Este viernes por la mañana, a los 64 años y luego de un período de largo padecimiento por una serie de complicaciones de salud, falleció el destacado periodista rosarino Lalo Puccio, quien se desempeñaba desde 2011 en Radio Nacional Rosario, como columnista y conductor, pero que acreditaba una vasta carrera en los medios locales, además de ser uno de los históricos integrantes de La Mesa de los Galanes, creada a instancias de los amigos entrañables del recordado Negro Fontanarrosa, que funciona en el mítico bar El Cairo de Santa Fe y Sarmiento.
Licenciado en Comunicación Social, egresado de la Universidad Nacional de Rosario, editaba la página Gente y trabajo, y junto a Gabriela Sapienza condujo durante seis años, en Radio Nacional Rosario, el recordado programa Otra vuelta, en las tardes de esa emisora pública, hasta la llegada de la gestión macrista que lo sacó del aire.
Fanático hincha de Rosario Central y destacado militante peronista, Lalo, por Eduardo, su nombre de pila, también había trabajado en LT3 y Cablehogar, y se destacaba por su férrea manera de afrontar sus editoriales, particularmente por su pasión a la hora de debatir cuestiones vinculadas con la política o las problemáticas gremiales.
Lalo había comenzado su vida laboral como empleado en el Banquito Ferroviario. Y también, entre sus tareas habituales, se destacaba su oficio como comunicador institucional para empresas rosarinas.
Con su habitual acidez solía tirar sobre la mesa (la de la radio y la de Los Galanes) ideas o conceptos que siempre habilitaban la polémica. Algo de eso pasó en 2017, a instancias del casamiento en Rosario del futbolista del Barcelona Leonel Messi, que muchos denominaron “El casamiento del siglo”.
En esa oportunidad, Puccio, con su habitual acidez, expresó: “Yo no lo siento como un ídolo de la ciudad sino como alguien que viene, se casa y no tiene contacto con su ciudad. De los 260 invitados, ¿cuántos hay de acá?”. Y completó sin darse por vencido frente a sus compañeros galanes: “Me parece un casamiento ajeno a la ciudad, donde está todo cerrado y sólo los medios entran y solamente vemos lo que te muestra la televisión. Es un casamiento que se podría haber hecho en cualquier otro lugar del mundo y era lo mismo”.