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“Estamos peleando por la reincorporación de todos”

“Pepsico no está en crisis”, sostuvo Luis Medina, delegado de la comisión interna gremial de la planta productora de snacks de Vicente López, que cerró y despidió a todos sus trabajadores. Al mismo tiempo expresó que la empresa multinacional está buscando disciplinar a sus operarios para imponer sueldos menores y peores condiciones de trabajo en una futura reapertura. Según el referente sindical, la empresa no puede cumplir sus compromisos de mercado y debe traer papas fritas desde Chile, pero persiste con su estrategia.

El pasado jueves, la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos y el Centro Cultural La Toma, invitaron a los trabajadores despedidos de Pepsico a una conferencia en la que pudieron contar su presente de incertidumbre y reclamo.

“Lo único que tenemos hasta ahora es una indemnización y nueve meses de obra social, que la mayoría de los compañeros no aceptó y se sigue peleando por los puestos de trabajo. Indemnización o traslados a Mar del Plata o algún otro lugar, eso nunca se habló”, afirmó Medina, y recalcó que están peleando por “la reincorporación de todas las compañeras y compañeros”.

Según denunció el delegado, “los compañeros de la planta de Mar del Plata están siendo súper explotados, porque la multinacional Pepsico no puede garantizar el mercado”. Y aseguró que la firma maneja el 80 por ciento de la producción de snakcs en Argentina, Paraguay y Uruguay. “Hasta ahora lo hacían con dos plantas, pero ese ritmo de producción es insostenible con una planta sola y por eso aumentaron los ritmos de producción. Los compañeros están dejando la salud en las máquinas”, denunció.

“Así y todo, tampoco dan abasto y entonces tienen que importar mercadería desde Chile, donde tienen otra planta. Lo traen vía aérea hasta Aeroparque, esto es todas las papas fritas Lays, etcétera. Lo que trae acarreado un gasto enorme. Planteamos esto porque la empresa en un momento presentó un recurso preventivo de crisis, y nosotros queremos dejar en claro que Pepsico no está en crisis”.

Los motivos de los despidos, según Medina, apuntan a que la empresa pretende bajar salarios y empeorar las condiciones de trabajo en una futura reapertura con una renovación del plantel. “Nosotros creemos que quieren avanzar y barrer con la organización gremial que teníamos en la fábrica. Esa planta está en Vicente López, en un lugar estratégico para el mercado porque está a minutos de Capital Federal, a metros de Panamericana y cerca de la avenida General Paz. Comparada con la planta de Mar del Plata, tiene muchas ventajas, porque la marplatense está a 500 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires. Por eso, nosotros creemos que lo que quieren hacer es barrernos a nosotros, cambiar de firma y tomar gente precarizada, flexibilizada, tercerizada para obtener mayores ganancias en pos de la salud y los derechos de la gente que vaya a trabajar ahí”, subrayó el delegado de la interna.

El conflicto de Pepsico genera también acompañamiento social por género: “El 70 por ciento del plantel de nuestra planta son mujeres, muchas son mamás, algunas son madres solteras y único sostén de familia, algunas alquilan y entonces ellas son las que estuvieron al frente de esta pelea y nos dan un orgullo enorme”.

Medina elogió a sus compañeras: “Ellas estuvieron al frente cuando fuimos reprimidos por la Policía bonaerense, al punto que los mismos vecinos del barrio las tuvieron que ayudar, porque tiraron gases lacrimógenos también en los patios de las casas. La Policía también tiró gases en un jardín escolar que debió ser evacuado por los propios docentes. En honor a ellas estamos dando esta pelea y porque cuando las mujeres avanzan, ningún hombre retrocede”.

Los delegados de Pepsico que viajaron a Rosario acusaron al Sindicato de Trabajadores de Industrias de Alimentación (Stia), y a su titular y ex jefe de la CGT, Rodolfo Daer, de “olvidarse” de los trabajadores despedidos. Según refirió Medina, desde un principio Daer expresó que “no se podía hacer nada” por los trabajadores de Pepsico.

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