Ayer falleció el actor estadounidense James Gandolfini, quien interprestaba al mafiosos depresivo Tony Soprano en la serie de televisión «Los Soprano». Los médicos hicieron todo lo posible para reanimarlo, indicaron el jueves fuentes médicas.
El cuerpo del actor, quien falleció a los 51 años, será sometido a una autopsia, «como es la norma cuando un paciente llega al hospital ya muerto», explicó el jueves a la prensa Claudio Modini, de los servicios de urgencia del hospital Humberto I de Roma.
Los socorristas intentaron reanimar a Gandolfini, víctima de un infarto en el hotel Exedra, en el centro de Roma, quien se encontraba en un estado «desesperado». En el hospital, «las operaciones de reanimación prosiguieron durante 20 minutos y se declaró la muerte a las 23H00 (21H00 GMT), según fuentes del establecimiento.
El actor tenía previsto concurrir al festival de cine Taormina Film Fest para recibir el premio Ciudad de Taormina (Sicilia). «Estamos muy tristes (…) Gandolfini estaba muy feliz de recibir este premio y de su viaje a Italia», explicaron el director editorial del festival, Mario Sesti, y la directora general, Tiziana Rocca, quienes están organizando «un homenaje del festival a la carrera y al talento» del actor fallecido.
Nacido el 18 de septiembre de 1961 en el seno de una familia ítalo-estadounidense de Nueva Jersey (noreste), Gandolfini debutó en las tablas de Broadway en 1992 participando del montaje de una versión de «Un tranvía llamado deseo», en el que compartió escenario con Jessica Lange y Alex Baldwin.
Pero Gandolfini se volcó hacia el cine. En la pantalla grande tuvo notables participaciones en películas como «True Romance» (1993), de Tony Scottsu, donde interpretó a un sangriento asesino a sueldo, así como en «Shes so lovely» (1997) y «8mm» (1999).
En 1999, fue elegido para dar vida al principal protagonista de «Los Soprano» (hasta 2007), considerada una de las mejores series de la historia de la televisión estadounidense y que lo convirtió en un ícono de la pantalla chica más allá de las fronteras estadounidenses.
Su éxito televisivo no le impidió seguir con su carrera cinematográfica, con papeles en «The Mexican» (2001), «The Man who wasnt there» (2001), «In the loop» (2009), la película independiente «Welcome to the Rileys» y «Zero Dark Thirty» (2012).