El Consejo de Estado francés, órgano consultivo del gobierno y última instancia de jurisdicción administrativa, anuló ayer la suspensión del cultivo de maíz transgénico del gigante agroquímico estadounidense Monsanto (MON810) decidida por el gobierno galo en 2008.
“El Consejo de Estado destaca que el ministerio de Agricultura no pudo justificar su competencia para adoptar los decretos, por carecer de pruebas sobre la existencia de un nivel de riesgo particularmente elevado para la salud o el medio ambiente”, expresa un comunicado oficial. “En aplicación de la decisión del Tribunal de Justicia dela Unión Europea(UE), el Consejo de Estado anula los decretos del Ministerio de Agricultura suspendiendo la cesión y uso de semillas de maíz OGM (organismos genéticamente modificados) MON8120 y prohibiendo el cultivo de esas variedades”, agregó la resolución.
El 8 de septiembre pasado,la Cortede Justicia dela UEprecisó que los Estados “no tienen competencia” para suspender o prohibir el uso o la venta de OGM excepto si “establecen la existencia (…) de un riesgo importante para la salud humana, animal o el medio ambiente”, recordó el Consejo de Estado. Los Estados miembros dela UEautorizaron la importación y cultivo del MON810 en 1998, pero varios aplicaron en los últimos años una cláusula de salvaguarda que les permite prohibir el cultivo de variedades genéticamente modificadas.
“La pelota está del lado del gobierno (que) debe prohibir nuevamente el cultivo del MON810 valiéndose de fundamentos jurídicos adaptados”, dijo ayer la organización ecologista Greenpeace.
Alemania, Francia, Grecia, Austria, Hungría y Luxemburgo suspendieron el cultivo de esa variedad de maíz concebida para resistir mejor a la mariposa piral por posibles repercusiones en la salud y el medio ambiente. Monsanto está presente en una docena de países de América latina, entre éstos los mayores productores como Brasil yla Argentina, así como en México, Paraguay, Colombia, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Chile, Ecuador y Venezuela.