Por la Nueva Mañana
El cordobés Nahum Mirad es primer vocal del directorio del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES) y desde hace pocas semanas, a través de una resolución del directorio, le fue delegada la firma y determinadas atribuciones que tiene el presidente de esa entidad, a partir del fallecimiento de quien fuera su titular, Mario Cafiero.
Mientras se aguarda una designación de un titular, determinación en manos del presidente Alberto Fernández, Mirad asumió una suerte de interinato, y en ese rol dialogó con La Nueva Mañana sobre la ayuda y acompañamiento que el INAES tuvo con el sector de la economía social y solidaria durante la pandemia.
Mirad comenzó a desandar el camino del cooperativismo en una empresa recuperada: el diario Comercio y Justicia. Como cordobés, evaluó la cultura cooperativista de esta provincia que hace años está relacionada a la prestación de servicios, la actividad agropecuaria, el trabajo en empresas recuperadas y el desarrollo del mutualismo.
“Hay un gran desarrollo de la economía social en Córdoba. Es un tipo de economía que está muy vinculada a los procesos productivos y el consumo, y que durante los años de política neoliberal del macrismo sufrió como lo hicieron todas las economías regionales: no solo la falta de apoyo sino además la ausencia de una mirada del Estado en programas y políticas. Es por esto que las primeras manifestaciones de Alberto Fernández como presidente fue la voluntad de poner de pie y en marcha este motor del cooperativismo, como uno de los pilares de la reactivación de la economía argentina. Pero a los poquitos meses de asumir, surgió la pandemia, y se optó por una mirada estratégica y la visión humanista de salvaguardar las vidas protegiendo o evitando que no haya una sobrecarga del sistema sanitario”.
Ante esta crisis, el INAES y el Ministerio de Trabajo acordaron reactivar una línea de ayuda al cooperativismo mediante el programa de Trabajo Autogestivo. ¿Qué balance hace de esta medida?
– Durante la pandemia, el Gobierno tomó algunas definiciones con miras a sostener el empleo, la generación de puestos de trabajo y la actividad económica. En el caso de las pequeñas y medianas empresas (Pymes) se dispuso el ATP, que sostiene el 50% de los costos salariales. Y en el caso de las cooperativas de trabajo, específicamente, donde no existe la relación empleado – empleador, se puso en marcha nuevamente la Línea 1 de un programa de trabajo autogestivo que gestiona el Ministerio de Trabajo y que estaba completamente desarticulado por el macrismo. Se lo dotó de fondos y se actualizaron los montos. Así se aplicó primero por dos meses, luego por dos meses más y ahora hay una actualización nueva.
Ahora se está estudiando la posibilidad de expansión del programa, fundamentalmente evaluando cómo han respondido las cooperativas, cómo se reactivó la actividad en el marco de ese programa.
¿A cuántas cooperativas y socios cooperativistas alcanzó esta ayuda a nivel nacional?
– Según nuestro relevamiento, existen entre 175 y 180 mil cooperativistas registrados o vinculados a cooperativas de trabajo en Argentina. Creemos que la Línea 1 del programa de trabajo autogestivo alcanzó a 70 mil personas y un número estimado de alrededor de 3.000 cooperativas.
Los primeros dos meses, la ayuda fue de $6.500, los otros dos meses de $16.500, y ahora esta última extensión fue de $9.000. Lo que estamos estudiando es la continuidad del programa, pero es importante recordar que en el presente año se está ejecutando el mismo presupuesto del año 2019. Como estos programas habían sido desactivados, no es tan simple volver a activarlos porque no tienen fondos”.
“Entendemos que estamos en una situación de la pandemia dvonde hace falta que la economía se reactive a fuerza de acompañar los procesos productivos. Por otro lado, el INAES también estuvo acompañando con el banco de proyectos y algunas líneas de financiamiento al sector”.
Préstamos y programas de acompañamiento
Además de la ayuda económica individual para los socios de cooperativas, el Gobierno lanzó créditos a una tasa del 18%. Al respecto, Mirad comentó: “El Ministerio de Trabajo con buen tino ha ido siguiendo el caso de las cooperativas y desde el INAES se realizó una asistencia técnica haciendo relevamientos. Y este marco, se vio complementado con unos 2 mil millones de pesos que puso a disposición el Banco Nación con un trabajo de la Secretaria Pymes dependiente del Ministerio de Desarrollo y del INAES, para otorgar préstamos al 18% de interés para cooperativas de trabajo. Una misma línea de préstamos para pequeñas y medianas empresas tenía un interés del 24%”.
“Básicamente, este préstamo lo tomaron aquellas cooperativas que estaban un poquito mejor económicamente. La dificultad estaba en que se sabía cuándo había arrancado la pandemia pero se sabe cuándo terminará. Hay un horizonte oscuro sobre el tema, pero sirvió para que varias entidades pudieran poner en marcha algunas de sus actividades”, precisó.
¿Qué programas se están diseñando a futuro, en el marco de la discusión del presupuesto 2021, para acompañar al sector de las cooperativas y mutuales?
– En el presupuesto 2021 está previsto una inversión social, es decir un fuerte aporte del Estado. Entendemos que estamos en una situación de la pandemia donde hace falta que la economía se reactive a fuerza de acompañar los procesos productivos. Por otro lado, el INAES también estuvo acompañando con el banco de proyectos y algunas líneas de financiamiento al sector.
Además, el Ministerio de Desarrollo Productivo incluyó en el registro pyme a las cooperativas, por lo tanto pueden acceder a determinadas líneas específicas, por ejemplo para reactivar el turismo o para organizaciones que producen insumos para el tema de coronavirus. Además, el INAES tiene algunas líneas vinculadas al trabajo de reciclado o textil, y se proyecta un aporte para la actividad vinculada al hábitat y vivienda, donde se programa un piso de entre un 20% y 25 % para que produzcan las cooperativas.
Es decir, hay distintas políticas públicas que se verán en los próximos meses y fundamentalmente en el próximo año, que van a apuntar a que se reactiven por un lado las economías, y fundamentalmente las que van de la mano de las cooperativas.
“El año pasado se inscribieron 1019 cooperativas y mutuales y este año hasta el mes pasado habían entrado alrededor de 1400 pedidos de constitución; en su mayoría cooperativas de trabajo”.
En el marco de la organización interna de las cooperativas, ¿Qué dificultades se han generado por las pandemias? ¿Se han retrasado las asambleas ordinarias? ¿Cómo respondió el sector a las nuevas facilidades para la conformación de cooperativas?
– El año pasado se inscribieron 1019 cooperativas y mutuales y este año hasta el mes pasado habían entrado alrededor de 1400 pedidos de constitución; en su mayoría cooperativas de trabajo. Es decir que esta situación de crisis, de alguna manera alentó a que se formen nuevas cooperativas.
En ese sentido hago dos análisis. Por un lado, el fomento que hizo el Estado a través del INAES alentando el armado de cooperativas. El INAES acortó los trámites y se van a seguir facilitando. Hoy se pueden certificar las firmas en el municipio, en la universidad, en un colegio público.
Y por el otro lado, está claro que ante las crisis económicas, las personas buscamos constituir este tipo de organizaciones. En este momento, hay unas 17 empresas recuperadas que están en proceso de cooperativización.
Hoy el promedio de resolución para el trámite es de 3 meses cuando antes era de medio año o de un año entero. Si bien no es lo ideal, y algunos casos se resuelven en 35 días, hay que tener en cuenta que el personal del INAES está trabajando desde sus casas en el marco de esta pandemia.
Al principio del aislamiento y las medidas de prevención, se prorrogaron los mandatos y se suspendió la realización de asambleas. Con las nuevas resoluciones que autorizan la virtualidad, ¿se regularizaron los pedidos para desarrollar asambleas ordinarias y extraordinarias?
– Hoy por hoy, y hasta que dure la emergencia sanitaria, están prorrogados los vencimientos de su mandatos y todos los vencimientos administrativos. No hay obligación de presentar balance o realizar las asambleas anuales. No obstante, el INAES habilitó la posibilidad de realizar asambleas con métodos digitales. Se trata de un tema interesante que hace a las políticas de adaptación en épocas de pandemia.
Hoy con un veedor del INAES y con dispositivos que sean habilitados por el instituto (Meet o Zoom, por ejemplo) se pueden realizar. Se hace el pedido y el INAES debe autorizarlo, y así se pueden hacer las asambleas virtuales. Se trata de una experiencia que no se hubiera podido dar si no hubiera sido por el contexto de pandemia, que nos permitió adaptar la normativa.
Si bien hubo varios pedidos durante los últimos meses, la mayoría fue en cooperativas de servicio y ciertas mutuales, pero no muchos de cooperativas de trabajo. En general, lo solicitaron aquellas que tenían cierta urgencia como gestionar un crédito con nuevas autoridades o no podían extender los mandatos de sus autoridades por dificultades personales. La asamblea virtual es una herramienta que está a disposición y fue acompañando esta pandemia. Ese es el espíritu desde el INAES: la coyuntura impone prácticas nuevas que hay que institucionalizarlas y volverlas normativas. Y esas prácticas tienen que apuntar a generar más posibilidades, más participación, más democracia y evitar mayores costos.