impuesto que puede llegar a modificar las tarifas y tener incidencia es el IVA que lo cobra Nación.

El valor agregado de distribución es donde tiene todos los insumos la empresa, materiales, combustibles, personal. Hay que entender que en todas las empresas eléctricas utilizan muchos materiales en dólares, cobre, porcelana, equipamiento electrónico, los transformadores y todo eso se mueve con el dólar. Pero la mayor incidencia cuando hoy uno analiza la tarifa eléctrica la representa el costo de la energía que se ha multiplicado de manera importante.

Por otro lado, nos quedamos con la palabra del gobernador de que quiere eficientizar la EPE y no venderla. Hay unas cuestiones que a nosotros particularmente nos preocupan y que no se está atendiendo sobre la realidad de Rosario. No se está yendo por el camino de hacerla más eficiente y por eso nos está preocupando que ahora se acerca el verano y no vemos acciones coordinadas y tendientes a planificar y ver cómo se va a trabajar. Sin duda eso se va a sentir y tenemos la preocupación de que se culpe a los trabajadores y trabajadoras cuando lo único que hacemos nosotros es poder ir a atender los problemas, no tenemos potestad en las decisiones fundamentales que tome el directorio de la empresa.

Estamos con una preocupación creciente, muy atentos y obviamente si no vemos un cambio rotundo en la gestión empresarial lo vamos a denunciar públicamente porque ya nos ha pasado en otras oportunidades hace muchos años atrás.

Los que tenemos algunos años de militancia sabemos de esto, de que las empresas se ponen de espaldas a la sociedad y después era la misma sociedad la que pedía que la empresa se privatice, 

Durante el último año del gobierno anterior, salió en un informe de Cammesa que había declarado que la EPE era la empresa más eficiente de Argentina. Y ahí los cortes que había eran reiterados en un mismo lugar porque por ahí faltaba alguna obra pero en líneas generales el servicio venía mejorando y mucho. Sin embargo este último verano si bien fue más benévolo que el verano anterior se sufrió un poco más y ahora este verano va a ser realmente duro y nos está preocupando bastante. El gobernador sí habla de hacer una empresa eficiente, creemos que hay que tomar acciones en ese sentido.

—¿Qué proyectos está llevando adelante el gremio?

—En la última asamblea decidimos construir un centro de salud propio. Es un desafío muy importante pero es fundamental para dar respuesta a toda nuestra gente.

Nosotros tenemos un sistema integrado de salud que tiene obra social, vacunatorio, farmacia sindical, y tenemos consultorios odontológicos y médicos que están funcionando en el sindicato pero son insuficientes y están en diferentes lugares. Entonces la idea es unificarlos en un único centro de salud integrado.

También está la mutual de Luz y Fuerza que es un organismo aparte del sindicato

Aparte queremos construir algunos departamentos para que la gente de nuestra jurisdicción tenga donde parar cuando tengan un familiar que esté pasando por alguna situación médica en Rosario, sino no tenemos dónde alojarlos. Sería parte del servicio de salud que queremos darle a compañeros y compañeras

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