El gobierno nacional reforzará la vacunación contra la fiebre aftosa en las provincias de Chaco, Formosa, Corrientes, Entre Ríos y Salta –ubicadas en la frontera con Paraguay–, para lo cual destinará 3,2 millones de dosis extra a productores de la zona.
Así lo anunció el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Julián Domínguez, tras una reunión que mantuvo ayer en la sede de la cartera con representantes agropecuarios de distintas provincias a raíz de la detección de un foco de fiebre aftosa en un establecimiento ganadero de Paraguay, en el que se comenzaron a sacrificar los animales afectados.
“Nuestro país tiene una alta inmunidad y está preparada para afrontar cualquier emergencia sanitaria”, manifestó Domínguez, quien recordó que “Argentina reforzó todas las medidas para prevenir el ingreso del virus y tiene una fuerte capacidad para el control de estas enfermedades, con instalaciones y profesionales de primer nivel”.
Como muestra de esto, señaló: “Contamos con el Laboratorio Nacional de Referencia Mundial del Senasa, que posee tecnología de última generación”, y actualmente tiene a su cargo el análisis del tipo de virus correspondiente al foco de aftosa detectado en Paraguay.
Asimismo, Domínguez informó que “la principal tarea que realiza Argentina en estos momentos en zona de frontera es verificar que no haya circulación viral y fortalecer la inmunidad del rodeo nacional a través de la vacunación, con prioridad en las provincias fronterizas”.
Por otro lado, aseguró: “Debemos trabajar conjuntamente con Paraguay como hermanos latinoamericanos”, a lo que agregó que la reciente detección de fiebre aftosa en el país vecino “es una oportunidad para estrechar lazos de colaboración sanitaria”.
En este sentido, informó que Argentina mantiene una “comunicación permanente” con las autoridades agropecuarias de Paraguay, a quienes ofreció toda su ayuda para controlar el brote. Según la cartera agropecuaria, los representantes provinciales destacaron las acciones de control y monitoreo que lleva adelante el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) y la coordinación encabezada por el Ministerio de Agricultura.
Estuvieron presentes en la reunión ministros y representantes provinciales de Salta, Entre Ríos, Jujuy, Santiago del Estero, Córdoba, Santa Fe, Buenos Aires, Chaco, Corrientes, Entre Ríos, Formosa y Tucumán.
Mediantela Resolución684/11, publicada ayer en el Boletín Oficial, el Senasa oficializó la decisión de reforzar la dotación de personal profesional y técnico en los puestos de control y áreas fronterizas de riesgo como son las provincias de Salta, Formosa, Chaco, Corrientes, Misiones y Entre Ríos.
También se dispuso la intensificación de los controles físicos, documentales y de identidad en las cargas comerciales de los productos autorizados a ingresar al país; y la imposición de una mayor restricción de objetos, cosas o mercaderías bajo la modalidad de tránsito vecinal fronterizo.
A ello se suma la desinfección de todos los vehículos que ingresen al territorio nacional y el refuerzo del control de ingreso de pasajeros y equipajes y del tránsito de personas en las zonas de riesgo.
Asimismo, se dispuso la instalación de puestos de control en rutas o lugares considerados estratégicos a los fines de la prevención de los riesgos enunciados.
Por otra parte, se intensificaron los controles de movimientos internos de animales susceptibles y reforzaron los controles en materia de bioseguridad en frigoríficos, mataderos y basurales, para que se cumpla con la prohibición de la alimentación de cerdos con desperdicios sin la cocción correspondiente.
Ayer también se conoció que Paraguay comenzó a sacrificar a 819 animales vacunos en la zona rural donde apareció un foco de aftosa, distante300 kilómetrosal noreste de Asunción.
La aplicación del rifle sanitario es uno de los requisitos que debe cumplir Paraguay para recuperar su estatus sanitario, perdido cuando se confirmó la existencia de la enfermedad en la zona conocida como Sargento Loma, en el departamento de San Pedro.
Los ganaderos paraguayos confían en que, pese al impacto sobre la economía –estimado por analistas locales en unos 97 millones de dólares mensuales–, el país recuperará en seis meses el estatus de libre de la enfermedad con vacunación.