Desde el lunes de esta semana Mefro Wheels está cerrada otra vez. La única fábrica de llantas del país quedó a la deriva después de que el empresario Ricardo Cicarelli presentara un escrito ante la Justicia para decir que se retiraba de la gestión que había asumido en mayo del año pasado a partir de la firma de un acuerdo de alquiler por 15 años. En el medio quedaron 80 trabajadores que esperaban la reactivación de la planta para volver a sus puestos. En total, son 170 los que el año pasado se quedaron sin empleo. Ayer tanto Cicarelli como los representantes de la firma alemana dueña de la marca y el predio de Ovidio Lagos al 5500 fueron citados en el Ministerio de Trabajo para una audiencia. Ninguno apareció. Desde la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) dijeron que buscan una salida para que no se pierda una rama industrial única en el país.
En diálogo con El Ciudadano el abogado de la UOM Pablo Cerra cargó contra los empresarios responsables de la fábrica. “A la audiencia no se presentó nadie y quedó expuesta la voluntad de no resolver nada. Tendremos que salir de esta nueva crisis por nuestros caminos y por nuestra iniciativa”, dijo después de la reunión fallida. El gremialista pidió públicamente que tanto el gobierno provincial a través de los ministerios de Producción y Trabajo y el gobierno nacional estén a la altura y ayuden para que la fábrica no cierre definitivamente. Para la UOM la clausura de la planta del oeste de la ciudad no sólo implica pérdidas de puestos de trabajo. “Es una rama industrial única en el país. Si cierra, esta rama se pierde. Ya lo vimos con los ferrocarriles”, explicó.
La nueva crisis de Mefro Wheels empezó cuando semanas atrás Cicarelli dijo que estaba en negociaciones para pasar la gestión de la planta a Maxion, una fábrica de llantas de Brasil. El empresario había firmado en mayo pasado un contrato de alquiler y explotación de la fábrica en medio del conflicto que se desató por el abandono del grupo inversor alemán que es dueño de la planta. Meses más tarde decía que la reactivación había sido imposible porque los clientes habían preferido comprar llantas importadas. Los números le daban la razón: en 2017 entraron al país 800 mil ruedas, con sólo la mitad Mefro Wheels podía dar trabajo a 90 personas. El posible desembarco de Maxion fue interpretado por la UOM como una buena noticia. “Cicarelli no pudo cumplir lo prometido. Las importaciones no ayudan, pero tanto el gremio como los trabajadores pensamos y ofrecimos alternativas que por desidia no fueron tenidas en cuenta”, dijeron.
Frente a los rumores de traspaso, la UOM presentó la semana pasada un pedido de información a jueza en lo civil y comercial María Silvia Beduino, a cargo de la convocatoria de acreedores de la firma. Media hora después, Cicarelli y los abogados de la firma alemana llegaron al juzgado con dos escritos que decían que las negociaciones con Maxion se habían caído. Cicarelli dijo que se iba y se llevaba a su fábrica de Villa Gobernador Gálvez a los 20 empleados que desde el año pasado hacen mantenimiento en Mefro. La noticia fue un golpe para los más de 80 empleados que esperaban volver a la línea de producción. El lunes la planta amaneció cerrada.
“La planta está totalmente operable. Inlcuso tiene mejores condiciones que el año pasado. Haremos todas las gestiones para intervenir y que vuelva a producir. Se está evaluando la autogestión, aunque es una opción difícil por la complejidad de la distribución y venta de este producto. También estamos en reuniones con sectores industriales para ver qué se puede hacer”, agregó Cerra.