Un vecino que fue atacado por su propio perro el último lunes se encontraba anoche, al cierre de esta edición, internado con graves heridas en la cabeza en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez. Se trata de un residente de barrio Alvear, de 63 años, que sufrió severas lastimaduras en los oídos, el cuello y la cabeza cuando fue mordido por un can de raza pitbull de su propiedad.
Según declaró por radio el jefe del área de Cuidados Intensivos del Heca, Darío Souto, “las heridas fueron todas en partes blandas de la cabeza; al ser esta persona epiléptica había hecho una convulsión y se ve que el perro reaccionó al verlo en ese trance”.
“Perdió mucho sangre, le arrancó toda la piel, el cuero cabelludo y tiene comprometido el pabellón auricular. Las heridas son importantes”, describió el médico, quien a la vez expresó que el paciente “está estabilizado dentro de la situación crítica en la que se encuentra; la intención es, de acuerdo a la evolución que presente con el transcurso de las horas, que sea sacado del coma farmacológico”.
Este episodio reavivó el debate sobre la conveniencia de tener como mascotas perros de extrema peligrosidad. Al respecto, la titular del Instituto Municipal de Salud Animal (Imusa), Diana Bonifacio, insistió con que desde su área “se desaconseja la tenencia de esta clase de perros”.
“El pitbull es una raza que se repite en los casos de ataques. Hay mucha diferencia en las estadísticas: hay cuatro o cinco pitbull por cada perro de otra raza que protagoniza un ataque”, detalló la funcionaria.
Bonifacio indicó que el can que atacó el lunes a su dueño fue derivado al Imusa, donde permanecerá durante un tiempo “hasta que se logre corregir la agresividad; luego se le buscará dueño, que tendrá que ser alguien con capacidades para cuidar de un perro de estas características”.
Por último, lamentó que “nadie se acerque al Imusa a asesorarse cuáles son los cuidados que se deben tomar con los perros de gran porte”.