Robos a plena luz del día, por teléfono y, al menos, sin violencia. Así calificó el director provincial de Centros Territoriales de Denuncia (CTD), Leonardo Barucca, los engaños cometidos en perjuicio de personas mayores durante el último mes y medio en Rosario. La modalidad es antigua, lo nuevo es la mayor frecuencia. “Se registraron diez casos, que en su mayoría respetan la misma modalidad: intervienen dos voces masculinas y a veces una femenina, pero la persona que retira el dinero no es la misma en todos los hechos, ya que no coinciden las características aportadas por las víctimas, que incluso a veces no pueden recordar detalles”, dijo el funcionario.
El Ministerio Público de Acusación (MPA) investiga los casos, pero aún no hay indicios que permitan apuntar a una misma banda organizada que opere en diferentes zonas de la ciudad. “La realidad es que se presentan con las mismas características, llaman a fijos y se hacen pasar por un familiar. Argumentan que están resfriados para disimular el tono de voz y que no se note la usurpación de identidad», explicó Barucca a El Ciudadano. Les avisan generosamente que hay billetes nacionales y dólares que van a dejar de circular, y les piden que les «canten» la numeración del papel moneda que tienen las víctimas para saber si está entre los que dejarán de tener valor. Por ejemplo, mencionan entre ellos a los que tienen la figura de Evita o de (Julio Argentino) Roca. Al instante, como pariente solícito, el estafador se ofrece a cambiar en un banco el dinero «obsoleto». “Son rápidos, generalmente los llamados se dieron entre las 10 y las 11 de la mañana», apunta el funcionario judicial. Y explica por qué ese horario: es para apurar a la víctima con el cierre de las instituciones financieras y no darle tiempo a sospechar del relato. Finalmente, avisan que «un amigo pasará a buscar el dinero”.
Abuelos embaucados
Las personas engañadas son en general mayores de 70 años y las estafas se dieron en diferentes zonas: en el norte, en el centro y hubo una en Funes, recordó el director provincial de Centros Territoriales de Denuncia.
Uno de los robos relatados por Barucca ocurrió hace unos días en Oroño y Battle y Ordoñez. Un hombre llamó a una casa. Atendió una señora y dijo ser su hijo de 52 años. La mujer al principio no lo reconoció, pero el embaucador justificó el diferente tono de voz en un resfrío y la conversación siguió su curso. Le pidió que le cante la numeración de los dólares que tenía ya que estaban en desuso y la víctima accedió. Eran 25 billetes de 100 dólares y para que la mujer no se moviera de su casa le dijo que un amigo pasaría a buscarlos.
Al rato, un hombre descrito por la señora como pelado, alto y vistiendo pantalón negro y camisa a rayas, se presentó y la víctima le entregó el sobre con los billetes. Al cerrar la puerta de su casa, la víctima se cruzó con su nuera –que estuvo todo el tiempo en la vivienda– y le contó que Raúl –su esposo– le había pedido ese recado. La mujer le avisó a su suegra que eso era imposible porque el marido estaba trabajando y no podía hacer llamadas. Las dos salieron a la calle de inmediato pero ya era tarde: apenas vieron el arranque del Renault Megane en el que el embaucador telefónico, o su cómplice, escapaba con las divisas.
A tener en cuenta (consejos oficiales)
- Los estafadores siempre llaman a teléfonos fijos
- Esos llamados son por la mañana
- Usan ardides similares para obtener información de sus víctimas. Ejemplo, comenzar la conversación con un “Hola mamá” para del otro lado respondan con un nombre con el cual se presentan.
Medidas de precaución
- Utilizar otros medios para comunicarse con la persona que supuestamente llama. Desde un celular, por caso, y comprobar la identidad del que llama.