Melisa Giancrisostomo
El pasado 6 de septiembre se concretó la presentación de los resultados del Censo del Cinturón Hortícola de Rosario en la localidad de Arroyo Seco. Este registro se realizó en el marco del Proyecto “Relevamiento y caracterización del Sector Hortícola de Santa Fe” impulsado por el INTA.
La ingeniera agrónoma María Cristina Mondino, del INTA Arroyo Seco, fue quien coordinó el proyecto en la región y presentó los resultados del relevamiento realizado en conjunto con los municipios y comunas durante 2021.
Si bien aún los datos provinciales del censo no fueron publicados oficialmente, la presentación realizada en el cinturón de Rosario marca cuál es el estado de situación del sector ante la importancia que representa la producción hortícola de la región en la provincia de Santa Fe. La producción hortícola del sur de la provincia se concentra en el departamento de Rosario y fueron 200 los productores relevados.
La ingeniera agrónoma explicó que en relación al primer censo realizado en 1994, el área cultivada con hortalizas se redujo, aunque en los últimos años la relación se sostiene: “Se ve claramente cómo va variando a lo largo de los años. La realidad de la horticultura es muy fluctuante. Tenemos menos productores que el primer censo pero en relación a los últimos se mantuvo”.
Y lo que señala la profesional como causante de la pérdida del área de superficie en la producción de alimentos, coincide con lo que relatan los productores de la región: la tierra está en riesgo por el aumento de los alquileres anclados al precio de la soja, y por el avance de loteos y urbanizaciones.
“La soja no ha corrido la frontera de la agricultura hortícola. Sí la urbanización. El avance de las urbanizaciones compite con la producción hortícola. Mientras bregamos para que cada vez la producción esté más cerca del consumidor por una cuestión de kilómetro cero, estamos desplazando a los productores por el avance de las urbanizaciones. La mayoría de los establecimientos hortícolas son periurbanos y la urbanización es un problema. Hay una falta de planificación territorial. Y esto no está muy visibilizado. No hay muchos decisores políticos con formación en el tema y es una actividad a la que no se le da la importancia que se le debe dar. Los productores hortícolas producen lo que comemos todos los días y es una de las producciones que más mano de obra requiere y la que más trabajo indirectos genera”.
El avance de la ciudad, de la mano de nuevos loteos, countries y planes habitacionales, lleva tiempo expulsando a los productores.
Posterior a la presentación de los datos preliminares del cinturón hortícola de Rosario, productores de la zona se reunieron en la localidad de General Lagos con la subsecretaria de Pequeños y Medianos Productores, Milagros Barbieri; el director de Fortalecimiento de Sistemas Productivos locales, Marcelo Yaquet; la directora del Banco Argentino de Desarrollo, María de los Ángeles Sacnun, y el coordinador de Cooperativas de Servicios Públicos del INAES, Marcelo D’Angelo.
Allí los productores expresaron que las posibilidades de cosechar verduras para la población dependen del valor de la tierra, sujeto al mercado inmobiliario local y a un commodity en el mercado internacional. La mayoría alquila campos para su quinta hortícola, con un contrato que varía mes a mes en base al precio del quintal de soja.
El acceso a la tierra y la falta de mano de obra
A esto se suma que la superficie sembrada para hortalizas es ínfima en relación a otros cultivos extensivos. La situación de muchos productores al competir con cultivos para exportación no es nueva.
Un tema crítico es el acceso a la tierra. Un gran porcentaje de las quintas hortícolas son alquiladas y diversificadas en varios productores: “Hay muchos campos que los trabajaba un solo productor y ahora se lo alquilan a varios productores. Una misma quinta se divide en varios productores. El porcentaje de arrendamiento es alto y responde a una tendencia de recambio generacional y a la falta de mano de obra calificada y no calificada para el sector. Los hijos no quieren hacerse cargo del campo, y el productor ya es grande para la tarea manual que requiere el trabajo en quinta. La falta de mano de obra es un problema grave y esto se da por un problema de legislación laboral y porque hay competencias con otras actividades como la construcción”, explicó María Cristina Mondino.
Productores bolivianos
Es creciente la presencia de productores hortícolas de origen boliviano que producen verduras en los bordes de las ciudades.
Los productores bolivianos se transformaron en un actor decisivo en lo referido al abastecimiento de alimentos cotidianos de una población. No sólo sostienen en un gran porcentaje la producción de alimentos, sino que además garantizan el cultivo de especies que dejaron de sembrarse por la falta de mano de obra, como por ejemplo el tomate.
Buenas Prácticas Agrícolas
La ingeniera agrónoma de la municipalidad de Arroyo Seco, Renata Luna, se refirió a la utilización de fitosanitarios en el control de malezas. De los datos censados, se desprende que el 70 por ciento se realizar en forma manual o mecánica y el 30.47 por ciento con control químico: “Observamos que en algunos casos son aplicaciones no controladas, donde no se cumple uno de los requisitos de la Buenas Prácticas Agrícolas”
Renata explicó que muchos productores se consideran conocedores de las Buenas Prácticas Agrícolas, pero que en la práctica la mayor superficie de producción está bajo agricultura convencional: “La mayoría de los productores hacen las cosas de esa manera porque es lo que conocen y la transición hacia las BPA dependerá de una política activa en capacitación y concientización del productor”.
Además aclaró que las BPA son un conjunto de principios y recomendaciones técnicas en la producción de alimentos, donde la aplicación de fitosanitarios es uno de los controles: otro de los lineamientos es la calidad de agua para el riego, el manejo de animales dentro de los establecimientos, el manejo del personal, que hacen a la inocuidad de los alimentos que se consumen.
Otro de los puntos interesantes a analizar del censo, aportado por Luna, es que casi el 40 por ciento vende su producción a los dos mercados concentrados de Rosario. Un 26 por ciento produce para la industria, un 21 por ciento vende directamente a mayorista y un 5 por ciento al canal minorista. Un 7 por ciento la vende directamente del campo en bolsones y casi ningún productor vende directamente a los supermercados.
La ingeniera Mondino explicó que el censo tiene el objetivo poner a disposición los datos relevados a los Estados municipales y comunales, que son los actores con decisiones políticas en la cadena de la producción para superar las dificultades o debilidades del sector. Y en este sentido destaca la necesidad de valorar el territorio y a las personas que sostienen la producción hortícola regional ante la importancia estratégica que cumplen en el abastecimiento alimentario de proximidad.
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