La fedataria de la causa Monos prefirió no ir a declarar al debate que se lleva adelante en el Centro de Justicia Penal. Mariana Martínez, escudada en su nuevo cargo de magistrada, echó mano a la ley que la faculta, por su investidura, a no prestar testimonio como cualquier hijo de vecino. Sugirió cumplir con su carga pública contestando preguntas en forma escrita. Este tema fue el eje del debate este lunes. Finalmente la flamante jueza ganó la pulseada, a pesar de la oposición de todas las defensas. No se presentará a declarar frente al estrado, sino que lo hará en forma escrita. El resto de la mañana dejó el saldo de una ausencia casi perfecta de los testigos, pues sólo dos mujeres policías se presentaron aunque sus declaraciones fueron escuetas. La fiscalía preguntó cuestiones vinculadas a las causas de homicidios que se ventilarán el próximo año, y el juez le dio un corte al asunto. El primer día dejó en claro que la producción de la prueba se hará en cada causa en particular.
El viernes, casi al finalizar la jornada, se leyó un escrito presentado por Mariana Martínez. La funcionaria fue la mano derecha del juez Juan Carlos Vienna, quien llevó adelante la instrucción. Martínez fue la secretaria del Juzgado en aquel entonces y dentro de sus funciones están: ser fedatarios y conductores del procedimiento y colaborar activamente con el juez. Pero desde hace algunos meses se encuentra al frente de un Juzgado de Primera Instancia de Circuito de la Primera Nominación. Su nuevo cargo fue el fundamento para solicitar al Tribunal no prestar declaración en juicio. Aseguró que en caso de ser necesario contestará las preguntas en forma escrita luego de la remisión de un pliego.
Ello valió una catarata de planteos de las defensas, pues todas se opusieron a esta situación aunque el juez Ismael Manfrín rechazó las quejas y fundamentó la postura en la facultad que otorga la ley. Lo que valió un planteo de revocatoria de los defensores que hablaron de violación al principio de igualdad, apuntando a la actuación del juez Vienna y el privilegio de Martínez de estar sentada en primera fila como espectadora de esos hechos. Resaltaron la vitalidad de su testimonio en las teorías defensistas, aunque todos estos argumentos no valieron para torcer la decisión que fue convalidada por las otras dos juezas: Marisol Usandizaga y María Isabel Más Varela.
La disputa por este tema no quedó en el recinto y se trasladó a las posturas mediáticas de las partes. El defensor Carlos Edwards dijo que más allá de la facultad que tiene como magistrada, el Código establece la posibilidad de ser interrogada en su despacho, lo que hubiera sido la solución intermedia entre el pedido de inconstitucionalidad que se planteó a los fines que compareciera y la negativa total de escucharla como testigo.
«Ello hubiera posibilitado la concreción del principio de inmediación en el sentido de poder ver las reacciones que hubiera tenido en cada pregunta. Cosa que así, con un pliego, no lo vamos a tener, o sea que no habrá oralidad ni inmediación, sobre todo teniendo en cuenta que es una testigo sumamente importante en el proceso. Era la actuaria y la asistente del juez Vienna», refirió Edwards. Y agregó que su testimonio hacía a la hipótesis de parcialidad que esbozaron y quieren probar “sobre todo teniendo en cuenta que todos los testigos referidos a la parcialidad no van a venir: como el doctor (Juan Carlos) Vienna, su pareja, la pareja de (Luis) Paz y ahora el testimonio de quien era la secretaria que se ve limitado, cercenado por un pliego de preguntas por escrito, yo creo que estaría demostrando una vez más la parcialidad con la que se estaría manejando el Tribunal. Ya lo advertimos al inicio, en la segunda recusación al admitir un reconocimiento de voces con (el policía de la desarmada División Judiciales Ariel) Lotito y ahora con esta resolución».
Por su parte, la Fiscalía hizo una conferencia de prensa donde explicó un balance positivo de su actuación. “Consideramos que estamos llevando el juicio muy bien, en esta jornada y en las anteriores”, dijo Gonzalo Fernández Bussy, aunque no ahondó sobre la cuestión de la ex secretaria de Vienna.