“La quietud habla del empoderamiento femenino”, adelantó Martina Gusmán. La actriz, que está pasando un excelente presente actoral al frente de una de las series del momento El Marginal explicó que el film que llegará a las salas locales el jueves y que la tiene como una de sus protagonistas está basada en un triángulo femenino y muestra tres lugares de la mujer completamente diferentes.
«También habla de los vínculos humanos, de las relaciones familiares, de la búsqueda del amor, la infidelidad, la locura y toca el tema del aborto”, dijo. “Para mí fue la posibilidad de explorar el mundo femenino”, apuntó Pablo Trapero, el flamante director del film que vuelve a mostrar una de sus producciones tras el éxito de su última película El Clan. “Es un universo que no había explorado tanto, quizá un poco en Leonerapero en otro contexto. Fue muy estimulante pero al mismo tiempo un gran desafío”, reconoció el realizador a El Ciudadano.
“La película acompaña muchos de los debates que estamos teniendo. No quiero contar mucho de la trama pero creo que tiene una amable sincronía con muchos temas que por suerte hoy están en agenda”, anunció el realizador quien, según Gusmán, suele tocar temas de actualidad en sus películas casi sin buscarlo: “Fue todo muy en paralelo”, dijo la actriz en referencia a la visibilidad que tomó el movimiento de mujeres en estos últimos meses. “La película se terminó de filmar en noviembre, había algo que se estaba empezando a ver pero no era como este primer semestre que fue mucho más visible. Lo que más me sorprende de la película es la mirada femenina que tiene. Si bien es la mirada de un varón, hay algo muy profundo en lo femenino. Siento que hay muchas miradas de lo femenino desde lo masculino que terminan como en una cosa misógina, acá no. Yo me siento identificada como mujer”, aseguró la actriz.
“Al principio habla de los vínculos primarios como el reconocimiento de la madre, el deseo. Pero más sobre el final trata sobre el lugar de la mujer, la decisión sobre su propio cuerpo, el ser madre y sobre las múltiples modalidades de familia posible. Se ve una familia que parecería ser muy tradicional y también cómo se rompe con todo eso”, apuntó. Para Trapero es difícil saber por qué se dio esa sincronía con los temas que hoy están al debate: “Empecé a trabajar en esta película el año pasado y muchas de las cosas que la película va narrando hoy están en los diarios. Creo que la gente va a vincular lo que cuenta La quietud con muchas de esas cosas que leen”.
Tríada femenina
La quietud es una película “construida a partir de figuras icónicas”, apuntó Trapero. “Es el universo de estas dos hermanas y la presencia implacable de la madre que es el personaje de Graciela Borges. Estas hermanas un poco simbióticas que se reencuentran y esta madre un poco juez y parte de la historia. Después las distintas capas de la historia se representan también en los personajes de los dos únicos varones de la película”, agregó sobre los personajes de Joaquín Furriel y Édgar Ramírez.
Mía,la resiliente
“Mi personaje es la menor de las hermanas”, contó Gusmán. “Es inmadura emocionalmente con un costado muy vulnerable, está constantemente queriendo ser querida y al mismo tiempo tiene otro lado de mucha fortaleza que tiene que ver con poder sobrevivir a esta madre siniestra. Es una gran resiliente. Con una simbiosis muy grande con esta hermana y una lucha muy grande con esta madre”, explicó.
“Mía es la que maneja la acción dentro de la pasividad. Es la que va moviendo toda esta inquietud por debajo de la quietud para que todo termine explotando. De alguna forma es la que quiere sacar las verdades a la luz”, adelantó la actriz.
El inicio de la historia
La trama de La quietud surge por el parecido físico que tienen Martina Guzmán y Bérénice Bejo, las protagonistas. “Es más parecida a mí que mi hermana en la vida real”, reconoció Gusmán. “Ése fue un poco el germen de la película. Nos conocimos en Cannes el año que fui jurado y ella participó con El artista (2011). El chiste cuando nos conocimos fue que nos parecíamos mucho y Pablo (Trapero) dijo que quería hacer una película con nosotras como hermanas”, recordó.
“Me quedé sorprendido con el parecido que tenían –completó más tarde Trapero– Con los años nos seguimos viendo, nos hicimos amigos también con su marido Michel Hazanavicius, que es el director de El Artista, y eso que empezó como un chiste se fue tornando más serio. Para Bérénice era importante el proyecto porque era volver a la Argentina después de muchos años. Para mí era importante
porque quería volver a trabajar con Martina”.
Momento de contradicciones
Agosto está siendo un mes emblemático para el cine nacional. Con estrenos como El amor menos pensado, Mi obra maestra y El Ángel los films argentinos están copando las salas y batiendo records de público. “Es un momento muy simbólico de cómo es el cine argentino, que siempre tiene esta contradicción. Por un lado es muy bueno, es innegable lo que está pasando en este agosto. Hace dos o tres meses atrás nos preguntábamos si estas películas podían sobrevivir todas juntas y una atrás de la otra y sin embargo no sólo sobreviven sino que, de alguna manera, se acompañan. Pero al mismo tiempo hay un montón de interrogantes de cómo producir. Eso parte de algo con lo que los que hacemos películas tenemos que convivir. Siempre es y fue muy complicado hacer películas y en estos últimos tiempos eso se ve con claridad”, analizó Trapero.
“Ese momento de conflicto, también es un momento donde el público decide apoyarnos. Me gustaría pensar que eso va a tener un efecto positivo en el futuro. Creo que hay una desconexión entre el público, con esas ganas de ver nuestras películas, y lo complicado que es producir cine en la argentina por muchas razones, entre otras, porque las reglas van cambiando, porque todo se modifica a una velocidad que no nos permite hacer el trabajo que necesita cada película. El cine es una combinación de esfuerzos privados, del instituto (Incaa), de las historias y de los talentos de los actores. Hemos logrado hacer películas en condiciones muy inestables y muy difíciles, y pienso, espero y deseo que el apoyo del público mejore las condiciones para el futuro que hoy no están siendo fáciles”.
La calidad como clave
Consultada sobre El Marginal (de Luis Ortega),la serie éxito de público que se encuentra en su segunda temporada por la TV Pública, Martina Gusmán, una de sus protagonistas, analizó el fenómeno:“Es increíble, pura celebración.Tiene un rating que le gana a Canal 13 y que está cabeza a cabeza con Telefé, algo histórico dentro de la TV Pública. Me parece que eso habla de que la gente espera productos de calidad y El Marginal representa eso.Tiene calidad artística y técnica y la gente lo reconoce. Es un producto que si bien es comercial, porque tiene algo de thriller de acción, al mismo tiempo,tiene un ingrediente social, muy buenas actuaciones y escenas muy ricas y muy lindas internamente,todo está muy cuidado”.
Se viene «CeroCeroCero»
Actualmente Pablo Trapero está trabajando en la filmación de CeroCeroCero, una serie basada en la novela de Roberto Saviano del mismo nombre.“Una producción que se está filmando en cinco idiomas distintos y en seis países diferentes como Estados Unidos, México, Italia, Senegal y Marruecos, entre otros. Estamos filmando desde marzo y terminamos en octubre.Volví a la Argentina hace una semana para acompañar el estreno de La quietud ,después acompaño la película a los Festivales de Venecia y Toronto y de ahí me vuelvo a filmar a Marruecos.Es una producción muy grande que se va a estrenar el año que viene”, adelantó.