Un hombre de 41 años que había sido víctima de un ataque a tiros en febrero pasado murió este sábado en el Hospital Centenario. José Manuel Mansilla había recibido una decena de impactos en el Pasaje Franco a la altura del 1800, en el límite de los barrios Industrial y Ludueña, una calle en la que la violencia no da tregua, como lo demuestra el historial de agresiones a tiros en los últimos años.
Mansilla ingresó trasladado en un vehículo particular al Hospital Centenario el 4 de febrero a la 1 de la madrugada. Lo habían baleado a metros de su casa de Franco al 1840 y desde entonces estuvo en terapia intensiva con respirador. Tenía impactos en el estómago y el pecho, dijeron fuentes policiales.
Lo cierto es que el hombre resistió 36 días hasta fallecer, este sábado por la mañana. El caso es investigado por la fiscal de Homicidios Georgina Pairola. La División Homicidios de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) realiza las tareas investigativas.
A la altura del 1800 el Pasaje Franco deja de ser un bulevar típico y se convierte en una callejuela, cuyas casas del lado norte están erigidas sobre los restos de vías pertenecientes a lo que alguna vez fue un nudo ferroviario en barrio Ludueña. El tramo de 200 metros hasta el fin de la calle se convirtió en los últimos tiempos en un escenario de balaceras recurrentes y varios allanamientos y detenciones que parecen no haber desactivado la violencia armada.
Historial violento
En el mismo pasaje en los primeros minutos del 6 de enero fue ejecutada Natalia Andrea Longhi, una mujer de 47 años que tenía dos hijos. El ataque fue a la altura del 2000, en la casa de la mujer, quien se asomó por la puerta y recibió dos tiros certeros, en la cara y el pecho. De este caso no se conocen avances y una de las hipótesis que trascendió periodísticamente es que fue un crimen por error. “La bronca no era con esta mujer. Ella era viuda y con dos chicos. El problema lo tiene un muchacho que vive en la otra puerta, también negra y parecida a la del pasillo de Nati. Los narcos tienen problemas con ese pibe, a él iban las balas… o a la familia de él”, fue la declaración de un vecino.
La noche del 15 de septiembre de 2020 en Franco al 1800 dos en moto balearon la vivienda y la camioneta de una mujer llamada Marcela. En realidad los tiros tenían como destinatario su hijo de 18 años, quien resultó ileso. “Yo hace cinco años que vivo; esto es una guerra de drogas y la ligamos los vecinos que no tenemos nada que ver”, se quejó la mujer, propietaria de un carrito de comidas en la zona sur.
La noche del 16 de diciembre de 2020, un grupo de personas que se movilizaba en moto efectuó nada menos que 28 detonaciones contra la casa de una mujer llamada Débora, pero los disparos también alcanzaron una vivienda vecina y un automóvil.
El martes 8 de diciembre de 2020, en los mismos 100 metros de pasaje que se encuentran entre República Dominicana y Vera Pintado, habían sonado los disparos con modalidad similar: tiradores en moto que hicieron puntería esa vez sobre un grupo de personas reunido en el lugar. Daniel M., un chico de 16, años, recibió impactos en glúteo y abdomen. Brisa M., de la misma edad, dos en el abdomen. También quedaron heridos Claudia S., de 42 años, a la que un proyectil le dio en una mano, y Kevin L., de 21, a quien lo alcanzaron en el brazo derecho.
Por esos días los investigadores señalaban una rivalidad de dos bandas dedicadas al narcomenudeo, una referenciada en Pasaje Franco y la otra en calle Felipe Moré, perpendicular a la anterior, más hacia el oeste del 1800.