La Justicia rosarina absolvió a Sonia Gómez, la policía condenada en primera instancia por ocultar pruebas que beneficiaran a su hijo, el conductor del auto en el que murieron Facundo Aguirre y Emiliano Cáceres al chocar contra un camión en avenida Pellegrini y Perú, el 22 de febrero de 2014. Los jueces de Segunda Instancia José Luis Mascali, Gustavo Salvador y Carina Lurati consideraron que no eran suficientes las pruebas para condenarla y la absolvieron por el beneficio de la duda.
El 7 de septiembre del año pasado, los jueces de Primera Instancia Patricia Billota, Gustavo Pérez de Urrechu e Ismael Manfrin condenaron a Gómez a 1 año y 4 meses de prisión condicional por sacar evidencia de la escena del crimen donde murieron Facu y Emi. Había llegado a juicio junto con el titular de la comisaría 14a, Fabián Fantín, por abuso de autoridad y omisión de actos de oficios, aunque sólo pudieron probarle a ella la violación de medios de prueba.
Gómez es policía y madre de Federico Gómez, el conductor del auto que protagonizó el choque y que fue condenado a tres años de prisión en suspenso por homicidio culposo. La madre fue acusada por el fiscal Aníbal Vescovo de ingresar a la escena del siniestro y llevarse dos botellas de cerveza y la mochila de una de las víctimas. En la maniobra terminó vinculado el jefe de la dependencia donde trabajaba la mujer, que devolvió algunas pertenencias que estaban en la mochila. A los uniformados los acusaron de violación de los medios de prueba, y omisión de los actos de oficio; a Gómez además le sumaron los delitos de abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público. La única condena fue para Sonia Gómez. Sólo lograron comprobarle el delito de violación de medios de prueba y la condenaron a 1 año y 4 meses de prisión condicional.
Este lunes la Cámara de Apelaciones la absolvió. Consideró que durante el juicio no pudieron probar que efectivamente ella haya sacado botellas del lugar, o “limpiado” la escena del siniestro, pese a que quedó demostrado que ingresó al lugar de los hechos.
Los jueces cuestionaron el relato de los testigos en los que se basó la sentencia de primera instancia. “No resultan suficientes y claros para lograr quebrantar el estado de inocencia del que goza todo ciudadano”, señalaron.
Además expresaron que en su relato no hay “nada contundente” para endilgarle la responsabilidad a Gómez. Detallaron que uno de los testigos mencionó la cantidad de botellas que había dentro del auto, pero no precisó los motivos de su desaparición. Otro de los testigos, dudó sobre la responsabilidad de Gómez en la manipulación de la prueba, y el último se contradijo en las declaraciones previas al juicio.
“El Derecho Penal es una rama que castiga un acto prohibido por la ley que ha sido probado con certeza. No un acto socialmente reprobable”, señalaron los jueces y resolvieron absolverla por el beneficio de la duda.