Cristina Fernández de Kirchner pisará las escalinatas del Congreso de la Nación al mediodía para luego brindar el tradicional discurso que da inicio a la apertura de las sesiones ordinarias del correspondientes a este año. Se estima que a las 12 la Presidente hará un balance y brindará pautas de su gestión. Se trata un discurso considerado el más importante del año pues rinde cuentas de la gestión ante el Parlamento -es decir los representantes del pueblo- y establece los lineamientos que regirá el accionar del Gobierno.
“Sintonía fina” es el término que define a los ajustes, correcciones, rectificaciones o mejoras que se harán en el modelo. Así, este término fue el utilizado para comenzar la revisión de los subsidios a las empresas públicas. “Como le gustaba decir a Néstor, el país estaba en el infierno, él lo sacó y ahora es la etapa de consolidar los logros mirando con lupa cada una de las medidas”, explica una alta fuente de la Casa Rosada.
A esta etapa también la denominan la de “hurgar a fondo” y desde el Gobierno saben que esto traerá más de una pelea. Citan el ejemplo de la empresa YPF Repsol, empresa a la que el Gobierno le reclama falta de inversión. En este marco, no se descarta que se tome una drástica decisión. (ver notas apartes).
Asimismo, la tragedia de Once aceleró una intervención por parte del Estado que probablemente termine con la concesión. “La implementación de la tarjeta SUBE buscó desde el principio detectar el destino de cada peso de subsidio”, aclaran fuentes oficiales.
Las directivas de la primera mandataria a sus funcionarios y que serán plasmadas en su alocución ante el Parlamento, son precisas: que el Estado sea eficiente y que los privados sean competitivos.
Estos conceptos en sí mismos definen las acciones que ya se están viendo. Hacia adentro del Gobierno puso bajo análisis todos los subsidios y políticas sectoriales con el objetivo de redireccionar partidas hacia los destinos que más lo justifiquen. En tanto, los privados que reciban ayuda de cualquier tipo de parte del Estado serán monitoreados constantemente. Pero esto no quiere decir que aquellos sectores que no reciben ayuda no vayan a ser sometidos a la lupa oficial. Este control lo ejerce el secretario de Comercio, Guillermo Moreno y su poder de acción no tiene fronteras ministeriales.
El expresidente Néstor Kirchner era obsesivo en el seguimiento de ciertas variables macro, como ser: reservas internacionales, ingresos tributarios, actividad y balanza comercial, por mencionar los más importantes. Algunos podrían pensar que Cristina no está tan pendiente de estos datos. Sin embargo, no es así. La jefa de Estado comparte con el “soldado” Moreno la convicción que las crisis económicas en la Argentina se produjeron cuando “faltaron dólares”. Los empleados en la Secretaria de Comercio recibieron instrucciones precisas en este sentido: “aunque el monto de la importación no sea importante, igual debe tener una contrapartida en exportación”.
El titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, por su parte tienen que recaudar hasta el último centavo que pueda en concepto de impuestos y controlar a rajatabla la fuga de divisas, aunque esto signifique limitar al mínimo la adquisición de dólares.
• Soberanía
El mensaje presidencial insistirá en que el 54% del voto popular le da el suficiente respaldo para defender con “uñas y dientes” la soberanía de la Argentina en las Islas Malvinas. Siempre teniendo como meta que el Reino Unido se “siente a negociar”. En este marco, no se descartan algunas definiciones de medias para lograr este objetivo.
En el Gobierno celebraban la decisión del Reino Unido de plantear sus objeciones ante la Unión Europea por las restricciones que impuso Argentina a la compra de productos británicos. La Cancilleria en un comunicado expresó “la Argentina invita a la Unión Europea a aprovechar esta oportunidad para convencer al Reino Unido a que acepte el mandato de buenos oficios del Secretario General de Naciones Unidas y lograr que las partes recomiencen las negociaciones”.
En el marco internacional, Cristina no dejará de recordarle al Congreso que gran parte del mundo desarrollado aún está en crisis y que la Argentina, en cambio continua, creciendo. Así, mientras España cuenta con una de las tasas de desempleo más altas de su historia, bajo su gestión kirchnerista la desocupación se redujo al 6,7%.
La recuperación del salario será otro de los tópicos que mencionará como asimismo el impacto positivo que tiene en el mercado interno. Aquí, seguramente no dejará de cuestionar al sindicalismo “extorsivo” y la firme decisión oficial de no dejarse presionar enfriando aún más la relación con el titular de la CGT, Hugo Moyano.
Cristina está convencida que Argentina tienen un gran capital humano, por eso su apuesta a incrementar las partidas para Educación, Ciencia y Tecnología. En el terreno privado, un ejemplo, es el constante apoyo a la industria del software.
En materia de proyectos de ley y, ahora que cuenta con mayoría parlamentaria, insistirá en su pedido de sanción de algunas iniciativas importantes como ser: la muerte digna, identidad de género, fertilización asistida, trata de personas, entre otros.
En definitiva, la Presidenta reafirmará el modelo cuyo axioma principal es “crecimiento con inclusión social”, pero fiel a su estilo es probable que sorprenda con anuncios, incluso a su propio Gabinete.
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