El Ministerio de Salud de Santa Fe colgó en internet y distribuyó a los distintos centros de salud de la ciudad y la provincia el listado de “objetores de conciencia” para que los usuarios del sistema sanitario –tanto público como privado– puedan conocer quiénes son los profesionales que por razones éticas, morales y/o religiosas han sido eximidos de cumplir con la ley para realizar algunas prácticas de salud sexual y reproductiva.
En total, se presentaron 346 formularios en toda la provincia, de los cuales fueron aceptados 136 mientras que los restantes fueron invalidados por distintas razones. De ese total, en el nodo Rosario se presentaron 223 formularios y sólo 73 fueron considerados válidos.
La cifra es ostensiblemente baja si se considera que entre médicos, psicólogos, trabajadores sociales y enfermeros hay unos 10 mil profesionales que se desempeñan en el territorio provincial.
Igualmente, desde el área señalaron que “hay muchos objetores velados”, que no han hecho la tramitación pero que después actúan como tales.
Cumplido este paso, ante una consulta y/o demanda de salud sexual y reproductiva, los profesionales objetores de conciencia tienen el deber de brindar información suficiente para que cada persona que consulta pueda acceder a las prácticas que necesite y derivarla a otro colega sin tratar de imponer las creencias que los han motivado a excusarse de realizarlas. Frente a esto todos los hospitales o centros de salud de la provincia deben dar respuesta adecuada a la demanda, ya sea brindando información efectiva o facilitando la realización de la práctica que corresponda, como anticoncepción de emergencia, uso de preservativos, anticoncepción hormonal oral e inyectable, implantación de DIU, ligadura tubaria, vasectomía, aborto no punible y otras prácticas que pudieran agregarse en el futuro con aval del Ministerio de Salud.
Según se informa oficialmente, en caso de urgencias y/o atención posterior a la práctica de salud sexual (curaciones, analgésicas u otras intervenciones) los objetores no podrán negarse a realizarlas. Quienes no figuren en el listado tampoco deberán negarse a realizar la práctica de salud sexual y reproductiva argumentando razones de creencias de cualquier índole, porque en ese caso se considerará que están incumpliendo deberes de funcionario público.
El titular de la Dirección Provincial de Políticas de Géneros e Interculturalidad en Salud, Daniel Teppaz, sostuvo que a partir de ahora “es importante que las mujeres sepan que pueden consultar el registro que ya está disponible en la web”.
“El listado es para que mujeres y varones puedan consultarlo en los hospitales y en los centros de salud y de esa manera poder seleccionar qué profesionales los pueden atender”, remarcó.
A la hora de poner números, el funcionario informó que en toda la provincia 346 profesionales presentaron una planilla de objeción. “De ese total, solamente un 39 por ciento pudo ser aceptado. El resto fue rechazado porque no cumplía con los requisitos como, por ejemplo, informar una motivación lo suficientemente importante. Algunos han puesto «razones personales», y sin bien la objeción de conciencia es algo muy íntimo, muy profundo, «razones personales» puede interpretarse como «no quiero meterme en problemas». A partir de ahora se va a trabajar con los directores de nodos de salud para informarles cómo seguir, cómo hacer con aquellas personas a las cuales les fueron rechazadas sus objeciones de conciencia y con las que no las presentaron”, añadió el funcionario.
“En total, entre psicólogos, trabajadores sociales, médicos y enfermeros tenemos unas 10 mil personas en la provincia. Lo que hay que tener en cuenta es que la cosa no termina acá sino que empieza porque muchos no hicieron la objeción de conciencia porque no la interpretaron bien en su momento o creyeron que no hacerla iba a ser lo mismo. El problema es que no figuran en el registro, que es una herramienta para poder organizar los servicios” de manera que el paciente tenga alternativas, señaló Teppaz.
“Entrando a la página web www.santafe.gov.ar uno pone en el buscador «objetores» y ahí puede consultar por efector, por número de documento del profesional, por nombre y por práctica”, explicó.
Teppaz indicó que “la principal práctica objetada, en un ciento por ciento, es el aborto no punible o interrupción legal del embarazo. Después, en menor medida, aparecen los métodos anticonceptivos o las prácticas ginecológicas”.
“Por cantidad de habitantes Rosario es la que tiene el mayor número de objetores pero, si lo sacamos en proporción es más preocupante Venado Tuerto, a pesar de que hay solamente ocho”, concluyó el funcionario.
“El juramento hipocrático me impide quitarle la vida a nadie”
La médica clínica y educadora sexual Verónica Baró Graf mostró su disconformidad con la posibilidad del acceso público a la lista de objetores de conciencia en toda la provincia. “Las cosas parecen estar invertidas porque los que tendrían que haberse declarado como objetores de conciencia son los que están dispuestos a realizar estas prácticas. A mí me protege el juramento hipocrático por el que me comprometí a no quitarle la vida a nadie. Me parece que esto de la objeción de conciencia es algo discriminatorio, es querer poner en evidencia a quienes están a favor de la vida. Cada institución médica tiene a alguien que está dispuesto a realizar una práctica de estas características por lo que esto es innecesario, es un escrache”, se quejó.
“Me parece que se confunde mucho lo que significa ser objetor de conciencia. En algunos casos se puede tratar de alguna mirada religiosa pero en muchos casos lo que talla es la idoneidad del médico que considera que no se debe llevar adelante una determinada práctica. A mí, viene a verme una chica de 16 años que quiere hacerse una ligadura de trompas y yo le digo que no porque la estoy perjudicando de por vida, por más que ella tenga el derecho”, ejemplificó la profesional.
“Así, cada vez se nos hace más difícil a los médicos poder tomar decisiones, amparados en lo que nuestro propio conocimiento y experiencia nos indican”, remarcó.
“Hay objetores de la gratuidad, que si pueden cobrar no lo son”
Susana Chiarotti es una abogada de prolongada trayectoria internacional y nacional en la defensa de los derechos humanos de las mujeres y resaltó, sobre el uso de la objeción de conciencia en la salud pública, que “celebraba que se transparente una cuestión que era algo subyacente, que iba por debajo”.
“Se obstaculizaba a muchas mujeres ejercer los derechos que tienen sobre su cuerpo. Festejamos que esto haya ocurrido acá, porque Santa Fe fue la única provincia que creó un registro y ahora se están conociendo sus frutos”, señaló.
“La objeción de conciencia es algo que se creó para no tener que pasar por las armas a quienes no querían hacer el servicio militar y ahora se usa para que la derecha no pueda ejercer su presión sobre los derechos reproductivos de las mujeres. Está muy bien que se sepa públicamente quiénes son los objetores porque muchos médicos que son objetores en la salud pública cuando ejercen su profesión en el ámbito privado hacen otra cosa”, afirmó.
“En realidad –fustigó Chiarotti– no son objetores de conciencia: son objetores de la gratuidad del tratamiento. La cuestión pasa más por algo más económico que por puros principios. Claro, y como siempre suele ocurrir, esto siempre es en perjuicio de las mujeres más pobres, que son las que no pueden afrontar el costo de estas prácticas, porque las que pueden van a los consultorios privados sin el más mínimo problema”.