La explosión en la planta cerealera Cofco (ex Nidera) de Puerto San Martín el miércoles pasado dejó dos víctimas fatales y heridos que todavía se recuperan, algunos en terapia intensiva. Una de las familias golpeadas por la tragedia fue la de Domingo Ramón “Dingo” Giménez. El operario de 61 años murió producto del fuerte estallido desatado a partir de un incendio en una celda de la planta. Le faltaban dos años para jubilarse. Horas después también se supo que Juan Castillo, otro operario de 42 años, no sobrevivió a las quemaduras que lo afectaron y falleció en el Hospital Británico.
Entre las muestras de afecto que se vieron en las redes sociales hacia los trabajadores está la de Maxi, hijo de Domingo, que al día siguiente del fallecimiento de su padre escribió una conmovedora carta que compartió en su memoria. “Mi viejo se fue como un héroe”, escribió el joven.
El Ciudadano reproduce completo el posteo en memoria de Dingo.
Ayer falleció mi viejo en la explosión de Nidera.
Todavía no caigo que se fue, así tan de la nada.
Cuando me enteré, no sentía nada, ni siquiera mi propia respiración, solamente sentía desesperación y lo quería ver a toda costa. No aceptaba el hecho de que ya se había ido.
Aun así, y después del día tan largo que fue aceptar todo, no estoy triste.
Me quedé con todos los recuerdos y experiencias felices que tuve con mi querido viejo, las cuales me hacen muy feliz y me orgullece ser su hijo.
Más que nunca, ahora solamente me queda ser fuerte, porque todavía hay gente que me necesita y yo necesito de ellos.
Mi viejo se fue como un héroe, gracias a él varios contratados de limpieza se pudieron salvar de la explosión, ya que él se preocupaba por ellos y los mandó a almorzar, porque ya era esa hora, les dijo que él se quedaba asegurándose de lo que estaba pasando en su área, pero recibió la mayor parte de la explosión.
Es un héroe, siempre fue uno, me salvó mi vida y les salvó la vida a varias personas, y si aún estuviese acá, lo haría igual ya que era su voluntad de vivir.
A pesar de todo, en este momento daría cualquier cosa por volverlo a ver, pero bueno, la vida es así.
Las personas buenas se van primero de este mundo.
Les doy todas las gracias a familiares, amigos y compañeros que me acompañaron a mí y a toda mi familia a superar todo y a despedirlo.
Y si vos que estás leyendo esto por algún motivo, y todavía tenés a tus viejos, andá y abrazalos, demostrales todo el cariño que tenés por ellos.
Que descanses en paz, mi querido viejo.