En sólo 15 días, Juan Carlos Fábrega logrará lo que no pudo conseguir Mercedes Marcó del Pont en casi tres años de gestión: tras ser designado presidente del Banco Central, el gobierno intentará formalmente que el Congreso le dé su acuerdo para que ocupe el cargo durante seis años.
El jueves informó oficialmente la Comisión de Acuerdos del Senado que mañana, a las 17, recibirá en el Salón Eva Perón del Palacio Legislativo a Fábrega para que explique cuáles son las estrategias que planea aplicar para manejar el Central, y recibir rápidamente el visto bueno para que las lleve a cabo. El ex presidente del Nación tiene, más allá de su cercanía con el gobierno (que dispone de números propios para confirmar el nombramiento), conocidos personales suficientes entre los senadores provinciales amigos y opositores como para que su acuerdo no sufra mayores dificultades. En sus años de titular de la entidad (más de 30), supo Fábrega tender vínculos políticos personales lo suficientemente sólidos como para que su encumbramiento no tenga reparos mayores, más allá de los fuegos artificiales verbales que se esperan desde la oposición para mañana.
La Comisión la maneja el chubutense Marcelo Guinle, que ya le garantizó a Fábrega máxima seguridad en su incursión legislativa. Lo que no se le asegura al presidente del Central es que luego haya facilidad para que confluyan los dos tercios de los senadores necesarios para que su nombramiento esté garantizado en la sesión del miércoles. La hipótesis que calculan las espadas legislativas oficialistas en la Cámara alta es que se necesitaría recurrir al llamado a “extraordinarias”, ya que, se descarta, habrá que negociar a destajo para lograr el acuerdo político que cierre el nombramiento.
Esperanzados
El kirchnerismo es optimista. Por ahora, los opositores no están anoticiados de la intención oficial. No es extraño. La última vez que tuvieron que discutir estas cuestiones fue en aquel verano de 2010 cuando Martín Redrado vivió la crisis que llevó a su salida de la presidencia del Central y Cristina de Kirchner eligió a Marcó del Pont como su sucesora. Aquel verano sirvió, entre otras definiciones, para bendecir las llegadas de los votos positivos del senador Carlos Menem a las políticas del oficialismo.
Con Fábrega, en el transcurso de los días, la intención oficial es que también vayan teniendo aprobación parlamentaria tanto los dos nuevos directores designados el jueves pasado por el gobierno, Sebastián Aguilera y Germán David Feldman, como Miguel Ángel Pesce, Waldo Farías y Santiago Carnero, los directores sobrevivientes de la era Marcó del Pont que aún permanecen en la crítica situación de “en comisión”.
Hay equipo
Así las cosas, Fábrega ya cuenta con la mayoría de los colaboradores máximos con los que tendrá que ejecutar todos los días la orden del Ejecutivo sobre cómo sostener la política cambiaria de “flotación administrada” aggiornada a estos tiempos de reservas limitadas: esto es, reducir la brecha con el “blue”, aplicar instrumentos financieros para subir la oferta de dólares, coordinar esto con otros bancos públicos como el Nación y el Provincia de Buenos Aires y, lo más importante, acelerar la pérdida de valor del peso contra la moneda norteamericana sin que los mercados perciban una devaluación de importancia.
Nuevamente estará como vicepresidente del Central Miguel Pesce, un sobreviviente ya de tres gestiones (la de Martín Redrado y Mercedes Marcó del Pont) y de una presidencia interina durante la salida del primero y la llegada de la segunda. Políticamente vinculado en sus orígenes a la UCR, se sumó al grupo de radicales K que apoyaron desde el principio al kirchnerismo. Tuvo una relación personal con Néstor Kirchner y se lo considera desde Olivos uno de los mejores especialistas en explicar con claridad ante los políticos oficiales como surgen, se desarrollan y mueren las corridas cambiarias.
También continuarán Santiago Carnero (hombre del directorio de YPF representando al kirchnerismo en los días de Repsol) y Waldo Farías, quizá la última espada incorporada personalmente por Néstor Kirchner en el Central. Ambos, Carnero y Farías, pueden ser considerados hoy hombres directos y de confianza de Fábrega, que los conoce de sus días como presidente del Nación y recomendó su permanencia.
Capitanich capitanea
Los dos nuevos directores propuestos por el gobierno demuestran, al menos en parte, la estructura actual de poder económico. Según lo aparecido el jueves pasado en el Boletín Oficial, el jefe de gabinete, Jorge Milton Capitanich, logró que su máximo hombre de confianza en el sistema financiero llegue a la mesa de directores del BCRA.
Se trata de Sebastián Aguilera, hasta ahora presidente del Nuevo Banco del Chaco; que además cuenta con el valor agregado de tener una muy buena relación con Fábrega; también por su pasado de titular del Banco Nación. Los que lo conocen de cerca, aseguran que Aguilera es un experto en economías financieras regionales, y que podrá establecer una red de comunicación directa con los sistemas financieros provinciales.
El otro director mencionado es Germán David Feldman, economista de 31 años, de la planta del Ministerio de Economía. Se trata de una apuesta personal del ministro de Economía Axel Kicillof; que, ahora sí, podrá poner un pie formal y oficial en el directorio del Central.
