La futbolista del Levante de España Gio Queiroz denunció «acoso laboral y violencia psicológica contra las mujeres» en su paso por Barcelona, en una dura carta abierta difundida a través de sus redes sociales.
«No ha sido fácil llegar a este punto. Fueron muchos meses de angustia y sufrimiento. A pesar de todo lo que he pasado, hoy me siento capaz de denunciar las conductas abusivas que sufrí dentro del fútbol femenino del FC Barcelona. Espero que mi testimonio sirva también para que otras mujeres que sufren o han sufrido algún tipo de abuso o violencia rompan el silencio, alcen la voz y denuncien a sus agresores», comenzó la carta.
Y agregó: «En esta carta intentaré dar una breve exposición de las experiencias que he vivido. La denuncia, con los detalles, principales fundamentos y demás pruebas ya han sido envida a la junta directiva. Los responsables de las conductas abusivas están perfectamente identificados».
«Llegué al club en julio de 2020 con solo 17 años. Fui muy bien recibida por las jugadoras y el cuerpo técnico. Los primeros meses fueron importantes en el proceso de adaptación. Estaba en una buena dinámica hasta que recibí la primera convocatoria de la Selección Brasileña. A partir de ese momento, comencé a recibir un trato distinto en el club», detalló.
Así, continuó: «Con el tiempo, las embestidas comenzaron a realizarse a través de otros mecanismos de presión dentro y fuera del club. Me estaban acorralando de una manera abusiva para que renunciara a defender a la Selección Brasileña. Se utilizaron métodos arbitrarios con el objetivo de perjudicar mi vida profesional dentro del club (las pruebas son parte de la denuncia)».
«En febrero de 2021 fui sometida a un confinamiento ilegal por parte de la jefe de los servicios médicos del club. Ella afirmó que yo era un contacto estrecho de un caso positivo en COVID-19. Desde el principio, yo intuía que los verdaderos motivos del confinamiento eran otros», añadió en el extenso escrito.
A su vez, prosiguió: «Tras cumplir la cuarentena impuesta, recibí la autorización de la FIFA para incorporarme a la Selección Brasileña en Estados Unidos, con pleno conocimiento del club. Antes de viajar y durante el periodo de concentración, me realicé varias pruebas PCR, siempre con resultado negativo».
«Cuando regresé a Barcelona, me llamaron a una reunión con el director del club. En esa reunión fui acusada de haber cometido una grave indisciplina y que, por ello, sería apartada del equipo y sufriría graves consecuencias. Me quedé en shock. Volví a casa completamente destrozada. Lloré muchas veces. Sentí un enorme vacío. No tenía fuerza para luchar por mis derechos», relató la futbolista, que actualmente se encuentra cedida en el Levante.
«A partir de ese momento, mi vida cambió para siempre. Estuve completamente expuesta a situaciones humillantes y vergonzosas durante meses dentro del club. Estaba claro que él buscaba destruir mi reputación, minar mi autoestima, degradar mis condiciones laborales y menospreciar e infravalorar mis condiciones psicológicas», denunció Queiroz.
En esa línea, manifestó: «Con el paso del tiempo, el abuso y la violencia psicológica se hicieron más intensos y destructivos. (Las pruebas son parte de la denuncia). Mi vida personal fue profundamente afectada por estas experiencias degradantes y negativas. Es probable que los recuerdos, el trauma y sus efectos duren muchos años. Viví muchos meses de angustia y tristeza, inimaginable cuando llegué al club».
«Hoy quiero dar el primer paso para recuperar plenamente mi libertad y estabilidad emocional y por eso decidí escribir esta carta abierta. Espero que el Barcelona cumpla con su papel institucional y actúe de manera consecuente y transparente, investigando y denunciando los posibles delitos a las autoridades pertinentes», cerró.