Hace 20 años Ethel Koffman editó “Lilâ”, su primer disco solista donde plasmó un sonido de cuerdas para cantar temas del cancionero rosarino y algunas que hablan de una generación. El disco se agotó. Ahora el material vuelve a editarse con nueva imagen pero manteniendo su sonido original y este viernes 27, a las 21.30, la cantante rosarina lo presentará en el teatro de Plataforma Lavarden (Mendoza y Sarmiento) acompañada por un seleccionado de músicos: Leonel Lúquez (piano y arreglos); Luis Giavón (oboe); María Jesús Olóndriz (violoncello); Marcelo Petetta (guitarra); Pedro Alfieri (contrabajo); Débora Abecasis (flauta traversa); Juancho Perone (percusión); Rodolfo Marchesini (violín); Belén La Rocca (violín); Paula Weihmüller (viola), y como cantantes invitados: Georgina Hassan y Jorge Fandermole.
“Lilâ fue una coproducción de la Editorial Municipal y la idea de volver a editarlo fue porque cuando salió el disco era una época en que la gente consumía el objeto-disco, por eso se agotaron los mil que hicimos, sacamos 500 más y se volvieron a vender, por lo que no había más ejemplares. Me parece que este Reencuentro con Lilâ va a ser una fiesta y a la vez un reencuentro con todos, porque están casi todos los músicos que participaron de la grabación en 1996. Yo lo estoy celebrando”, reconoce Ethel Koffman en diálogo con El Ciudadano.
—El repertorio del disco tiene canciones de Fito Páez, Carlos Casazza, Fandermole, María Elena Walsh y Charly García, pero también está atravesado por composiciones de algunos músicos de Acalanto, grupo del que fuiste integrante en los ochenta.
—Es que son hermosas canciones “Cinco segundos”, “La herencia”, “Las tormentas” que son composiciones de Rafael Bielsa, Alberto Calacci y Charly Pagura que son muy bellas, algunas difíciles de cantar y con la poesía de Bielsa que a mi me gusta mucho. También está “Luces en la niebla” que estamos ensayando con Fander para volver a cantarla con las voces de ese momento, y “Ay bruja, brujita”, un tema de Fito que está en el proyecto “Piojos y Piojitos” que me encantó. Para el cierre vamos a hacer “Desarma y sangra” con un arreglo de cuerdas y cámara. Pero si bien vamos a hacer el repertorio de Lilâ, hay algunas de Ánima y muchas de Chico Buarque como “Valsinha” que es una canción muy hermosa.
— ¿Estarán los mismos músicos de aquel momento?
— Estarán casi todos los músicos que participaron, y es realmente importante la vigencia del disco y esta posibilidad de sostener un proyecto a lo largo del tiempo, y en esta ciudad, con la misma gente. Yo comencé a trabajar con ellos en 1991 y sigo con el mismo trío (Leonel Lúquez, Luis Giavón y María Jesús Olóndriz), estamos con varios grupos como “Canciones caminantes”, “Todo Beatles” y el dúo con Leonel Lúquez “Tango no tan tangos”.
— ¿Lilâ fue un poco tu entrada en el sonido de cuerdas, después de La Banda del Puerto?
— Claro porque fue antes de la era del “unplugged”, pero también yo venía de una casa donde mi papá escuchaba sus vinilos de grandes orquestas y creo que fue algo así como un legado familiar.
— Lilâ fue tu primer disco, después siguieron Flor berbena y Ánima. ¿Por qué decidiste cambiar la gráfica del disco?
—Porque la mujer de la foto era otra persona, pasaron 20 años y por eso cambié el arte, además me parece mejor por esas ventanas que permiten un juego de colores con el disco. Pero el sonido es el mismo, lo escuché mucho y llegué a pensar que esta muy bien cómo suena. Lo grabamos en Big Audio de Rosario y lo mezclamos en Buenos Aires, con José Luis Sosa como técnico, y se mantiene muy bien el audio.
— ¿La reedición pertenece a una productora local?
— Es la primera vez que siento que tengo un sostén en lo que hago, porque una productora se encarga de las cuestiones comerciales y yo me dedico a lo musical. Gracias a la productora “Más que dos” se pudo relanzar este disco y también armar una gira por Mar del Plata y Buenos Aires. Nosotros en el interior no estamos muy acostumbrados a este trato, y eso es valorable.
