Un grupo de chicas y chicos de El Federal y El Luchador están en un taller de comunicación del programa Santa Fe Más y tuvieron el desafío de hacer un registro de las actividades, los deportes y los otros espacios de formación de estos clubes que son un punto de referencia por su organización colectiva para vecinas y vecinos de los barrios La República y Bella Vista.
Los clubes El Luchador, de Lima 1350, y el Federal, de Zeballos 4641, están a tres cuadras y desde hace más de una década sus comisiones se organizan para trabajar en conjunto. Comparten el equipo de vóley femenino La República y cada uno se destaca en la liga profesional de futsal. Para los casi 400 deportistas junto a las familias que los transitan casi no hay divisiones ya que pueden apropiarse de las actividades como si fueran uno.
En estos años, los integrantes del Federal y Luchador no dejaron de lado su compromiso por la formación de las y los jóvenes. Por esto, dictan los talleres de comunicación, textil, cocina, de gestión y auxiliar y gestión deportiva, que se da tanto en los clubes como en las Unidades Penales 6, 11 y 16 que están dentro del Santa Fe Más. Este programa depende del Ministerio de Desarrollo Social y es una de las políticas públicas impulsadas por el gobierno provincial para acompañar las capacitaciones en organizaciones sociales e instituciones que alcanza a 23.000 jóvenes en todo el territorio santafesino.
Aprender haciendo
El taller de comunicación empezó en octubre de 2020. Marcos, Iván y Juan, referentes en El Luchador y El Federal, están en la coordinación de este espacio junto a Tomás, a quien buscaron para dar la capacitación.
Para Tomás el recorrido que tienen tanto El Luchador como El Federal es un caudal y un gran recurso por su anclaje territorial. «Toda esa militancia, es una base a la hora de plantear en el taller cada una de las dinámicas que tiene como eje rector esta cuestión de organizarse para no hacer las cosas solos y solas», contó Tomás sobre cómo piensan el espacio de formación donde trabajan con el lenguaje escrito, sonoro y audiovisual.
En estos meses, las chicas y chicos de Comunicación tuvieron la oportunidad de aprender a medida que hacían el registro de las actividades de los clubes.
«El grupo del taller de Comunicación no sólo se encargó de hacer la cobertura del Festival de Patín sino también hicieron la transmisión en vivo del campeonato nacional de natación y fueron grandes desafíos», dijo Tomás. El verano pasado, al grupo se le redobló la apuesta cuando fueron los encargados de garantizar la antesala de Cine bajo las Estrellas.
«De repente el taller de Comunicación empezó a ser referencia para esa actividad y los pibes y pibas pudieron pensar cómo darle una impronta particular a cada de las previas para contar no sólo lo que hicieron en su taller y en los otros sino también todo lo que se trabajó en el barrio durante la pandemia. Fueron como dos meses en los que ellos tuvieron esa experiencia de conducir, preproducir y entrevistar donde trabajamos mucho para hacer una exposición cuidada de lo que se quería mostrar», explicó Tomás.
Julián tiene 19 años, es jugador y entrenador de las inferiores de futsal. «Me convocó Juan Manuel, uno de los profes, y arrancamos en un contexto distinto al que estamos ahora», dijo en referencia a los protocolos por la pandemia y agregó que primero trabajaron las partes de la noticia con distintas coberturas de los otros talleres que hay en los clubes.
«Después surgió la cobertura del cierre de año del Patín Arte del Federal. Tuvimos que dividirnos para hacer la cobertura y el trabajo posterior que fue la edición que terminó en un video que entregamos a las profesoras y las alumnas», contó Julián y ésta fue una ejercitación para el próximo desafío con Cine bajo las Estrellas.
«El taller de comunicación estaba a cargo de la previa de la película y una de las temáticas fue mostrar la cobertura del Patín Arte. Fueron 12 las previas. Todos los miércoles del verano. Tuvimos que definir distintos roles, entre todos y todas: escribir lo que sucedía, encargarnos de la conducción, lo audiovisual, las cámaras, las entrevistas, el sonido y el registro de fotos. Algunas de las temáticas fue mostrar alguna actividad del club y para eso buscábamos información y otras, era un recital donde vinieron a tocar varios artistas, entre ellos Farolitos», enumeró.
A Julián lo que más le gustó fueron las coberturas de las actividades. «Creo que es re importante que los clubes tengan esa oportunidad; que un grupo que es parte muestre lo que se busca en esa actividad o deporte, es fundamental», dijo.
Tomás aclaró que a través de estas experiencias, que fueron intensas, las chicas y chicos fueron conociendo las herramientas en el terreno y que el objetivo es seguir profundizando.
Jordi tiene 16 años y también es jugador de futsal. Al taller llegó igual que Julián y le llamó la atención cómo se pudieron organizar en las previas para afrontar algo que no sabían. «Tuvimos que experimentar ahí y se nos fue dando bien», contó.
Tomás señaló que unas vez terminadas estas experiencias charlaron sobre qué aprendieron. «Salió bastante esta cosa de poder expresarnos mejor, de poder argumentar que también está dentro de los distintos objetivos que nos fuimos proponiendo», contó.
Yamila es otra integrante del taller. Tiene 22 años y va al Federal desde los 9 años cuando lo tomaron un grupo de jóvenes para recuperarlo y está en la comisión del Luchador. Yamila explicó su experiencia desde la relación entre la autogestión de los clubes y el programa. «Los talleres del Santa Fe Más son una herramienta para concretar proyectos que se venían craneando desde hace un montón de tiempo. Es un recurso. Estas etapas de capacitación y formación hay que aprovecharlas al máximo para poder concretar las otras cosas», remarcó.
Con respecto a las expectativas que le generó no sólo este taller sino también las demás capacitaciones dijo: «Como lo venimos laburando, claramente vamos a tener un canal donde Juli será el conductor, el de cocina terminará en un bufet y el de huerta tendrá su vivero. La idea también es concretar proyectos que le den laburo al barrio».
Marcos también sostuvo que venían haciendo cosas desde antes de tener los talleres del Santa Fe Más pero reparó en que «les sirvió para organizarse».
En tanto, Iván destacó el eje solidario entre los talleres. «El de comunicación se puso al servicio y tomó el desafío de cubrir el Patín Arte, cocina preparó las colaciones y la merienda para la colonia de vacaciones. También cocinaron en el evento del Día de la Memoria donde el grupo de Comunicación registró esa actividad. Jardinería puso a disposición plantines. Cada uno va buscando cómo abrazarse con el otro taller y ponerse al servicio», contó.
El Luchador y el Federal
El sentido de pertenencia que tienen los chicos y las chicas del taller de comunicación por los clubes radica en cómo se fue gestando su identidad a lo largo de estos años tan arraigada en la organización colectiva. Marcos en su repaso de la historia del club que nació en 1932 destacó que la fundación la hicieron personas de clase trabajadora. En los 90 el esplendor que supo tener el Luchador con los tradicionales bailes La Carpita se fue apagando y las actividades aquietando. También recordó que aprovechaba las dos horas que estaba abierto para jugar a la pelota con un grupo de amigos. Pasó una década y los históricos de la comisión fueron invitando a esos jóvenes a participar y en algunos años pudieron ocupar cargos. «Nosotros veníamos de la crisis de 2001 balbuceando organización. Hacíamos chopeadas, ventas de todo tipo, torneos de vóley y fútbol para arreglar las cosas más urgentes», contó para agregar que ese año también nació la banda Farolitos, músicos de La República que con sus recitales juntaban a los pibes y pibas para el hacer.
En 2008, un grupo de jóvenes recuperó El Federal, fundado 1943. «Ahí podemos empezar a pensarnos como barrio», recordó Marcos para señalar que como ya tenían la experiencia de la autogestión en el Luchador «los ayudamos un poquito y de ahí nos hicimos uno».
Juan, coordinador y entrenador de futsal del Federal, siguió y dijo que estaba abandonado desde hacía una década y cada vez que lo abrían había manejes raros. Cuando se enteraron que la idea era que el club desapareciera para hacer edificios, «los jóvenes se empezaron a inquietar y se decidió recuperar esa parte histórica del barrio», explicó y aclaró que si bien el Federal está en La República también es un importante punto de referencia para los vecinos y las vecinas de Bella Vista. «Trabajamos mucho la pertenencia porque lo tuvimos que hacer desde cero. Se entrenaba tres veces por semana pero no había partidos, se hacían jornadas de trabajo para acondicionar el lugar. Siempre buscamos la excelencia deportiva para poder competir de igual a igual en deportes bajo techo como vóley, patín y fútbol de salón», dijo Juan y con Marcos señalaron que para lograr una cancha de futsal con estándares internacionales para jugar en primera en el Federal tuvieron que hacer cientos de recitales, ventas de empanadas y actividades de las más diversas. «Eso lo hicieron los chicos», remarcaron.
Marcos dijo que una de las cosas que más les enorgullece es que el 90 por ciento del dinero que usaron para las obras de los dos clubes vino del barrio y el 10 del Estado o de algún privado.
Iván agregó que la pandemia también hizo que «levantaran la bandera barrio adentro entre los clubes con una organización sólida para las ollas populares, clases de apoyo pedagógico o actividades en la Plaza La República –9 de Julio y Paraná– como la del Día del Niño y la Escuela del Mundo al Revés».
Marcos no dejó pasar que este recorrido que contaron junto a Iván y Juan es la parte linda porque se enfrentaron a lo complejo de la organización de ese trabajo colectivo que es voluntario y genera un desgaste. «De los 25 pibes y pibas que pasaron por el Federal quedan tres por distintas circunstancias pero se sumó gente nueva que agarró esa idea que sembraron y dejaron plantada las anteriores gestiones para seguir», cerró.