Un falso remisero de 38 años que estaba procesado como autor de cuatro abusos sexuales graves cometidos entre fines de 2007 y principio de 2010 dentro del auto que usaba para levantar a sus víctimas, fue condenado a 15 años de prisión en el marco de un juicio abreviado. Además de la pena, el acuerdo establece que el acusado deberá someterse a un tratamiento psicológico y médico psiquiátrico tendiente a tratar “su problemática relativa a la tendencia de acometimientos sexuales forzados” y establece la prohibición de acercarse a sus víctimas en caso que se le otorguen salidas transitorias.
El juicio abreviado fue alcanzado con el consentimiento de Héctor G. –el procesado– y la parte querellante, quienes manifestaron su conformidad al fiscal Aníbal Vescovo, que trabajó en conjunto con el juez de Sentencia de la 7ª Nominación, José Luis Mascali.
Los cuatro hechos por los que Héctor G. fue condenado fueron cometidos con una modalidad casi idéntica. A bordo de un Renault 9 de color blanco, el hombre merodeaba los alrededores de boliches nocturnos de la zona sudoeste y se presentaba ante adolescentes que esperaban taxis, ofreciendo sus servicios como remisero.
Según se desprende de la investigación, una vez que las mujeres abordaban el vehículo las llevaba a descampados o callejones oscuros y, tras amenazarlas con armas, las sometía a aberrantes abusos sexuales.
La suerte del falso remisero cambió para siempre la madrugada del 20 de febrero de 2010, momentos después de abusar de tres muchachas que luego de ser abandonadas pidieron auxilio a la Policía. Mientras eran trasladadas en un patrullero camino a la comisaría de la zona, reconocieron el auto del agresor en una calle del barrio Cabín 9, en el extremo sudoeste de la ciudad, y luego identificaron al chofer como al autor de los abusos.
De acuerdo con la causa, a poco de conocerse la detención del hombre surgieron tres nuevas denuncias de hechos con una mecánica similar.
De estos casos, el primero ocurrió en septiembre de 2007 y las víctimas fueron dos hermanas de 14 y 15 años que esperaban un colectivo para ir a un boliche bailable ubicado en inmediaciones de avenida Presidente Perón (ex Godoy) y Cullen. Un hombre que conducía un automóvil blanco se les acercó, les dijo que era remisero y les preguntó si querían que las llevara. Ellas aceptaron, pero una vez en el interior del vehículo notaron que el chofer tomaba la dirección contraria a la solicitada. Luego detuvo la marcha en un descampado, cerca de la ciudad de Pérez, adonde sacó un revólver y las amenazó de muerte. El hombre abusó sexualmente de una de las adolescentes para luego dejarlas en la vía pública y escapar. Una de las víctimas alcanzó a ver los números de la patente: 625.
Otro hecho se registró el 14 de febrero de 2010. Ese día, alrededor de las 6, tres amigas salieron de un boliche y fueron a la intersección de Provincias Unidas y Rivarola a esperar un colectivo o taxi para volver a sus casas. Fue entonces que apareció un supuesto remisero que les ofreció llevarlas, también en un vehículo blanco. Las muchachas, de 17, 19 y 21 años, relataron que en el camino el hombre les dijo que quería que le compraran drogas a cambio de dinero, pero ellas se negaron. Enseguida las amenazó con un cuchillo y las llevó hasta un descampado conocido como “el callejón de Cabín 9”, en el que abusó de ellas. Luego de realizar todo tipo de vejaciones con acceso carnal a las tres de jóvenes (a quienes incluso obligó a mantener relaciones sexuales entre ellas), el falso remisero las hizo vestir y bajar del vehículo y les ordenó que corrieran y que no se dieran vuelta.
Quince días antes había ocurrido un hecho similar, pero que fue denunciado cuando se conoció la detención del hombre. Fue el 30 de enero de 2010, alrededor de las 5, cuando dos amigas salían de la cantina “La carpa del encuentro” y caminaron hasta una estación de servicios de Rouillón y presidente Perón con el fin de llamar a un remís. Un chofer descendió de un vehículo y llamó por el nombre de pila a unas de las amigas, que subió al auto y se fue. Detrás había otro vehículo que fue abordado por la otra joven, que pensó que el coche pertenecía a la misma empresa que había llamado su amiga. La chica se sentó en la parte del acompañante del vehículo, también color blanco, y una vez en marcha se abrió accidentalmente la guantera adonde alcanzó a ver “cuatro o cinco cuchillos ordenados como los de carnicería”. El conductor tomó por avenida Presidente Perón hasta calle Camilo Aldao y dobló en una cortada, paró el auto y comenzó a manosear a la joven. Luego detuvo la marcha del rodado y “de entre la palanca de cambios y debajo de una manta negra sacó una cuchilla con hoja ancha, de unos 30 centímetros” con lo que amenazó a la joven. Según el relato de la víctima, el hombre le dijo que la iba a violar y cuando ella comenzó a llorar el agresor le propinó varios golpes de puño en la cabeza y la nuca. El hombre reanudó la marcha y la llevó a otra cortada, donde la hizo desnudar y abusó de ella bajo amenazas de muerte. El falso remisero volvió a retomar la marcha y cuando conducía por calle Ocampo, antes de llegar a Camilo Aldao, la joven tomó coraje y se tiró del auto.
Por los cuatro hechos Héctor G. fue procesado en junio del año pasado por la jueza de Instrucción María Laura Sabatier y el caso pasó a un Juzgado de Sentencia de la 7ª Nominación, adonde se acordó una condena de 15 años de prisión en juicio abreviado.
Según el fallo, el hombre fue sentenciado por los delitos de “abuso sexual con acceso carnal agravado por uso de arma y privación ilegítima de la libertad agravada por el uso de violencia y amenazas y por el uso de arma de fuego; abuso sexual con acceso carnal agravado por uso de arma (un hecho)” y de “abuso sexual gravemente ultrajante por las circunstancias de su realización agravado por uso de arma (dos hechos) en concurso real; abuso sexual gravemente ultrajante por las circunstancias de su realización, agravado por la comisión con arma y abuso sexual con acceso carnal agravado por uso de arma (un hecho) y abuso sexual gravemente ultrajante por las circunstancias de su realización agravado por el uso de arma (dos hechos) en concurso real”.