Odysseas Georgalos murió el miércoles pasado a los 91 años. Junto a sus hermanos Simoleón, Sófocles, Constantino y Miguel fundaron la empresa familiar que lleva 82 años de trayectoria en el mercado alimenticio argentino y que creó, entre otros productos, el Mantecol.
Todos eran hijos de Juan, un reconocido comerciante de Estambul, Turquía, que tenía como oficio la elaboración de panificados y la compraventa de cereales en su país.
El primero en desembarcar en el país fue Miguel, que en 1939 dio inicio a la empresa bajo el nombre de «La Greco Argentina» y empezó a funcionar con una planta productora de Mantecol en el barrio porteño de Floresta. Sin embargo, luego de que llegara el resto de su familia al país pasaría a llamarse Georgalos Hermanos.
Todo comenzó cuando Miguel adaptó la receta tradicional polaca del Halvá y así endulzó el paladar de los argentinos. La preparación original lleva pasta de sésamo que no se conseguía en el país y por lo tanto optó por cambiar este ingrediente y cambiarlo por pasta de maní.
Logró el éxito ansiado y con el paso de los años la empresa sumó otros productos hasta llegar a ser la tercera productora de golosinas en Argentina. Sin embargo, por la crisis del 2001 la compañía tuvo que vender la marca Mantecol a Cadbury Stani, filial local del grupo inglés Cadbury Schweppes, que además realizó modificaciones a la receta original.
Aunque, en 2008 volvieron a la carga con un producto similiar: el Nucrem. Este nació como derivado del Mantecol, tiene una formula diferente y en poco tiempo alcanzó un 30 por ciento de participación en el mercado.
Según cuenta la leyenda popular, el nombre Mantecol nació gracias a la colaboración de una vecina a la que Miguel Georgalos le dio de probar la barra de maní y le aseguró que «parecía manteca».
Otra versión del origen del nombre coincide en que fue una vecina la que ayudó con el nombre pero esta habría indicado que la barra de Mantecol al estar envuelta en papel metalizado y tener un celofán por encima la hacía parecer a «panes de manteca».
Aunque el nombre fue parte de su éxito, a esto se le suman la eficacia culinaria y la publicidad que formó parte del lanzamiento, en la que se destacan las creaciones del artista Manuel García Ferré entre las que se encuentran Anteojitos, a lo cual se le sumó las campañas realizadas en las escuelas argentinas.