Organizaciones de la Unidad Piquetera marcharon este martes a la sede de Gobernación (Santa Fe y Moreno) donde permanecerán en un acampe por tiempo indeterminado. El reclamo –que se extendió a otras ciudades del país- es por trabajo genuino, apertura de programas sociales para los desocupados; elevar el salario mínimo a 120.000 pesos y alimentos de calidad para los comedores populares.
En declaraciones, Melisa Molina, referente del Polo Obrero indicó: “Luego de masivos plenarios de la Unidad Piquetera en todo el país, hemos resuelto iniciar un acampe por tiempo indeterminado frente a todos los centros del poder político. La situación no da para más, como lo expresan las crudas cifras sociales; 11 millones de pobres; 5,5 millones de desocupados o sub ocupados; 3,4 millones de pibes pobres; 2,4 millones de indigentes”.
Y amplió: “El ajuste y la inflación hunden en la miseria a millones de trabajadores. Reclamamos la generación de puestos de trabajo genuino, que se atienda el proyecto presentado hace más de un año en Desarrollo Social para crear un millón de puestos laborales bajo convenio en la obra pública, atendiendo a su vez la demanda de vivienda popular. Exigimos la apertura inmediata de programas sociales que el gobierno cerró por orden del FMI, sin contemplar que esta definición empuja a vastos sectores a la indigencia”.
Por su parte, Carla Deiana, socióloga y dirigente del Partido Obrero y el Frente de Izquierda de Santa Fe, afirmó: «En la Argentina del ajuste, las luchas se abren paso. Mientras la Unidad Piquetera va un acampe por tiempo indefinido, los trabajadores del neumático y su sindicato SUTNA, protagonizan una heroica pelea contra las grandes patronales del neumático defendiendo el salario”.
“Lo mismo hace la docencia de Santa Fe que continúa otra semana de paro frente a la oferta de rebaja salarial de Perotti. Ambas tienen en común una inflación del 100% que empuja a los trabajadores a reclamar un aumento salarial real frente a paritarias a la baja. Seguimos exigiendo un paro nacional y plan de lucha de la CGT y la CTA, para unificar todas estas peleas y permitir que lo voz de las y los trabajadores irrumpan de manera independiente en el escenario político, hoy dominado por la agenda de los capitalistas. No tenemos ninguna expectativa en este gobierno peronista de los beneficios para las patronales y el plan de austeridad del FMI, cuya herramienta central es la inflación, para licuar los ingresos fijos de los trabajadores y aumentar la recaudación del Estado”.