La balacera contra el Casino City Center en la que fue asesinado en enero pasado el contador Enrique Encino desentrañó una aceitada organización dedicada a sembrar el miedo para recaudar dinero: sus integrantes invocaban sus vínculos con el jefe de Los Monos, Ariel «Guille» Cantero, para concretar las maniobras de extorsión. Maximiliano «Cachete» Díaz fue imputado por el crimen de Encino junto con otro ladero de Guille, Fernando «Enano» Morel; también por ese intento de extorsión y los atentados contra el Sindicato de Peones de Taxis.
Esta semana se conocieron nuevos avances en la causa en la que Fiscalía busca desbaratar una asociación ilícita dedicada a extorsiones y también a la explotación del juego clandestino. El lunes los pesquisas detuvieron al comisario retirado Alejandro «Pipi» Torrisi cuando salía de un casino clandestino con 150 mil pesos, y este miércoles cayó la pareja de Cachete, Flavia Broin, sobrina de un ex jefe policial.
Este jueves comenzaron a ser imputados junto con otras tres personas, entre las que se encuentran el propio Cachete Díaz y un ciudadano dominicano, Otniel Almonte de León, que está preso por la ejecución del policía Cristian Ibarra y a quien ahora le achacan entregar el arma para la autoría material del crimen de Encino.
A este entramado se agregó la «ayuda» desde la Fiscalía y de la fuerza policial a algunos integrantes de la banda que están prófugos, connivencia que surge de las escuchas que obran en la investigación.
La audiencia comenzó a las 14.30 de este jueves y la jueza Valeria Pedrana dispuso cuarto intermedio hasta este viernes a las 9.30, cuando continuará la exposición del caso y se conocerá la resolución de la magistrada ante la acusación presentada por los fiscales Luis Schiappa Pietra, Georgina Pairola y Matías Edery.
El ataque fatal
La noche del 11 de enero un grupo de atacantes disparó media docena de veces contra los balcones del Casino de Moreno al 6200. Uno de los proyectiles hizo blanco en Encino, gerente del Banco Nación de Las Parejas, y lo mató. En los días siguientes hubo allanamientos donde Cachete fue detenido y la trama de extorsiones y el juego clandestino salieron a la luz.
Este jueves, Cachete, su pareja Flavia, el dominicano Almonte de León, José Sebastián Perlo y el comisario Torrisi junto con otros cuatros hombres que aún continúan prófugos comenzaron a ser imputados por integrar una asociación ilícita que funcionó desde agosto de 2019 hasta el 13 de enero pasado, cuando fue apresado Cachete, quien está sindicado como el organizador de la banda.
Para la acusación, el objeto de la organización fue obtener dinero mediante extorsiones y atentados contra la vida de distintas personas invocando el vínculo que mantiene Cachete con Guille Cantero como medio para intimidar a las víctimas. Algunas de esas maniobras involucraron el gerenciamiento y explotación de negocios ilícitos, entre ellos el de la quiniela clandestina, y los llamados casinos ilegales, explicaron desde la Fiscalía.
Los funcionarios del Ministerio Público de la Acusación (MPA) explicaron que la organización estaba a cargo de Cachete Díaz y en la estructura había cuatro grupos: uno se encargaba de llevar adelante los mensajes intimidatorios, otro se especializaba en realizar los atentados intimidatorios, un tercer grupo de administrar el dinero y hacerlo circular, mientras que el último eslabón estaba enfocado en los negocios de quiniela clandestina y casinos ilegales. En la imputación, los fiscales destacaron que estos miembros eran los encargados de «obtener cobertura institucional en agencias policiales y judiciales para los integrantes de la misma».
Los hechos y las conexiones
En esta causa se conoció que se encuentran prófugos cinco sindicados integrantes, quienes están identificados como Leonardo Peiti, Damián Díaz, Hernán «Chema» Quinteros, Claudio «Cadi» Humberto Ricaldes y Mariano Ruiz.
Para la investigación del MPA, Cachete se presentó el 8 de agosto de 2019 en la casa de un hombre, a quien le exigió la entrega de su camioneta Toyota Hilux y 30 mil dólares a cambio de no atentar contra su vida.
Ese mismo día, Cachete también sorprendió, en Valparaíso y Rioja, a otra de sus víctimas, un hombre que se encarga de administrar salas de juegos clandestinos, y le exigió dinero invocando su vínculo con Los Monos y a cambio de no atentar contra la vida de su familia, dice la acusación.
También organizó el ataque a tiros del 11 de enero contra el Casino, donde asesinaron a Encino. En el homicidio también quedó involucrado el ciudadano dominicano, ya que para los fiscales oficiaba de sicario y el día del ataque se encontró con uno de los prófugos, Chema., quien le entregó el arma de fuego.
Además, el dominicano está sindicado como quien planificó un atentado contra la vida de otro hombre, el cual no se llegó a concretar.
La acusación agregó que el 8 de enero pasado Cachete mandó a dos menores a la casa del dueño de una financiera para que le exigieran el pago de 3.000 dólares a cambio de no atacar a balazos su negocio, ubicado en el microcentro rosarino.
En tanto, Flavia Broin, pareja de Cachete y sobrina del comisario retirado Marcelo Villanúa, fue la encargada de manejar el dinero de las extorsiones, contactar con las víctimas para el retiro de las sumas pactadas y administrar la recaudación de los casinos ilegales, dicen los acusadores.
Protección
A Alejandro Alberto «Pipi» Torrisi, comisario retirado de la Policía de Santa Fe y quien supo comandar la Jefatura de la regional Constitución, la imputación lo acusó de ser el encargado de brindar auxilio a los integrantes de la organización cuando estos eran detenidos. Uno de estos hechos ocurrió el 9 de enero pasado, cuando fueron apresados Chema y Cadi, quienes iban a perpetrar el atentado contra el Casino, dicen los fiscales.
En esa oportunidad, Torrisi fue contactado por Leonardo Peiti para que gestionara su liberación, dice la acusación. «En su carácter de policía retirado dispuso ante la comisaría 21ª beneficios para lograr la libertad de la dupla», explicaron los voceros.
Además, sindicaron al oficial retirado por tener a su cargo la administración del casino clandestino de calle Espora al 200 en Villa Gobernador Gálvez, donde fue detenido el lunes pasado con un bolso que tenía 150 mil pesos.
Leonardo Peiti está prófugo y sindicado por identificar a potenciales personas para que luego fueran objeto de extorsiones por miembros de la asociación. También fue quien se relacionaba con integrantes de las fuerzas de seguridad o agencias judiciales a los fines de obtener de ellos algún beneficio lícito, ilícito o delictivo en favor de los miembros de la organización, siempre según la pesquisa.
Peiti, cuya vivienda fue atacada a tiros en julio del año pasado, hizo gestiones junto con Torrisi cuando cayeron detenidos Chema y Cadi, pero lo que fue más llamativo es que también se contactó con un empleado de la Fiscalía para obtener información y algún beneficio lícito o ilícito para favorecer a los apresados, consta en la investigación.
Otro hombre que este jueves estuvo sentado en el banquillo fue José Sebastián Perlo, quien fue acusado de participar en las extorsiones, ya que se reunía con las víctimas para exigirles dinero, y conseguir celulares para llevar adelante las amenazas, aportaron las fuentes oficiales sobre una parte de la imputación de la Fiscalía, la cual continuará este viernes a las 9.30, cuando se conocerán más detalles tras el cuarto intermedio dispuesto por la magistrada Pedrana.