Vida social, deportes, familia y amigos. Esa es la actualidad del Club Social y Deportivo Fábrica De Armas ‘Domingo Matheu’, un verdadero ‘gigante’ de la zona sur de Rosario y que, al igual que numerosas instituciones de la ciudad, estuvo al borde de la desaparición en la década del 90, pero que con el apoyo y el esfuerzo de un grupo de socios, hoy atraviesa un venturoso presente.
Fundado el 25 de agosto de 1946 durante el primer mandato de Juan Domingo Perón, el club nació como un anexo a la enorme Fábrica Militar de armas portátiles del mismo nombre que funcionaba por calle Francia. Semejante espacio verde desaprovechado pasó a convertirse en un lugar de encuentro y descanso para los empleados y sus familias, al punto de que la mayoría pedía que le descuenten la cuota mensual de sus sueldos.
Con el paso del tiempo la institución fue creciendo cada vez más, al punto de comenzar a sumar socios que no trabajaban en la Fábrica de Armas, aunque de antemano tenían que ser “recomendados” por algún empleado.
La vida social y familiar se esfumó por completo con el golpe de estado de 1976, ya que las instalaciones del club fueron utilizadas con fines macabros por los gobernantes de aquel entonces. Todo un pasado oscuro que, hoy en día, quedó profundamente enterrado, aunque no olvidado.
El abandono y el alejamiento de los socios que sufrió dejaron en una difícil situación al club, que tocó fondo en la década del 90 y a punto estuvo de desaparecer por completo, más precisamente en 1997. De no haber sido por la iniciativa y el sacrificio de un puñado de personas que, contra viento y marea, lograron sanearlo económicamente y darle vida otra vez tras ímprobos esfuerzos.
“El club nació con Perón y murió con Menem”, resumió con criterio Ronald Boettner, actual síndico del club, quien amablemente visitó la redacción de El Ciudadano para contar un resumen sobre lo que fue, es y será en la entidad ubicada en Olegario Víctor Andrade al 3300, en uno de los límites de la ciudad de Rosario.
“La comisión directiva anterior hizo un trabajo monumental levantando al club de la quiebra y desde que estamos nosotros no sólo logramos mantener el equilibrio económico, sino que también pudimos realizar varias obras de ampliación y remodelación y aumentar la masa societaria”, reveló el dirigente.
Y enseguida añadió: “Hace poco logramos un gran acuerdo con la provincia de Santa Fe y extendimos el comodato por 20 años más. Así, nos aseguramos un futuro para las próximas generaciones que quieran venir a disfrutar del club”.
¡Y qué club! Más de nueve hectáreas de verde, una pileta de 25 metros (y que con 3,40 metros de hondo es la más profunda de la ciudad) y el proyecto de construir otra más, dos quinchos, numerosos parrilleros, dos salones para eventos, un buffet completamente equipado y deportes. Muchísimos deportes.
“Actualmente funciona la Academia de fútbol de Griffa, hay clases de patín, softbol y kung fu, tenemos cancha de pelota paleta, padel, tenis, una de fútbol 5 totalmente sintética y una segunda que estará lista para el verano. Justamente en esa época también funcionan dos colonias de vacaciones”, enumeró el síndico, quien más adelante agregó: “También somos el único club donde se practica fútbol americano y arquería” (ver página 25).
“Pero lo que más orgullo nos da es poder decir que somos un club enteramente social. Tenemos precios muy accesibles para la familia y nunca vamos a dejar que un niño deje de practicar éste o aquel deporte porque no tiene dinero”, sentenció Boettner, quien cerró diciendo: “Somos una gran familia con más de dos mil socios y con deseos de seguir sumando más y más gente, así como otras disciplinas deportivas”.
¡Siempre listos!
Con un terreno de más de nueve hectáreas, el gigantesco predio del club Fábrica de Armas fue declarado reserva ecológica por la municipalidad de Rosario. Semejante espacio verde es aprovechado regularmente por una numerosa agrupación de jóvenes boy scouts, que desde hace algunos años asisten todos los fines de semana para aprender y divertirse.
“Como fue creciendo fue increíble. Lo que empezó con un puñado de chicos y apenas dos instructores, hoy tiene casi 400 jóvenes que se reúnen todos los fines de semana en las instalaciones del club”, relató el síndico Ronald Boettner, quien además añadió: “Todos son socios que aportan su granito de arena y que le dan vida al club. Igual tenemos muchos chicos becados, como también pasa en otras disciplinas”.
Fútbol americano, arquería y softball en un solo lugar
El club Fábrica Militar de Armas es único por el enorme espacio verde que posee. Tantas hectáreas de naturaleza lo hace ideal para la práctica de algunos deportes no tan convencionales como el fútbol americano, arquería y softbol. “En Rosario somos los únicos que tenemos estas disciplinas”, afirmó el síndico del club. Y enseguida agregó: “Los fines de semana esto explota. Y nos pone muy orgulloso decir que todos cuidan el club como si fuera suyo, tanto los muchachos de fútbol americano como los que hacen arquería”.