Profecía autocumplida. Puede ser el título que englobe estrategias corporativas de vaciamiento de empresas para justificar convocatoria de acreedores, pedidos de quiebra o despidos de personal. Hubo muestras estos últimos días de 2017, especialmente en la región. El gremio ATE denuncia un caso grave, porque el protagonista es el propio Estado y la compañía en cuestión, estratégica: la planta de Fabricaciones Militares (FM) de Fray Luis Beltrán. Los telegramas de cesantía les llegaron a 35 de sus 430 trabajadores, todos contratados. El sindicato renovó entonces las denuncias de políticas públicas que guían hacia el colapso a una fábrica que merece y puede tener un futuro de expansión en vez de achicamiento: desfinanciamiento de las Fuerzas Armadas –uno de los principales clientes de FM–, convenios firmados por el gobierno central con firmas extranjeras para suplantar el trabajo y diseño nacionales, corte abrupto en la compra de los numerosos insumos necesarios para las varias líneas de producción y, con esta última sangría laboral, el descabezamiento de sectores sensibles para la continuidad operativa e incluso el de algunos cuya desaparición suma riesgo a empleados y vecinos de la planta del cordón industrial, como el de Seguridad e Higiene Industrial.
El Estado nacional da el ejemplo con los despidos horas antes de las fiestas, con lo que ofrece luz verde a los privados para que tomen estas decisiones en las peores fechas, anteponiendo cierre de balances a mínimas sensibilidades sociales. Pero no sólo eso: justifican la reducción de personal en la necesidad de mejorar la rentabilidad de empresas como Fabricaciones Militares que se vuelven insostenibles económicamente por las propias decisiones políticas del Ejecutivo y su contabilidad de caja chica.
En la planta de Beltrán hay varias líneas de producción: pistolas semiautomáticas como las Browning (bajo licencia de la belga FN), fusiles (FAL), chalecos antibalas, municiones y morteros, sin agotar la lista.
Uno de los 35 despedidos es Carlos Casen, con 16 años de contratado en la empresa y cabeza del proyecto de rediseño –hubo otros antes– del sistema de disparo de la pistola Browning, que permitiría modernizar esa arma usada primero por las policías y luego por las fuerzas armadas. Esa línea quedó desmantelada con las últimas cesantías.
Fernando Peirano, secretario General de la Junta Interna de ATE Rosario y trabajador de la fábrica de Beltrán, enumera más fuego amigo contra FM. Menciona que fue dado de baja el convenio con el Ejército para remodelar un millar de fusiles FAL, en este caso por la reducción presupuestaria del arma.
Una muestra, desagradable, de lo que ocurre con la provisión de logística y armamento a las fuerzas de seguridad, continúa el referente gremial, se vio en la represión a manifestantes frente al Congreso nacional durante las protestas contra la reforma de la movilidad jubilatoria. Varias imágenes mostraron los cartuchos de disuasivos químicos (gases lacrimógenos) disparados por Gendarmería comprados en el exterior. Son 23 por ciento más caros que los similares que produce Fray Luis Beltrán, señala Peirano. O –sigue– las postas de goma con fecha de vencimiento vencidas, que son más peligrosas por el endurecimiento del material y no fueron renovadas. Otro negocio caído.
Otro de los aspectos de los 35 recientes despidos es el virtual desguace del sector de Seguriad e Higiene laboral: uno de los cesanteados es el empleado más capacitado del área, crucial para una planta de municiones, armas y explosivos. Por el riesgo que implica para la integridad de los trabajadores, pero también de la población vecina a la fábrica.
Algunas controvertidas provisiones de armamentos a la Policía que puentearon a FM derivaron incluso en presentaciones judiciales, como la intención de compra de pistolas italianas Beretta en lugar de las Browning hechas en el país, que desató una denuncia de la fabricante local Bersa, también dejada de lado en las licitaciones. Este año, el Ministerio de Defensa anunció al respecto un acuerdo con la empresa italiana para reproducir en Argentina las Beretta, echando por tierra la experiencia local acumulada y pagando servicios de tecnología extranjera.
Otros atentados contra la viabilidad de la estratégica FM están expuestos en un documento de ATE, e involucran a las cinco actuales plantas de la estatal. Entre ellos, el cierre del Proyecto Vagones, reemplazado por la compra al exterior. O la suspensión de un convenio con Invap (Bariloche) para la fabricación de radares. Y la baja del negocio con Yamana Gold-Masa para la provisión de servicios de voladura en la mina Gualcamayo, lo que a su vez pone en peligro la continuidad de todas las plantas de explosivos de Fabricaciones Militares.
Los embates laborales en FM recrudecieron estos dos años de la gestión Cambiemos, pero hay irregularidades de vieja data. Del total de trabajadores en las cinco plantas de la estatal, el 80 por ciento es contratado bajo la modalidad de la ley 25.164, y tiene una antigüedad promedio de 15 años. La misma planta de Fray Luis Beltrán estuvo en el ojo de la tormenta por el faltante de municiones durante la administración nacional anterior. Pero desde ATE recalcan que el conjunto de políticas públicas ejecutadas desde diciembre de 2015 directamente ponen contra las cuerdas a la emblemática empresa. La que se fundó en 1941 con el impulso del general e ingeniero militar Manuel Savio y que, entre otros hitos que exceden el espacio bélico, cuenta con el de haber fabricado el primer televisor argentino en 1954.
Así esperan los trabajadores de Fábricas Militares de Fray Luis Beltrán saber si están en la lista de despidos que les leen. Esto es cuando hablan de achicar o ajustar. #Tristísimo pic.twitter.com/4HcpPxcnvx
— sebademarco (@sebademarco1) 22 de diciembre de 2017
Solidaridad gremial
El Movimiento Sindical Rosarino se hizo presente en la Fábrica Militar de Fray Luis Beltrán para solidarizarse con los trabajadores despedidos el pasado jueves.
Denunciaron “las políticas de ajuste implementadas por el gobierno nacional” y la «implementación de un modelo de valorización financiera y primario agro-exportador que destruye la industria nacional».