Amadeo Raúl Carrizo, uno de los mejores arqueros de la historia del fútbol argentino, falleció esta madrugada a los 93 años en Buenos Aires, tras soportar una prolongada y dura enfermedad.
Plenamente identificado con River, donde había sido nombrado presidente honorario, Carrizo había nacido en Rufino, Santa Fe, el 12 de junio de 1926 y fue considerado un innovador por su rol para defender los arcos, lo que lo llevó a la Selección argentina.
Carrizo debutó en primera a los 19 años y fue el primer arquero en Argentina que usó guantes, se caracterizó por ser un innovador en la época al salir del área, jugar con los pies y poseer un potente saque de arco que era el primer eslabón del ataque de su equipo. A los 42 años mantuvo su valla invicta por 769 minutos.
El conmemoración de su nacimiento, en 2011, el Senado argentino instituyó esa fecha como celebración del «Día del Arquero», que fue usado históricamente como un eufemismo de algo que jamás iba a ocurrir.
Carrizo comenzó a jugar al fútbol defendiendo el arco del BAP de Rufino, en cancha del club San Martín, la cual hoy ya no existe.
Luego de pasar por Junín, debutó en River el 6 de mayo de 1945, disputando 523 partidos, para transformarse en el jugador con mayor presencias en la institución.
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Fueron 24 años con la camiseta del «Millonario», donde transformó el puesto con un estilo vanguardista para su época, arriesgado por utilizar los pies más de lo «normal».
Carrizo debutó en Primera en 1945, en los tiempos de «La Máquina», y se mantuvo como titular hasta 1969, cuando se despidió de River con nueve títulos.