Los pilotos del Rally Dakar transitarán hoy sus últimos kilómetros en tierra argentina para ingresar a Bolivia, en lo que será la séptima etapa de la competencia. Los vehículos partirán desde salta rumbo al salar de Uyuni, a 3.600 metros de altura.
Allí se agregó una particularidad: trayectos diferenciados. Por un lado las motos y cuatris, con la etapa inédita Uyuni-Uyuni, para seguir el lunes a Calama, Chile; y por el otro, autos y camiones con su etapa Salta-Salta y su posterior cruce por la cordillera.
Con los 1.000 kilómetros adicionales de carrera pura y esas dos etapas maratón, las dificultades del Dakar 2014 estaban garantizadas. Sin embargo, la realidad terminó excediendo lo que habían planteado los organizadores.
Las seis etapas del Rally Dakar 2014 disputadas desde que el 5 de enero largó desde Rosario, pusieron en evidencia que esta edición resultó «más complicada» de lo que sus propios directores habían imaginado cuando la diseñaron con más dificultades que las anteriores, ya que además se sumó una inesperada ola de calor extremo.
El propio director deportivo del Dakar, el francés David Castera, le había adelantado en noviembre a Télam que los organizadores se habían propuesto hacer las cosas un poco más difíciles a los competidores. «Va a exigir más y más concentración», vaticinó.
Esta sexta edición trazó un recorrido de 9.200 kilómetros que extendía las especiales cronometradas hasta sumar 5.000 kilómetros y agregaba como condimento especial dos etapas «maratón» para motos y cuatriciclos (sin asistencia mecánica al final de la jornada).
Más allá de lo que anunciaba la hoja de ruta antes de salir de Rosario el 5 de enero, ya desde la primera etapa, disputada en suelo cordobés, las cosas resultaron peor de lo que la mayoría de los pilotos imaginaba, con terrenos muy pedregosos y patinosos, y etapas difíciles de navegar.
«No imaginaba que las primeras etapas iban a ser tan duras. Las lluvias en el norte complicaron las cosas en los caminos y el calor fue el segundo factor que hizo todo más difícil», admitió Castera, tras la sexta etapa del rally.
Hasta los principales pilotos de la categoría que vislumbraban un Dakar complicado se vieron sorprendidos por su extrema dureza. Entre ellos, el francés Stéphane Peterhansel, hombre récord de este rally de raid con 11 títulos en su haber, seis en moto y cuatro en autos.
Tras la quinta etapa entre Chilecito y Tucumán, «Monsieur Dakar» sentenció que el de este año era «el más complicado que se corrió desde que el rally llegó a Sudamérica».
Su compañero de equipo, el catalán Nani Roma, fue más allá al afirmar que la etapa disputada el jueves pasado había sido la más difícil que le había tocado manejar desde que se pasó de la categoría moto a la de autos en 2005.
La ausencia del desierto peruano en esta edición y los seis años que suma la competencia en tierras argentinas fue lo que decidió a la organización a idear un recorrido con nuevos retos.
«Un Dakar es un Dakar. Es el rally más difícil del mundo, por lo que hay que buscar nuevos retos. Tampoco le gustaría a los pilotos que las cosas resultaran tan fáciles», coincidieron Lavigne y Castera.
Por eso, para las motos se volvió a los orígenes de la competencia y en 2014 se sumaron dos etapas maratón. La primera entre San Juan y Chilecito y la segunda entre Salta y Uyuni, Bolivia.
En las etapas maratón los pilotos de motos y cuatris pasan la noche en un campamento solitario sin asistencia, ni piezas mecánicas, ni neumáticos para poner en condiciones sus motos, por lo que deben extremar al máximo el cuidado durante esa jornada. Y al día siguiente deben administrar fuerzas porque la moto y sus neumáticos encaran la etapa desgastados.
«Esta competencia es velocidad, es road book, pero también implica la resistencia del hombre y la de la máquina», recordó Castera.
Lo que no contaba la organización es que una ola de calor azotaría a casi todo el país con temperaturas extremas, superiores a los 40 grados, lo que fue clave para competidores y máquinas.
También las lluvias que cayeron en las últimas semanas hicieron de las suyas borrando líneas en los caminos que aparecían inicialmente en los road-book, pero a la hora de estar en el suelo habían sido barridas por las aguas.
En cuanto a los actores del Dakar, la primera semana ratificó también que los MINI siguen estando a la vanguardia en autos, aunque la lucha por el primer lugar marcha más abierta de lo esperado.
Básicamente, en su primera mitad, el Dakar 2014 ratifica a sus principales pilotos y equipos como los favoritos, como pasa en motos con los españoles Marc Coma (KTM) y Joan Barreda (Honda) y con el francés Cyril Despres (Yamaha), aunque también depara sorpresas.
En autos, Peterhansel, con dos victorias en este Dakar y 67 en su historial del rally, está tercero pero avisó que volverá a pelear por la victoria. Su compañero Roma, actual líder de la competencia, afirmó antes del arranque que venía decidido a ganar.
El mendocino Orly Terranova (MINI), por su parte, tuvo a lo largo de la semana actuaciones muy parejas que hoy lo ponen merecidamente en el segundo lugar de la clasificación general.
Si bien es cierto que el qatarí Nasser Al Attiyan (MINI) y el español Carlos Sainz (Buggy) fueron penalizados con una hora por saltearse un «way point» (WP o puesto de control), el cuyano nunca bajó del sexto lugar en la etapa lo que hoy lo deja delante de Peterhansel en la general, aunque sea con escasos tres minutos sobre el múltiple campeón.
Federico Villagra (MINI) es una de las gratas sorpresas de este Dakar. El cordobés debutante está 12do. en la general y llegó a estar octavo aunque fue penalizado con una hora por saltarse un WP.
En cambio, la desilusión fue para el mendocino Lucio Álvarez, quien en su debut con una Ford Ranger tuvo más problemas que satisfacciones. La dupla de Emiliano Spataro y Benjamín Lozada, en tanto, se mantiene en carrera con un vigésimo puesto en la general.
La gran baja argentina fue la del campeón de cuatriciclos Marcos Patronelli, quien abandonó en la tercera etapa entre San Luis y San Juan luego de que su quad cayera por un barranco y saltará del mismo instantes antes.
Hasta la quinta etapa, entre motos, autos y cuatriciclos quedaban en competencia 308 competidores, de los 431 que largaron en Rosario para desandar 4.676 kilómetros, a mitad de camino todavía de la llegada a Valparaíso (Chile), el 18 de enero.