Por Franco Scala
Se puso en marcha el ciclo de Mariano Soso al frente de Newell’s. La parada no era sencilla. Visitaba a Atlético Tucumán, que en su estadio impone presencia. Pero la Lepra lo controló en gran parte del partido. El nuevo DT apostó con un sistema de juego diferente. Línea de tres en el fondo, dos carrileros por afuera, un cinco posicional, dos volantes de buen pie y dos delanteros para bancar arriba.
Como era previsible, el Decano buscó tomar las riendas del partidos desde el inicio del primer tiempo. Lo hizo. Le sacó la pelota a Newell’s, pero le duró hasta la media hora de jugo. Apenas dos cabezazos de Coronel que se fueron cerca y no mucho más. Con el correr de los minutos el Rojinegro se fue amoldando. El Decano ya no tenía cierta libertad y la línea de tres se hacía sólida. El balón pasaba más por Banega y Miljevic y de esa manera el equipo descansaba. Algún arrebato de Silvetti para llegar al arco de Durso, pero no mucho más.
La segunda etapa fue distinta. Atlético se plantó firme y se puso el traje de protagonista. Newell’s le cedió la pelota. Algo peligroso, pero fue finalmente productivo. Reinatti, el arquero debutante en la Lepra, no tuvo demasiado trabajo. Al Decano se le acabaron las ideas porque el Rojinegro lo neutralizó. Eso le costó al equipo de Soso no generar prácticamente nada en ofensiva.
Soso empezó a cerrar el partido con los cambios. Afuera Miljevic, adentro Juani Méndez. Una clara señal que el empate le caía bárbaro. Debutar y no perder es los mejor que le puede pasar a un técnico. Y más si es de este Newell’s y de visitante. Terreno en el cual acumulaba tres derrotas y que solamente ganó una vez en el torneo.
Quizás en el primer partido de Soso no se vio el juego que pretende el DT para sus equipos. Es cierto que no tuvo mucho tiempo para imponer su idea. Pero sacar un punto en Tucumán no termina siendo nada malo. Y más para un equipo que venia, a pesar de haberle ganado a Independiente, con la flecha para abajo.
La iguladad hace trabajar tranquilo a Soso para lo que viene. Ahora se viene el Coloso. Se viene Boca. Un lindo desafío para este nuevo ciclo.