La popular intérprete Virginia Luque, dueña de una brillante carrera en el cine, el teatro, la TV y el tango, murió anoche a los 86 años en su domicilio porteño, a causa de una larga enfermedad que la tuvo a maltraer en el último tiempo.
Desde la producción del programa radial «La noche con amigos», que Lionel Godoy, esposo de Luque, conduce a través de La 2×4 confirmaron a Télam el deceso de la artista, que estuvo internada hasta hace 10 días y si bien volvió a su casa, le habían armado una especial por su cuadro.
Nacida como Violeta Mabel Domínguez el 4 de octubre de 1927 en Buenos Aires, tuvo una precoz relación con la escena y de niña actuó en teatro tras una iniciativa de uno de los dueños de la sastrería Casa Muñoz, donde trabajaba su padre, que le comentó la necesidad de una nena para una pieza teatral a presentarse en el teatro Liceo.
Luego, a los 15 años hizo teatro con la Compañía Española de Comedia de Josefina Díaz y Manuel Collado y apenas un año después llegó al cine bajo las órdenes de Francisco Mugica en «La guerra la gano yo», donde actuaba Pepe Arias.
Virginia ostentó una voz pequeña pero bien timbrada y un ángel que la catapultó como la «Estrella de Buenos Aires», tal como se lo conoció en sus épocas tango, bolero, español e incluso protagonizó la película «Del cuplé al tango» en la que asumió obras de esos dos géneros.
Luque fue actriz de radioteatros («Narcisa Garay, mujer para llorar», de Juan Carlos Ghiano) y de televisión («Las veinticuatro horas» y «Hombres en mi vida»).
Los ojos de Virginia Luque están unidos a los mejores momentos de la televisión argentina, en ciclos como «El show de Antonio Prieto», «Tropicana Club» y «La familia Gesa» y «La familia Gesa se divierte».
Su filmografía incluye unas 30 películas, muchas de ellas en el exterior, tal el caso de la exitosa «La balandra Isabel llegó esta tarde», en pareja con el mexicano Arturo de Córdova, película de Carlos Hugo Christensen que se filmó en Venezuela y participó en el Festival de Cannes de 1951.
También protagonizó «El hombre del sábado» (1947), «Un tropezón cualquiera da en la vida» (1949), «Don Juan Tenorio» (1949), de Luis César Amadori; «La historia del tango» (1949), «La vida color de rosa» (1951), de León Klimovsky; «Arriba el telón» (1951), de Manuel Romero, y «Sangre y acero» (1956), de Lucas Demare, entre otros filmes.
En 1995 ganó el premio Cóndor de Plata a su trayectoria, otorgado por la Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina, y también el premio Konex, como cantante femenina de tango.
En octubre de 2011 actuó en el Teatro Enrique Carreras, de Mar del Plata, en el marco del ciclo «Milongueando en el 40» y fue la única estrella femenina durante la presentación de «Café de los maestros» en el Teatro Colón y participó en el filme del mismo nombre de 2008, al igual que aquellas presentaciones, respaldado por Gustavo Santaolalla.
El año pasado, a modo de recorrida por su vida y balance de la larga y laureada trayectoria en escenarios y sets, Mario Gallina publicó el libro «Virginia Luque. La estrella de Buenos Aires», allí se define Virginia: «Me gusta definirme como una actriz que canta. Nunca he dejado de lado a la actriz que fui en un comienzo, por eso para mí los personajes de las canciones son siempre diferentes. Cada obra necesita ser estudiada, investigada, ensayada. Cada canción es un personaje».
Para la presentación del volumen, en abril de 2013 en el teatro Empire, a la que Luque asistió, se proyectó el cortometraje «Virginia Luque. La luz de una estrella», de Diego Fernán.