Investigadores de Esperanza ensayaron métodos para producir mayor cantidad de frutas. Lo hicieron por medio del raleo químico, una forma de regular la carga de frutos que imita los procesos naturales de las plantas, para conseguir mejores resultados.
El raleo es una práctica habitual en la producción de frutos como las manzanas, peras, durazneros y ciruelos. Consiste en quitar manual, mecánica o químicamente el exceso de la carga de los árboles para obtener mejores resultados. En el caso de los investigadores santafesinos, realizaron pruebas con tres productos en manzanas Caricia y Eva, para observar cuál era el óptimo. El raleo producido por la aplicación de distintas sustancias químicas es considerado como una amplificación del proceso auto-regulatorio natural de pérdida de frutos.
El trabajo fue encarado por investigadores de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y del CONICET y concluyeron en que la producción por planta no fue afectada por los tratamientos químicos. “El raleo en floración es efectivo en Caricia, mientras que en Eva lo es en pos-floración”, destacó Damián Castro, de la Cátedra de Cultivos Intensivos de la Facultad de Ciencias Agrarias (FCA) de la Universidad Nacional del Litoral (UNL).
El raleo, uno de los secretos
Castro, que trabajó bajo la dirección de Norberto Gariglio, junto a Norma Micheloud, Marcela Buyatti, Paola Gabriel, Norma Álvarez, Melina Buttarelli y Juan Carlos Favaro, sostuvo que las plantas frutales generalmente producen una cantidad de flores y un cuajado de frutos mucho mayor que el necesario desde el punto de vista comercial. Además, la caída natural de frutos no siempre es de la intensidad suficiente como para garantizar una buena calidad comercial. En este sentido, el raleo es una de las técnicas más importantes en la producción de manzanos para mercado fresco, que se puede realizar en forma manual o mecánica, pero con un alto impacto sobre los costos de producción.
Sin embargo, el raleo químico puede ser una opción óptima para reducir el costo de la mano de obra, anticipar el momento de realización y disminuir el tiempo consumido, aunque su efectividad dependerá del producto utilizado, el cultivar, la dosis, el estadio fenológico y las condiciones meteorológicas al momento de la aplicación. Lo novedoso del trabajo es que nunca antes se había estudiado la calidad físico-química de los frutos y el umbral óptimo de carga frutal para producir frutos de buena calidad en las variedades mencionadas.
Experimentos
Los investigadores realizaron tres experimentos en años consecutivos, entre 2009 y 2011, y utilizaron plantas de manzano de las variedades Eva y Caricia ubicadas en huertos de fincas comerciales cercanas a la ciudad de Santa Fe. La densidad de plantación fue de 1250 plantas por hectárea.
De acuerdo con Castro, en el trabajo no existieron diferencias significativas en la carga frutal final en función de los tratamientos aplicados, a excepción de uno de los tratamientos en manzanas Eva. Por lo tanto, el rendimiento no fue afectado por los productos químicos y tampoco se detectó una baja de la calidad de los frutos. (Prensa UNL).