Las dificultades para abordar de manera cierta aquello que se desconoce atraviesa la atmósfera de Ínsula, ópera prima de María Onis que llega este martes a la medianoche y a las 4 de la mañana a Cine.ar y que para la cineasta y música muestra el valor «del estado de la duda como base para el aprendizaje».
Onis consideró, durante una entrevista con Télam, que esa posición que despliega en su largometraje debut, aunque parezca estática, «es una postura que tiene que ver con la escucha, la pausa en el aire, como un silencio en una canción».
La artista dirigió un guión concebido con Laura Amdan acerca de una estudiante de antropología y su compañero, un estudiante de cine, quienes quieren hacer un documental sobre la comunidad wichi llamada El Traslado en la provincia de Salta. Se trata de una experiencia que muestra los abismos culturales y sociales más allá de las buenas intenciones.
Ínsula es protagonizada por María Soldi y Francisco Benvenuti y este martes desde las 4 de la mañana se podrá ver a través de Cine.ar, para luego quedar incorporada a la plataforma Cine.ar Play.
Onis dirigió los cortos Galaxies, Los celos de la piedra, Maíz que nada, Sobremesa y Alerta! entre otros, fue ambientadora de Zama, de Lucrecia Martel y directora de arte de Ejercicios de memoria, de Paz Encina, y es la voz de María Onis y su conjunto Almohada que ostenta dos álbumes: Almohada (2011) y Pompas de Jamón (2013).
Ante la historia de este dúo de profesionales que buscan reflejar una realidad tan lejana a ellos y no saben cómo lograrlo, Onis afirmó: “Cada uno se cuestionará lo que pueda. No es una bajada de línea sino un ejercicio de observación de algunos comportamientos, una falla del método en donde tratando de acercarnos, nos dimos cuenta de que no sabíamos casi nada de todo ese mundo”.
Onis también manifestó que este film se pone sobre el tapete el tipo de saber académico que propone la distancia sobre lo que se estudia (sin importar que sean piedras, personas, ideas o animales). “La distancia ofrece una perspectiva, un plano medio, en donde uno no llega a sentir determinados olores y a percibir la deformación de la cercanía, donde habita la exageración y el gesto desmedido. La distancia suele establecerse cuando no se es capaz de aguantar el dolor o el detalle alrededor, entonces con la beneficencia y las causas nobles la conciencia se calma. Así como funciona el sistema de confesión religiosa en donde no se piensa en el origen del exabrupto. Esa práctica nos ha quitado mucha capacidad de empatía, de análisis sobre los comportamientos, sobre uno con los otros. Pero no solo se habla del método de la ciencia, también se plantea en la película que el método del arte muchas veces también es liviano y se maneja con impunidad”, sostuvo.
Consultada sobre si el objetivo fue realizar una película que incomode, la directora explicó: “No nos lo planteamos así sino que fue lo más estremecedor que nos pasó y creo que entendimos que ahí había algo más valioso para contar. De todas maneras lograr incomodar es un lujo en estos tiempos del agrado. La incomodidad es uno de los mejores estados, en su permanencia, en su efecto que dispara un trayecto de pensamiento hacia el futuro. La incomodidad nos promete que volverá, que está construida con contradicciones, que no nos dejará tranquilos, que seguramente tenga que ver con algo propio que se encontró con un reflejo no deseado”.
En tanto, sobre la comunidad de El Traslado, la directora señaló que es “una comunidad muy aislada a la que se llega después de seis horas por camino de tierra y en donde en verano no se puede entrar por el agua”. “Cuando hay una emergencia tienen que llamar por radio a un helicóptero. Están atravesando un momento de transición, como casi todas las comunidades pero la diferencia es que ellos lograron un fallo a favor en una causa por el territorio. La ingeniera agrónoma Ana Álvarez realizó con ellos un mapa en donde los parámetros se establecieron en función de sus usos como cementerios y zonas de recolección de miel ignorando los alambrados y las escrituras”.
Onis también deja un espacio libre entre sus producciones para disfrutar y crear música, junto a su banda Almohada y en materia de comparación, expresó que le gustaría que “filmar fuera más espontáneo, como es la música en general”. De todas maneras aclaró: “Me gusta poder pensar algunas ideas en diferentes formatos. Hago también bandas de sonido, la música también son imágenes y relatos y el cine es ritmo”.
Y definió el género que hace su banda: “Por la instrumentación y la libertad de movimiento entre géneros diría que es pop. Pero lo pienso más como una artesanía misteriosa a la que le voy agregando un dije, un aullido, un tullido”.
En materia de adelantos, la cineasta mencionó que trabajará en un film sobre Jorge Polaco: “Polaco fue un director único, capaz de hacer películas que cuestionaban muchos aspectos de la moral, que por lo tanto, incomodaban y fue incomprendido por la crítica y el público. Su conflicto judicial con Kindergarten (única película censurada en democracia) terminó de catapultarlo en una zona oscura en donde sonaba mucho la palabra pervertido sin saber realmente de que estaban hablando. Nos interesa mucho que su trabajo vuelva a ser pensado, que los jóvenes puedan acceder a sus películas, así que también vamos a digitalizar sus películas en 35 mm para poder hacer retrospectivas”.