A los 26 años, Andrés Álvarez ya dictó conferencias en Tokio, Barcelona, Bilbao o Frankfurt en robótica y en videoinstalaciones. Eximio video-jockey fue convocado para una Creamfields por uno de los mejores dj’s del mundo, Paul Oakenfold, donde mostró cómo se generan sesiones visuales mezclando en directo loops de video con música. Además, realiza diseños de escenarios para eventos, así como también el desarrollo y experimentación en hardware y software atendiendo a los requerimientos específicos de cada producción. El joven se encuentra abocado a otras de sus pasiones: los cuadricópteros, donde al hobby por volar esa nave le ha sumado una cámara de video que puede ser seguida con unos anteojos llamados First Person View (Vuelo en Primera Persona). “Uno es los ojos de la nave. Puedo dar una vuelta a la manzana y ver con esos lentes, como un videojuego, muy simple de manejarlo”, señala.
Álvarez es autodidacta, estudió dos años ingeniería electrónica, y, práctico, resume que “hoy está todo lo que necesito en internet, en los foros se aprende y me gusta compartir mis conocimientos también”. Acto seguido despliega sobre una gran mesa los tres cuadricópetros que armó comprando las partes por separado. Ajusta las cuatro hélices y dice cómo funcionan y qué cosas le agregó. “Es un robot, vuela como lo hace un helicóptero pero tiene cuatro hélices. Dos giran para un lado, dos para el lado contrario, tiene sensores y giroscopio que lo mantienen estable. Son livianos, tienen una autonomía de unos 20 minutos y pueden recorrer más de dos kilómetros. Hace unos cinco años, con lo que se conoce como plataforma Arduino, cualquier persona puede comprar el hardware y software, una placa con sensores, tres giroscopios, tres acelerómetros y tres magnetómetros. Esto permite que la nave conozca sus fuerzas, sus ángulos, y tiene una brújula que hace que si el viento la inclina hacia un lado, sabe que tiene que volver a su posición. Le agregué un barómetro y un GPS por el cual puede hacer un vuelo autónomo. También se coloca una cámara que está conectada a un transmisor de video y esa señal se recibe en tierra y con unos lentes que la pueden seguir desde la computadora”, agrega.
En su caso, Álvarez menciona que le interesa el uso del cuadricóptero para lograr programarlo para vuelos autónomos. “Los mas avanzados son auténticos robots voladores y cuentan con múltiples ayudas para la navegación, ya no sólo giróscopos sino altímetros, acelerómetros y GPS, que les sirven para mantener una posición estable como si estuvieran colgados de un hilo, o un rumbo con una exactitud matemática. Esto bien utilizado sirve para la seguridad. En el municipio de Tigre, en su momento, utilizaron un ar-drom –como lo llaman en la jerga– para que sobrevuele con una pequeña cámara una zona conflictiva de la ciudad y tener en simultáneo en un monitor lo que ocurre. El cuadricópetro estaba programado para volar por cinco cuadras a una altura y una velocidad determinadas. En Japón, por ejemplo, cuando ocurrió el tsunami que provocó un desastre nuclear, enviaron cinco cuadricópetros para evaluar los daños y así poder determinar qué hacer correctamente”, señala.
Se entusiasma con la posibilidad de sumarse a un movimiento mundial llamado guerrilla drom donde plantean que aeronaves no tripuladas en manos de los ciudadanos surcarán el cielo y desde el aire fortalecerán los mensajes “que en la tierra son reprimidos, conectando humanos y máquinas contra el saqueo, la estafa, y la decadencia del monopolio del poder que no quiere escuchar a la multitud”.
Sobre el tema, el joven que se jacta de ser un “nerd para el bien”, explica: “Hay tecnología militar al alcance de un civil, a mí me interesó el tema de programación y vuelos autónomos. Si bien esto nació para espionaje, quiero hacer lo que se denomina guerrilla droms, algo así como un cudricópetro militante, por así decirlo, es vistoso y transmite información. La idea es montar sobre un pico proyector, que es un mini proyector de led, con el que puedo proyectar mensajes sobre una pared”.
Un cliente le encargó al joven que le agregue una aplicación para poder controlar desde su iPhone las puertas, ventanas y luces de su casa. En tanto, agrega que de la Feria de Tecnología en que participó en Frankfurt trajo como novedad un pequeño rectángulo llamado leap motion que se agrega a la computadora y “lee” los movimientos de la mano, una manera de reemplazar al mouse. “Los usamos con otros jóvenes que participaron, y cada uno manejó con los movimientos de su mano, lo que quería que hiciera el cuadricóptero. Lo bueno de todo esto es que está al alcance de cualquiera y no hace falta hacer ningún master”, concluye.