“Este es un año con una serie de aniversarios importantes: se cumplen 35 del surgimiento de Piripincho, pero además yo cumplo 50 años como actor, 15 de la aparición de la Peña Jocosa y 40 que me recibí de arquitecto, aunque a veces no lo tengo tan en cuenta y tampoco nunca lo fui, más allá de mis trabajos con las escenografías y los espacios”, dice el actor, director y docente teatral local Héctor Ansaldi, quien este jueves, a las 11, será reconocido en el Concejo Municipal por su labor como creador e intérprete de Piripincho, su personaje más emblemático, al tiempo que el sábado, a las 22, en Caras y Caretas (Corrientes 1518), estrenará su nuevo espectáculo para adultos, El hombre de 50 cuerpos, donde, de algún modo, se reencuentra con los personajes que lo habitaron en estas cinco décadas de trabajo.
“Este es un año importante para mí porque me conmocionó lo que pasó con Piripincho y la gente en el teatro Broadway; realmente, a pedido del público, tuvimos que seguir haciendo funciones en Caras y Caretas que es la casa de Piripincho. Y el reconocimiento del jueves en el Concejo me toma por sorpresa; creo que surgió a partir de una iniciativa en Facebook y, claramente, me pone muy feliz, pero no sé si tengo que ir yo, Piripincho o los dos”, detalló entre risas Ansaldi, quien además de ser reconocido por su personaje será declarado Artista Distinguido de Rosario, galardón que concede el Concejo Municipal a las figuras destacadas de la cultura local.
Respecto del singular Piripincho, personaje que gracias a su candidez y honestidad se ha mantenido vigente por más tres décadas sumando en la platea de sus presentaciones a varias generaciones de rosarinos, Ansaldi expresó: “En general con todos los personajes, y en particular con Piripincho, me animo a hacer o decir cosas que yo jamás haría o diría, porque soy bastante tímido. Creo que a los 14 años, cuando empecé en la Dante Alighieri y era mucho más tímido que ahora, lo hice para poder romper un poco con ese obstáculo que puede resultar la timidez. De todos modos, mi gran pasión era el cine, pero arranqué por el teatro. En aquel entonces, empecé a hacer lo mismo que estoy haciendo ahora: dirigía, actuaba, hacía la escenografía; después, con los años, también empecé a escribir. Todo lo hice siempre de una manera bastante intuitiva y no sé si cambié demasiado, creo que no. Antes era bastante inocente, y ahora también: lo que hago, lo hago desde la sorpresa y la intuición”.
Y completó, respecto de cómo surgió Piripincho: “Fue algo natural, casi una casualidad. Piripincho surgió en un programa de televisión que hacíamos en Buenos Aires; yo me puse el primer vestuario que encontré a mano y los dientes eran de una obra para adultos que había hecho con Mirko Buchín sobre un texto de Griselda Gambaro; me lo puse por un ratito y terminó teniendo 35 años. Incluso, al principio ni hablaba; después quise hacer un nene feo, en realidad, que no llamara la atención por lindo; quería que fuera un chico común, de la calle, que se maravillara con las cosas más simples. Y ahora, con el paso de los años, llegué a la conclusión de que es un personaje que no está destinado al niño cronológico, sino al niño de las personas; quizás por eso ahora vienen a verlo las personas que fueron niños hace tiempo”.
Un racconto vital
El hombre de 50 cuerpos, el espectáculo que estrenará este sábado, “una extraña criatura que reúne todos los personajes que he interpretado en mi vida”, adelanta Ansaldi, es una invitación para que el público pase y vea el “inaudito caso de un hombre que debe vivir con muchos cuerpos, todos peleándose por ganar el protagonismo de una única cabeza”.
“El del sábado es un estreno importante porque se cumplen 50 años desde que debuté y no paré nunca más de hacer teatro. Es, de alguna manera, una celebración personal y por eso armé esta obra que se basa en la disputa que puede tener una persona que se dedica al teatro con sus discípulos, un conflicto extendido a través de los años. Y así se me ocurrió esta situación: la de un hombre de 50 cuerpos; un hombre al que le van apareciendo personajes y lo van invadiendo”, adelantó Ansaldi sobre su nuevo trabajo, al tiempo que aclaró: “No es un rejunte de personajes sino que estos personajes conforman la historia de este sujeto que queda enredado con todas estas criaturas que lo merodean”.
“En este nuevo espectáculo, el público verá un recorrido por mis personajes y por el andamiaje con el que se montan y se hacen las obras; es un espectáculo bien a mi estilo: intenso y acaparador de toda la sala, y a la gente le va a gustar porque va a ver pasar cosas que quizás ya vio, pero las verá en otro contexto; incluso también verán pasar a Piripincho porque, obviamente, es parte de esta historia de 50 años de teatro. Pero lo singular es que muchos de estos personajes no sólo me toman por asalto a mí como actor sino también tomarán por asalto al público”.
Así, protagonizado por esta especie de “fenómeno de muchos cuerpos”, en el cual se resumen muchos personajes, todos los que Ansaldi interpretó en sus espectáculos, aparecen en escena desde el mendigo de Nietzche al científico encantador de audiencias de Strindberg, sólo por mencionar dos de sus últimas creaciones. “Este espectáculo es una confidencia sobre las tramoyas de la vida y las obras, narrado a través de los cuerpos. El argumento de la obra gira en torno de las luchas internas que viven los artistas”, escribió Ansaldi, quien describe ese proceso como “la tragedia de los cómicos”, en la cual un comediante se ve aprisionado entre las telas y telones del escenario.
Es una obra para ser representada por lo menos por una veintena de actores, en la que Ansaldi cambia de personajes varias veces en la misma escena y sólo es apoyado por Manuel Lafranchi, interpretando a un discípulo del protagonista que “puede salvarlo”.
Respecto del momento que vive a nivel artístico, Ansaldi reflexionó finalmente: “Los reconocimientos son un empujón como para que uno siga adelante, porque yo he tenido bajones en los cuales pensé en largar todo y dedicarme a otra cosa. Pero, por suerte, siempre viene algo que de algún modo te dice: «Seguí un poco más», y así seguí adelante en estos 50 años. Pero me gustaría que con este estreno la gente pueda ver otra cosa que no sea Piripincho, porque eso también me cuesta bastante, más allá de que es más complejo trabajar para los chicos. Los chicos son más honestos y si algo no les gusta te lo hacen saber de inmediato; los adultos solemos ser un poco más hipócritas”, concluyó.
Iconografía rosarina
Con su primera actuación a los 14 años, Héctor Ansaldi comenzó un camino que lo llevó por muchos escenarios. Desde que fundó el teatro Caras y Caretas, en 1973, una de las salas independientes más antiguas de Rosario, realiza una labor ininterrumpida en el ámbito teatral. También, llevó sus espectáculos por festivales internacionales, recibió numerosos premios como reconocimiento a su carrera y participó en cine y tevé. Claramente, su creación de mayor resonancia es Piripincho, que en 2015 cumplió 35 años formando a generaciones de chicos, claramente, un personaje que ya forma parte de la iconografía rosarina.