Uno de los seis ex presos de Guantánamo que llegaron a Uruguay como refugiados en diciembre viajó el domingo a la Argentina, mientras los otros cinco permanecen el país pero con «problemas de adaptación», informó un medio local en Montevideo.
El sirio Jihad Diyab -quien se había declarado en huelga de hambre y acudió a la justicia estadounidense para hacer valer su derecho a no ser alimentado a la fuerza durante su reclusión en Guantánamo- viajó a Buenos Aires junto a una activista de Derechos Humanos, informó el semanario Búsqueda.
Mientras que el tunecino Abdul Bin Mohammed Abis Ourgy, de 49 años, el palestino Mohammed Tahanmatan (35) y los sirios Ahmed Adnan Ahjam (37), Ali Hussain Shaabaan (32), Omar Mahmoud Faraj (39) permanecen en Uruguay.
Según el semanario, «cortocircuitos» en la convivencia entre los refugiados llevó a que dos de ellos se fueran de la casa que les facilitó la central única de trabajadores PIT-CNT, en acuerdo con el gobierno.
Los problemas de adaptación «están dentro de lo esperable», pero preocupan «las dificultades para avanzar en concretar su inserción de trabajo», ya que ninguno ha aceptado ofertas laborales, comentó Fernando Gambera, dirigente del PIT-CNT que acompañó a los exreclusos desde su llegada al país.
Los refugiados -que llevaban más de 12 años en Guantánamo- llegaron al país a instancias del presidente José Mujica, un ex guerrillero que vivió en carne propia un largo cautiverio en condiciones infrahumanas y que accedió a un pedido de su par estadounidense, Barack Obama, alegando razones humanitarias.
El traslado de presos a Uruguay es el primero desde Guantánamo a un país sudamericano y el segundo a Latinoamérica, después de que El Salvador acogiera en 2012 como refugiados a dos presos uigures, que luego abandonaron el país.
En la controvertida prisión estadounidense en la isla de Cuba, inaugurada en 2002, quedan más de 100 detenidos.