Un tribunal oral pluripersonal absolvió, por el beneficio de la duda a Brian Emanuel Waigandt. El joven, de 27 años, fue detenido como autor del crimen de Araceli Ramos y enfrentó un juicio oral por homicidio criminis causa, delito que conlleva una pena de prisión perpetua. Su defensor, Eduardo Sosa, cuestionó únicamente la responsabilidad de su cliente, sostuvo un error en la identidad del autor y aclaró que Waigandt no gatilló el arma que mató a Araceli Ramos en la puerta de su casa en junio de 2014. La prueba básica del fiscal Pablo Pinto para acusar al muchacho fue el señalamiento de la pareja de la víctima que presenció el crimen, aunque ello no alcanzó para convencer al tribunal compuesto por Juan Carlos Curto, Patricia Bilotta y Hernán Postma. Después de 16 meses tras las rejas, Waigandt recuperó la libertad. Ahora resta esperar los fundamentos de la decisión judicial, lo que habilitará la posibilidad de plantear recursos.
El 27 de junio de 2014 Araceli comandaba un Citröen C3 que estacionó en la puerta de su casa ubicada en Zelaya 1330. Como acompañante llevaba a Gerardo, su pareja y compañero de trabajo. En ese momento descendieron dos personas que llegaron en moto y arremetieron contra Gerardo para desapoderarlo de sus pertenencias. Uno de ellos tenía un casco puesto mientras el acompañante llevaba un arma en la mano que disparó contra Araceli cuando la mujer le gritó “hijo de puta”. La lesión fue fatal y Gerardo pudo distinguir algunas características de uno de los agresores. El hombre comenzó a buscar al autor y llegó a un perfil de Facebook donde obtuvo el nombre de Brian Emanuel Waigandt, refirió una fuente consultada.
Waigandt trabajaba de albañil durante el día y a la noche se ganaba la vida como cadete de un local de comidas. Fue allí donde fue detenido al salir con un pedido. Cuando declaró en el juicio el muchacho afirmó que no cometió ningún delito y dijo que tenía mucha impotencia y que quería que todo se aclare. Mientras su defensor sostuvo que había una equivocación en la sindicación, refirió que pudieron obtener información de una persona con similares características, a quien le dicen Ronald y sería el aparentemente autor del hecho. Este dato se alinea a un llamado al 911 que dio las identidades de los posibles autores y sus apodos. En este caso, la pareja de la víctima hizo un reconocimiento fotográfico de estas personas y dio negativo.
En su teoría, el defensor sostuvo que su cliente al horario del crimen fue a llevar a su hija al jardín a unas 38 cuadras de la escena del hecho y agregó que el testigo sufrió un hecho traumático que repercute en la memoria de la persona lo que apoyó con testimonios técnicos. A ello sumó la primera descripción que hizo el declarante del agresor. “En ella habla de una persona de 1,80 metros, fornido y con barba candado, lo que no se condice con mi pupilo”, detalló. Por su parte la Fiscalía esperará los fundamentos del fallo para conocer los pormenores de la decisión antes de adelantar una opinión.