“Queremos otra representatividad en el gremio y para eso vamos a garantizar la normal realización de la asamblea”, le expresaba el dirigente opositor David Sánchez a la movilera de Canal 3 cuando al mismo tiempo tenía que correrse hacia la vereda para atenuar los efectos explosivos de una bomba de estruendo, que un seguidor suyo había encendido a apenas dos metros de dónde lo estaban entrevistando. Así, enrarecida y violenta, se desarrollaba la previa de la asamblea en la que los trabajadores municipales debían constituir la junta electoral para ponerle fecha a las elecciones.
Desde el mediodía, el grupo que respondía al Colo Sánchez, visiblemente identificado con remeras rojas, se parapetó en el ingreso a la sede del Sindicato de Trabajadores Municipales de Rosario, situada en Entre Ríos al 1200. Desde la actual conducción gremial advirtieron que “la mitad de ellos no eran empleados municipales”. Y presentaron una denuncia en Fiscalía por vandalismo en la puerta de blindex del edificio, agresiones e intimidaciones a afiliados que intentaron ingresar al centro médico durante el transcurso de la tarde.
La zona de Entre Ríos entre Mendoza y 3 de Febrero se sitió de efectivos de la Policía y personal de Infantería. Hubo desvíos en el tránsito vehicular. Y aquellos empleados municipales con intenciones de participar de la asamblea tuvieron que mostrar DNI y último recibo de sueldo. “Allí quedó en evidencia que más de la mitad no eran compañeros municipales”, alertó Yamila Baclini, secretaria de Desarrollo Humano del Sindicato.
El momento de mayor tensión sobrevino a las 18, cuando llegó por calle 3 de Febrero un nutrido grupo de afiliados que responden a la conducción de Antonio Ratner. Los muchachos del Colo Sánchez, ex director de Control Urbano de la Municipalidad, quedaron acorralados en el medio, mientras los otros trabajadores conformaban una larga fila que llegaba hasta Mendoza.
Las facciones de oficialismo y oposición quedaron frente a frente. Volaron botellas de gaseosas y objetos contundentes, se arrancaron banderas y estallaron bombas de estruendo. Y cuando ya estaban a punto de enfrentarse en el sector de ingreso a la sede sindical, la Policía disuadió con gas pimienta y balas de goma. El grupo identificado con remeras rojas corrió hacia la esquina de Entre Ríos y 3 de Febrero. E infantería conformó un vallado para evitar que los grupos vuelvan a enfrentarse. Había explotado la interna en el Sindicato de Municipales.