Un artefacto explosivo fue colocado hoy en las puertas de la empresa aérea Lan Chile, en pleno centro de Neuquén, y si bien provocó daños en la fachada no causó heridos, informaron fuentes policiales y de la empresa.
El hecho ocurrió a las 5 de la madrugada en la sede de la empresa aérea situada en Irigoyen al 300, en pleno centro de Neuquén, cuando explotó una bomba de mediano poder que destruyó parte de la fachada y provocó la caída de mampostería.
Cuando los bomberos y la policía acudieron al lugar hallaron una nota en la que se atribuía el atentado la «brigada internacionalista insurreccionalista rebeldes de Jacinto Arauz».
«En víspera de un doble VICENTENARIO (sic) (celebración del traspaso del poder de la Aristocracia española a la `Aristocracia criolla`) y la complicidad de los estados argentino-$hilenos; decidimos ejecutar un segundo atake a Lan $hile (uno de los símbolos de la explotación y control social, enmascarado como un servicio en pro del bienestar material)», indica la nota.
Y agrega: «Exigimos la liberación de todos los presos y presas del mundo (sin diferenciación alguna) y al mismo tiempo llamamos a prender fuego a los carceleros traidores del proletariado y defensores del poder y cualkier manifestación represora que intente coartar o eliminar toda posibilidad de autonomía en territorios falsamente definidos como `territorios privados`».
El escrito tiene en total tres párrafos y fue secuestrado por la policía de la seccional primera de Neuquén, para ser puesto a disposición de la Justicia Federal que interviene en el hecho.
Fuentes de la empresa consultadas dijeron que el artefacto «produjo daños considerables en el local», ya que se trata de «un artefacto de poder suficiente como para hacer un daño considerable», aunque ratificaron que no hubo heridos.
Esta es la segunda bomba casera colocada frente a una oficina de Lan Chile en los últimos meses, ya que el 4 de agosto pasado sucedió un episodio similar en la sede de la empresa aérea situada en la avenida Cerrito y la calle Paraguay, en pleno centro porteño.
En esa ocasión, la explosión causó destrozos en vidrios de blindex, mampostería y una camioneta que se hallaba estacionada al frente, aunque no se hallaron escritos que se refirieran a la autoría del atentado.