El propietario de un kiosco ubicado en el interior de los Tribunales provinciales, un hombre no vidente que hace 30 años que trabaja en ese lugar, denunció ayer que forzaron la cerradura de la puerta de su pequeño negocio y tras violentarle una caja de madera donde guarda dinero le sustrajeron 500 pesos, además de cigarrillos y otro tipo de mercadería.
El hecho llama la atención ya que ocurre dentro de un sitio cerrado, con varias cámaras de seguridad y permanente presencia policial como es la sede principal del Palacio de Justicia santafesino.
El negocio está ubicado en la planta baja del edificio, sobre el sector que da a calle Montevideo, pegado a la puerta de acceso.
Según las fuentes consultadas, el robo se habría producido entre la tarde y la noche del lunes, cuando el comercio estaba cerrado.
El titular del negocio, Facundo Vega, un hombre que es ciego y que hace treinta años trabaja en los Tribunales provinciales, dio cuenta de que le habían sustraído dinero y mercadería recién ayer a las 6 y media de la mañana, cuando llegó como todos los días para abrir y comenzar a trabajar.
El hombre atiende su pequeño puesto desde esa hora hasta la una de la tarde. Luego de ese horario el local permanece cerrado.
Lo cierto es que apenas llegó Vega detectó de inmediato ayer que algo no estaba como todos los días. Cuando fue a introducir la llave, notó que la puerta había sido abierta.
Según explicaron fuentes policiales, ya dentro del negocio se encontró con que los delincuentes (en rigor, aún no se sabe si fue una o varias las personas que actuaron) le barretearon una caja de madera donde guarda el dinero y se llevaron 500 pesos. Eso es lo que denunció luego en el Ministerio Público de la Acusación. También le sustrajeron cigarrillos y otro tipo de mercadería propia de un local como el que tiene.
El caso fue tomado por un fiscal de la unidad de Investigación y Juicio. Y ya se pidieron las imágenes de las cámaras de seguridad del lugar y el libro de firmas de ingreso y egresos al lugar.
En Tribunales no sólo hay dispositivos de videovigilancia en el interior del palacio, sino también en las adyacencias. Incluso, ayer se podía ver que uno de esos “ojos” apunta directamente al acceso donde está el kiosco, que este martes estuvo cerrado durante toda la jornada.
Lo llamativo del caso es que el robo se dio dentro de un lugar donde hay custodia policial las 24 horas.
Según uno de los efectivos que trabaja en Tribunales, hasta apenas pasado el mediodía son unos 15 los agentes que a diario se desempeñan allí. Esa cantidad baja a la tarde cuando la circulación de empleados y las personas que asisten a hacer trámites también desciende.
“Como sea, la verdad que es poca la cantidad de policías que estamos acá. Con toda la gente que viene y anda todo el día por lo menos deberíamos ser el doble”, se quejó el efectivo consultado por este medio.
En tanto, otro dijo que el insólito robo podría estar vinculado a un presunto “boicot” interno de algún uniformado contra el jefe de la delegación policial de Tribunales.
“La semana pasada le robaron el celular a un compañero en la propia oficina de la delegación policial. Y sólo cabe la chance de que sea un colega. Desde hace un mes pasan cosas raras acá”, relató otro efectivo que se acercó a charlar con este medio.
Increíble historia de una mujer que dejó tras de sí una lluvia de billetes
En una concatenación de hechos cercanos a la ficción, una mujer que iba en moto por la ruta A012 –a la altura de Roldán– rumbo a General Villegas, en la provincia de Buenos Aires, comenzó a generar tras su paso una lluvia de billetes de 100 pesos ante la impávida mirada de los automovilistas que transitaban por el lugar. Según fuentes policiales, esto ocurrió mientras trasladaba el dinero, 37 mil pesos en total, que había retirado de un banco de la ciudad de San Lorenzo, en una bolsa de consorcio que se abrió al engancharse en una rueda, lo que provocó el rápido esparcimiento de billetes.
Desesperada frenó el vehículo y con la ayuda de los presentes logró recuperar gran parte de la plata. El caso, que despertó esperables sospechas, fue investigado y se corroboró que no se estaba ante ninguna maniobra ilegal, solo “lisa y pura” imprudencia.
El subjefe de la comisaría 6ª de Roldán, seccional que tomó intervención en el caso, Damián Manco, reconoció que se trataba de una “historia nada común”, que había ocurrido el último viernes a horas del mediodía pero que recién ahora tomó repercusión pública. “Nos llegó la información por la denuncia de automovilistas. La mujer venía en una motocicleta trasladando varias bolsas de consorcio, en una de ellas traía dinero que había retirado en un banco de San Lorenzo. Al parecer, esa bolsa se enganchó con la rueda, se rompió y comenzaron a volar los billetes a la altura del parque industrial. Los testigos nos hablaron de una «lluvia» de billetes sobre la ruta”, señaló.
La situación, digna de un relato cinematográfico, continuó con la mujer absolutamente desesperada y fuera de sí tratando de juntar los billetes, que volaban para todos lados.
Paralalelamente los automovilistas iban parando, algunos –la mayoría– para ayudar y otros para manotear el dinero que encontraban a su paso. Cuando hizo el recuento, le faltaron unos 3 mil pesos.
“Hubo automovilistas un tanto mezquinos que le sacaban el dinero y se retiraban del lugar. En este caso quedarse con la plata es delito porque la persona que la había perdido estaba en el lugar. Por eso se iniciaron actuaciones, se labró un acta e intervino en el caso la policía”, añadió Manco.
“Además varios billetes se le habían roto porque se los agarró la rueda con los rayos y volaron hecho pedazos. Hubo gente honesta que la ayudó a contar. Esta persona había sacado un crédito en un banco de la ciudad de San Lorenzo porque tenía que pagar unas deudas en la localidad en General Villegas, de donde es oriunda. Ella se dirigía en ese momento hacia allá. Lo iba a usar para pagar cuentas que debía junto con su marido”, continuó.
Uno de los puntos más extraños es cómo a una mujer sola se le ocurrió viajar desde San Lorenzo hasta General Villegas –poco más de 400 kilómetros– en una moto con una bolsa de residuos semejante suma de dinero. “La mujer iba sola ya que el marido se encontraba trabajando en la localidad de Puerto General San Martín. Retiró el dinero esa mañana en la sucursal de San Lorenzo y se dirigía a su localidad a pagar las deudas”, indicó el comisario.
“Realmente estaba desesperada. Además es insulinodependiente, por lo que se le había bajado el azúcar, pero gracias a varios automovilistas que la ayudaron a juntar la plata que se había esparcido en varios metros a la redonda pudo recuperar la mayor parte. Hay que pensar que con la velocidad la moto es como un ventilador y así actuó”, concluyó.