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Extorsión policial: “Está la comida, ya vino el repartidor”

En la audiencia, en la que la mujer policía arrestada no fue acusada por la Fiscalía, revelaron mensaje de texto comprometedor.

Dos de los tres policías de la subcomisaría 22ª detenidos en la noche del pasado domingo por una extorsión fueron acusados formalmente ayer por la Fiscalía de haberle sacado 3.000 pesos a la madre de un adolescente arrestado horas antes para evitar que fuera enviado al Irar. En audiencia pública, el Ministerio Público no halló elementos para acusar a una mujer policía, mientras que el juez Alejandro Negroni determinó prisión preventiva por tiempo indeterminado para los otros dos uniformados.

El fiscal Fernando Dalmau acusó ayer al suboficial Juan Carrasco y el oficial Carlos Carrizo de tentativa de extorsión al desarrollar las pruebas colectadas en un caso que se inició en la tarde del domingo, cuando un adolescente del barrio Santa Lucía fue detenido en su casa –sin oposición de su madre– bajo acusación de andar a los tiros por la zona y de robarle a una chica.

Cuando la madre del chico, de 17 años, llegó a la seccional, según la acusación, le exigieron 5 mil pesos para que no fuese enviado al Irar, y se ofrecieron a lavarles las manos para que el dermotest no le diera positivo. Mediante comunicación telefónica, la mujer acordó el pago de tres mil pesos, pero para entonces ya se había comunicado con el fiscal Dalmau –al que conocía porque había hecho denuncias anteriores– para ponerlo al tanto de la situación.

El fiscal, con el auxilio de la Dirección de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad, montó una entrega controlada –con billetes marcados y una microfilmadora que portaba la mujer– que se llevó adelante en la comisaría en la noche del domingo.

Según trascendió en la audiencia, en un momento la filmación se cortó, con lo cual la mujer salió corriendo. Al ingresar, los policías hallaron en un tacho de basura de una oficina donde estaba el suboficial Carrasco los tres mil pesos.

La sumariante Mariana T. dijo en su descargo haber visto a la madre de la víctima en la comisaría y señaló que hubo comunicaciones entre ella y el suboficial Carrasco.

También señaló que al momento de producirse el ingreso del personal de Asuntos Internos vio a Carrasco hacer “un giro raro”, pero dijo no haber observado si tiró algún elemento al tacho de basura.

A su turno, Carrasco dijo haber hablado con la madre del detenido varias veces, por teléfono, ya que fue detenido a las cuatro de la tarde y liberado a las once de la noche.

Añadió que siempre hizo alusión a que debía presentarse en la seccional con el DNI del chico para poder entregárselo en custodia. Negó haberle pedido dinero, aunque admitió que ella le hablaba por teléfono de dinero, pero él no supo a qué hacía referencia. Al ser detenido por Asuntos Internos, Carrasco tenía 4.700 pesos en el bolsillo: dijo el acusado que eran para pagar un Renault 19 a un vendedor de autos que tiene su local en la misma cuadra de la subcomisaría 22ª. También negó haber visto los tres mil pesos hallados en el tacho de basura. Y alegó haberse olvidado de hacerle el dermotest al adolescente.

En tanto, el oficial Carrizo –superior a cargo de la comisaría– dijo haber llegado a las ocho de la noche y que en ese momento le informaron que había un chico detenido por robo, pero que nunca habló con la madre. Cuando ella llegó a la seccional, dijo haberle informado que sólo restaba hacerle el dermotest para dejarlo ir a su casa. En el celular incautado a Carrizo, Asuntos Internos detectó un mensaje de texto a un contacto que figura como “Carrasco” al que le decía: “Está la comida, ya vino el repartidor”.

El abogado José Luis Giacometti, defensor de Carrizo y Carrasco, dijo en referencia a este mensaje: “Era la comida; se refería realmente a eso”. También afirmó que la madre del adolescente tenía una “custodia esporádica” por seguridad en su vivienda, a la que no podía concurrir el personal de la subcomisaría 22ª, porque la mujer había salido en los medios afirmando que “los iba a meter a todos en cana”. Sobre Carrizo, el defensor dijo que nunca estuvo cerca del tacho de basura donde se halló el dinero.

El fiscal pidió la preventiva para ambos policías y declinó de acusar a la sumariante. Recordó que el mínimo de pena en expectativa es de 2 años y 3 meses de cárcel y el máximo 6 y medio, por lo cual pueden tanto fugarse como entorpecer la investigación.

Añadió que se investiga si el dinero hallado en el bolsillo de Carrasco corresponde a otra extorsión ocurrida denunciada esa misma tarde, cuya víctima fue Lucas M. El juez decidió hacer lugar al pedido fiscal y dictaminó prisión preventiva para los dos policías.

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