La fuga de Ariel «Teletubi» Acosta del Centro de Justicia Penal dejó al descubierto las falencias del nuevo sistema penal en cuanto al traslado de presos. Independientemente de la imputación a dos penitenciarios por el delito de favorecimiento doloso de la evasión –quienes quedaron detenidos por 60 días–, durante el trámite quedaron en evidencia las falencias con las que se trabaja en la diaria. Uno de los imputados contó que ese día eran 12 uniformados para unas 90 audiencias. A lo que sumó que los ascensores no funcionan y no todos cuentan con las llaves para cerrar todas las puertas desde las celdas a las salas de audiencias. Otro dato que surgió es que no hay seguridad en el subsuelo donde están ubicadas las celdas. Los funcionarios del Servicio Penitenciario Provincial suben y bajan trasladando presos y tampoco funcionan los ascensores.
Este lunes Damián Darío F., de 35 años, y Oscar Iván O., de 29, fueron imputados ante el juez Hernán Postma de facilitamiento doloso de la evasión. Al declarar Oscar O. contó que estaba en una audiencia presidida por el propio Postma cuando se produjo la evasión, por lo que el magistrado se inhibió de continuar con la imputativa. Ello no impidió que los fiscales Matías Edery y Luis Schiapa Pietra llegaran a acusar a Damián F. de la apertura de la celda 11 del pabellón B donde estaba encerrado Teletubi mientras esperaba la audiencia fijada para el viernes pasado a la tarde. Según quedó registrado en la filmación de la cámara de seguridad, el penitenciario llegó con otro preso, puso la llave en la celda 11 y la hizo girar. Luego fue a la celda de al lado, dejó al interno y se retiró, contó una fuente fiscal.
En cuanto a Oscar Iván O. le imputaron dejar sin llave la puerta por la que ingresan los detenidos a las salas de audiencia. Dijeron que fue el último en traspasar esa puerta y no ponerle llave. Según reconstruyó la Fiscalía, las celdas transitorias están en el subsuelo del edificio de calle Sarmiento y Virasoro. Allí los internos esperan la realización de los trámites judiciales para los que fueron trasladados al edificio.
Cuando los bajan de los camiones celulares de traslado, los ingresan en celdas. Desde allí un personal del Servicio Penitenciario los sube a la sala de audiencia que corresponda, por una escalera que previo a su ingreso tiene una reja. De allí llegan al primer piso donde hay otra puerta que tiene acceso a las salas de audiencia. Ninguna de estas aberturas estaba cerrada con llave. Ello generó que Teletubi a las 12.40 abriera la reja de la celda y aparentemente invitara a su compañero a salir pero el otro interno decidió quedarse.
Luego fue hasta la escalera, la que subió corriendo. Desde allí y según una versión subió al primer piso y abrió la puerta de la sala 1 donde se estaba llevando adelante una audiencia y la cerró para luego abrir la de la sala 2 que estaba vacía, cruzar la habitación y salir por la puerta del público hacia el pasillo con las manos en los bolsillos, llegar a la planta baja, salir frente a la custodia de la puerta, bajar la explanada hacia calle Sarmiento y Rueda y, al ver un taxi y como llovía, correr hasta el auto de alquiler que lo sacó del lugar, contó una fuente del caso.
La información sobre su destino posterior dice que Teletubi le dio al taxista la dirección de su casa en zona sur pero se arrepintió y dio el domicilio de un familiar en zona oeste. Cuando llegó a destino le pidió plata a su tío para pagar el taxi y se esfumó.
La declaración
Antes de la suspensión de la audiencia declaró Oscar O., el penitenciario que presta servicio en la Fuerza hace dos años y medio. Contó que llegó a trabajar a las 8 y empezó a subir y bajar presos. “Cuando Acosta se fue, estaba en audiencia con usted en la Sala 4”, le dijo al juez. El uniformado relató que ese día había más o menos 90 audiencias y 12 operadores, y se enteró de la fuga cuando bajó a un interno y le dijo a un compañero que había que llevarlo al forense, entonces vino el encargado y le dijo que Acosta se había ido y lo buscaron por todos lados.
Cuando su defensora oficial María Laura Maenza le pregunto si había visto algo extraño mientras estaba en la sala 4, sólo destacó que en un momento vio a su compañero abrir la puerta, mirar como si buscara a alguien y cerrar.
Las cerraduras
El imputado dijo que ellos no saben sobre el funcionamiento de las cerraduras pero sí que había una constancia en el libro de guarda de que había problemas con la cerradura de la celda 11. El funcionario contó que el ascensor está roto y tienen que subir los presos por una escalera que tiene una puerta de reja que siempre está abierta. Y que no tiene llave de la puerta que da a la sala 1, 2 y 3. Contó que no están todas las llaves necesarias para abrir y cerrar y que sus superiores le dieron la orden de dejar sin llave la puerta que da a las salas de audiencias por una cuestión de seguridad, por si hay alguna situación violenta con algún funcionario, aseguró. Aunque la Fiscalía tiene otra versión respecto a este punto.
Tras un cuarto intermedio la audiencia siguió con nuevo juez. La encargada fue Silvia Castelli y tras continuar con el pedido de medida cautelar solicitada por la Fiscalía la magistrada resolvió dictar el arresto preventivo.