En búsqueda de semillas, cerveza o ropa hecha a partir de la planta de cannabis, miles de aficionados a la marihuana se apiñaron los últimos días en los corredores del salón ExpoCannabis, cuya séptima edición cerró en Madrid el domingo pasado.
Fue el caso de Aitor Hernández, quien desde junio buscaba una nueva pipa de marihuana de vidrio y que esperó esta ocasión para comprar una.
“Aquí puedes ver todo los tipos de pipas que hay, los nuevos estilos, está bien”, dijo contento este muchacho de 23 años, tatuado, al tiempo que guardaba la caja donde iba su nueva adquisición.
ExpoCannabis, con sus 150 puestos instalados en una plaza de toros de Leganés, un suburbio de Madrid, propuso todo el abanico de objetos que requiere el cultivo y el consumo del cannabis: semillas con nombres evocadores como “Amnesia Lemon”, el papel para los cigarrillos, las minibalanzas.
También hubo ropa hecha con fibras de cannabis, una cerveza y una bebida energética a base de cannabis, así como puestos de información sobre los peligros o beneficios para la salud de la marihuana.
“El objetivo es informar, aclarar malentendidos y avanzar hacia una normalización del consumo de cannabis”, dijo la portavoz de la feria, Laura Cano, en su oficina que da a un enorme león inflable de color naranja, con un “porro” entre los labios.
Cultivar el cannabis para uso personal es legal en España, así como el uso de drogas en privado. Sin embargo, está prohibido transportarlas o venderlas.
El cannabis es la droga más común en este país y un 27,3 por ciento de los españoles de entre 15 y 64 años la han probado al menos una vez en sus vidas, una de las proporciones más altas de Europa, según el Centro Europeo de Vigilancia de Drogas y Toxicomanías con sede en Lisboa.
“El cultivo de cannabis tiene una larga historia en España debido a su proximidad con Marruecos, que es un importante país productor”, dice Raúl del Pino, editor de Cannabis Magazine, un mensual que tira 20.000 ejemplares.
La exposición, frecuentada principalmente por hombres jóvenes, atrajo a 16.000 visitantes el año pasado y los organizadores esperaban que este año acudiera al menos el mismo número, a pesar de la crisis.
En los pasillos dela ExpoCannabisalgunos hicieron un alto para fumar yerba, mientras un aire de reggae escapaba del puesto del vendedor de semillas.
“Con el paso del tiempo, el público ha cambiado. Al principio era sobre todo gente que consumía por placer, ahora hay cada vez más gente atraída por el uso médico de cannabis”, explica Laura Cano.
Entre las novedades presentadas este año estuvo un spray de alto poder que neutraliza el olor del cannabis y lo reemplaza por aroma a ropa limpia.